Tierra Adentro
Imagen realizada por Zauriel
Imagen realizada por Zauriel

El 7 de enero de 2015, dos encapuchados irrumpieron en las instalaciones de la revista francesa Charlie Hebdo. Asesinaron a balazos a doce personas, entre las que se encontraban el director (Charb) y varixs artistas, e hirieron a otras cuatro. La gente de internet se indignó y, en apoyo a las víctimas, armó un hashtag del que ya nadie se acuerda. La revista afectada se fundó originalmente bajo el nombre de Hara-kiri, por el professeur Choron, y el editor, dibujante y periodista François Cavanna. Casi como una ironía divina por su primer nombre, a lo largo de su historia, Charlie Hebdo fue víctima de varios atentados, siendo el más fuerte el de 2015, a raíz de una serie de caricaturas que satirizaban a Mahoma. Los responsables de la masacre, dos hermanos que, se afirmó, pertenecían a una célula de Al Qaeda, huyeron del lugar de los hechos al grito de Al·lahu-àkbar, tomaron rehenes y finalmente fueron acribillados por la policía. Resulta curioso el hecho de que el atentado contribuyera a viralizar un famoso meme.

El meme de Al·lahu-àkbar se popularizó en medio de una alza en el número de atentados por parte de extremistas religiosos en Occidente. No me quiero imaginar la cara que puso esa banda fundamentalista cuando se dio cuenta de que su intento por evitar chistes provocó chistes aún peores, pobre gente seria. Lo gacho de este pedo es que la expresión de Al·lahu-àkbar es muy bonita y por los desmadres de weyes loquitos (que en todas las religiones hay), la banda joven de México no puede escucharla sin pensar en árabes terroristas caricaturizados. Al·lahu-àkbar significa “Dios es grande”, y se suele usar como acá mi tía diría “gracias a Dios”; estoy vivo, Al·lahu-àkbar; hoy vi bailar a la chica que me gusta, Al·lahu-àkbar.

Pero estos atentados no sucedieron porque unos musulmanes enojados se hayan levantado un día y hayan tomado su metralleta de la caja de metralletas que toda familia musulmana suele guardar junto a la caja de granadas.

En lo que conocemos como Medio Oriente, la mayor parte de los seguidores del islamismo se divide en dos grupos, lo suníes (aproximadamente el 85%, eligen a su líder comunitariamente) y los chiíes (aproximadamente un 10%, defienden que el liderazgo debía recaer en la familia de Mahoma). Tras la Primavera Árabe, la rivalidad entre Arabia Saudita (suní) e Irán (chií) exacerbó los conflictos que había en la región. Cada país respaldaba a distintos grupos armados en Siria, Yemen y otros lugares, lo que intensificaba las tensiones. La Primavera Árabe fue una ola de protestas populares en varios países de Oriente Medio y el norte de África buscaba derrocar dictaduras autoritarias. Aunque inicialmente motivadas por demandas de democracia y justicia social, muchas de estas revueltas llevaron a vacíos de poder y conflictos internos. A esto hay que añadirle la gente metiche. Tras el atentado del 9/11, la invasión a Irak liderada por Estados Unidos en 2003 debilitó las instituciones del país y desató tensiones sectarias entre suníes y chiíes. Esto permitió el surgimiento de insurgencias que luego evolucionaron en ISIS. El 9/11 fue tanto una consecuencia como un catalizador de un sistema geopolítico marcado por el intervencionismo occidental y el impacto del capitalismo global. El círculo vicioso funciona así:

1.- Intervenciones extranjeras generan resentimiento y desestabilización.

2.- Grupos extremistas aprovechan el caos y las narrativas de opresión.

3.- Occidente responde con más intervenciones, alimentando el ciclo de odio.

Todo este contexto puede explicar la violencia religiosa pero no da razón de la proliferación de memes sobre un tema tan delicado.

En Preparados para la guerra: la violencia del capitalismo, Alba Lafarga sostiene que las condiciones deplorables, mediatización de la violencia, y la estetización en la cultura popular de lo militar han contribuido a la asimilación de la guerra por parte de lxs jóvenes. Ante la amenaza constante de muerte, solo queda el humor para sobrellevarlo o, como diría Marge Simpson, en momentos como este, solo queda reír.

Pero es justo en los momentos más brutales donde se encuentra la esperanza. En Revelations, uno de los monólogos más famosos del predicador y comediante Bill Hicks, donde, entre otras cosas, habla de la relación entre el mercado de armas occidental y la desestabilización de Medio Oriente, este proclamaría: 

El mundo es como un paseo en un parque de diversiones, y cuando eliges jugar piensas que es real porque así de poderosas son nuestras mentes. El paseo va de arriba abajo, da vueltas y vueltas, tiene escalofríos y emociones, es muy brillante, de colores, y es muy ruidoso, y es divertido por un tiempo. Algunas personas han estado un tiempo en el paseo y empiezan a preguntarse: 

“¿Esto es real?, ¿o solo es un viaje?”, 

y otras personas lo recuerdan y vuelven y nos dicen:

 “Hey, no te preocupes, jamás tengas miedo porque solo es un viaje”. 

Y nosotros… matamos a esas personas,

 “¡cállenlo, tenemos demasiado invertido en este paseo, cállenlo!, miren mis arrugas de preocupación, miren mi abultada cuenta bancaria, miren a mi familia, ¡esto tiene que ser real!”.

Es solo un viaje.

Pero siempre matamos a esos tipos buenos que intentan decírnoslo. ¿Alguna vez se percataron? Dejamos a los demonios burlándose. Pero eso no importa porque solo es un viaje. Podemos cambiarlo cada vez que queramos. Es solo una elección. Sin esfuerzo, ni empleo, ni ahorros de dinero. Una elección, ahora mismo, entre el miedo y el amor.

Tanto Bill Hicks, el místico de la risa que aparece en los comics de Preacher para mostrarle el camino al protagonista, como Charbs, comediate y director de Charlie Hebdo, asesinado durante el atentado, fueron hombres corrientes que se aferraron con valentía la honestidad y el humor hasta el último momento. No solo hacían reír, buscaban contar la verdad, y eso, en mi opinión personal, es lo que, en un mundo donde la guerra se anuncia por todos lados y la risa ante el sinsentido brutal se posiciona como arma no-violenta, vuelve héroes a weyes que comían, cagaban y reían, como tú y yo, que estamos viendo memes al borde del abismo.