Tierra Adentro

Jaime Muñoz de Baena

(Ciudad de México, 1985) es autor de Y, sin embargo, es un pañuelo (Premio Nacional de Cuento Joven Comala 2014). Estudió la Licenciatura en Comunicación en la Universidad Iberoamericana, donde no ha regresado y quedó a deber varias cuotas de estacionamiento. Es apasionado del cine, de Monty Python y de escribir semblanzas biográficas en terecera persona. Tuitea como @emedebaena
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Cuando los principales espacios televisivos están coptados por un par de empresas, ¿es posible pensar en producciones que propongan nuevas formas de narrar historias fuera de los modelos ya probados? En la siguiente conversación, Jaime Muñoz de Baena y Rodrigo Ordóñez repasan los principales vicios de la industria de la televisión mexicana y cómo este secuestro afecta los horizontes del nuevo guionismo nacional.

Estaba yo hace unas semanas desayunando frente a la computadora, cuando navegando en Facebook me topé con una nota cuyo encabezado me heló la sangre: «Desayunar frente a la computadora aumenta el riesgo de contraer cáncer».

Hola, queridos, les escribe su tlatoani favorito, Nezahualcóyotl, rey de Texcoco, poeta, filósofo, melómano, sarcástico y bipolar.

Estimado señor alcaide,   Como uno de sus presos más antiguos y peligrosos, me he tomado la libertad de escribirle esperando que en honor a los cerca de quince homicidios, desmembramientos y violaciones que cometí en mi larga carrera como asesino serial, tome usted en cuenta esta breve crítica a la calidad culinaria del corredor de la muerte de esta cárcel, en la que fuera de un par de motines y peleas con otros prisioneros, he pasado unos años bastante agradables.

En el principio se dedicó Dios a perder el tiempo y sólo hasta que el cliente le pidió un avance, creó los cielos y la tierra.

Cuando la mesera se acercó con los tragos, Jonás tomó su whisky directo de la charola y sin detenerse a brindar o a dar las gracias lo vació de una sentada y pidió otro.

Hace un par de semanas, mientras leía en el periódico una nota sobre cuatro decapitados en el estado de Veracruz, me topé con algo que me horrorizó y me erizó la piel.