George Walker Bush, el presidente número 43 de los Estados Unidos (2001-2009), forma parte de la más rancia aristocracia de la política estadounidense.
En los 80, el estrecho vínculo derivado de la santería entre Cuba y México, aquella adoración de los santos a través de ritos, adivinación, rezos y ofrendas que pueden incluir sacrificios animales, la cual admite que existe un solo dios y cuenta con una organización jerárquica bien definida y establecida de acuerdo a los conocimientos y capacidades de sus miembros; protagonizó uno de los sucesos más impresionantes en la historia del crimen en nuestro país: la noticia del hallazgo de un rancho en Matamoros donde se realizaban rituales y en el que encontró una fosa común con más de una docena de cadáveres.
El pasado 25 de febrero murió el expresidente de Egipto Hosni Mubarak, quien sostuvo una prolongada influencia en la política de su país a pesar de su austeridad y falta de carisma.