Siempre de manera elogiosa —casi consagratoria— impresores, escritores, críticos y especialistas del mundo del libro de nuestro país, han dado testimonio de la ingente labor editorial de Joaquín Díez-Canedo, primero en el Fondo de Cultura Económica, impulsando sobre todo las colecciones Tezontle y Letras Mexicanas, y luego dirigiendo su propio sello, Joaquín Mortiz, fundado en 1962 con la participación de los editores catalanes Carlos Barral y Víctor Seix.