El teólogo alemán Hans Küng definió las sinfonías de Anton Bruckner como el resultado de una ascesis musical: “Para él, la música es el lenguaje del corazón, y su corazón tenía una fe profundísima; con frecuencia oraba a su ‘amado Dios’ mientras componía”.
Imagina que aparte de religioso eres medio ñoño y después de 15 años de trabajo duro haciendo chambitas acabas de cumplir tu sueño de obtener una plaza como profesor de filosofía en la universidad, solo para toparte con el libro de un señor que te dice que aquello que profesaste toda tu vida es un engaño.
En septiembre de 2019, Saint Maud —película dirigida por Rose Glass— se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto y comenzó a ser presentada en cines en 2020.
Su posición sobre un muro, en un gallardete, marcando un mojón de piedra demarcando un territorio, en la soberana punta de una enorme y magnífica columna: No infunde miedo pero sí celos, envidia y a nosotros orgullo, y en cualquier caso, respeto.