Tierra Adentro
Fotografía de Miriam Weston

Los tiempos que nos han tocado vivir ponen en evidencia que todas nuestras acciones de sobreexplotación del medio ambiente tienen repercusiones graves. En esta entrevista con Mariam Weston, ingeniera en desarrollo sustentable, llegamos a la conclusión de que la sensación de emergencia que vivimos ahora, debería trasladarse también a la realidad en la que estamos reduciendo nuestras posibilidades de subsistencia.

Nuestra depredación inconsciente de los recursos naturales nos está llevando a fenómenos como la sexta extinción, es decir, una pérdida masiva de biodiversidad de la que Mariam nos habla más a detalle en las siguientes líneas. Su trabajo se ha enfocado en el desarrollo de estrategias de conservación de especies, como directora de proyectos en la fundación Animal Karma. Gracias a su formación en el Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Curtin en Asutralia, Durrell Conservation Academy en Inglaterra y Animal Record en España, nos ofrece un panorama claro de la situación actual a la que deberíamos estar haciendo frente. Uno de sus objetivos en su compromiso con la biodiversidad es compartir la información necesaria para despertar y fomentar la acción. Esperamos que esta entrevista sea parte importante de esos esfuerzos.

D: ¿Cuál es el peor escenario al que nos enfrentamos o hacia el que estamos encaminados actualmente en términos del impacto a la biodiversidad del planeta?

M: Con respecto a la biodiversidad estamos viviendo la sexta extinción masiva. En la historia del planeta ha habido cinco extinciones masivas antes de esta, en las que se perdió entre el 70 y el 90% de la vida existente, pero lo que caracteriza a todas estas extinciones, incluyendo a la de los dinosaurios, es que fueron causadas por fenómenos naturales. La sexta extinción es la única que ha sido producto de las actividades humanas, algunas causas directas son: el cambio de uso de suelo y mar, la extensión de la ganadería, la agricultura y la deforestación que estas actividades generan. Un ejemplo muy claro es cómo los orangutanes están desapareciendo por la expansión del cultivo de la palma para producir más del famoso aceite de palma. Otra causa es la explotación directa de organismos, como la cacería ilegal de especies de jaguar en México o la de tigres en India para su comercio, la pesca inmoderada y todas las consecuencias que derivan de esta —la pesca indirecta (bycatch) de especies no comerciales como tortugas marinas, delfines, o en México la vaquita marina.

Hay un reporte muy bueno del IPBES (Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistemáticos), sobre la sexta estinción que en inglés se llama “Nature’s Dangerous Decline “Unprecedented” Species Extinction Rates “Acelerating”. Para este reporte se juntaron más de 30 científicos alrededor del mundo y dictaminaron el estado de la biodiversidad, concluyeron que estamos perdiendo especies mil veces más rápido de lo normal. Perdemos aproximadamente 200 especies por día, están en riesgo más de 40% de las especies de anfibios, casi el 33% de los corales formadores de arrecifes, más de un tercio de todos los mamíferos marinos y se estima que el 10% de los insectos están amenazados; por lo menos 680 especies de vertebrados han sido llevados a la extinción desde el siglo XVI. Tenemos actualmente un millón de especies tanto de flora como de fauna categorizados en peligro de extinción: los sogas, el lobo gris mexicano, el cóndor de california, entre muchas otras de una larga lista.

D: Tu carrera en ingeniería sustentable implica recomendar o encontrar soluciones para las empresas y su relación con el ambiente, ¿cómo podría rastrearse su impacto?

M: Las empresas tendrían que ser completamente abiertas con sus reportes ambientales, en México se deben cumplir ciertas normas pero la realidad es que en la mayoría de los países las regulaciones son mínimas. La mayor parte de las empresas solo se concentran en cumplir las normas para seguir operando, sin hacer modificaciones importantes en sus procesos, que realmente impacten de manera positiva al medio ambiente.

Existen algunas certificaciones que nos ayudan a identificar empresas que an más allá del mínimo esfuerzo, como la ISO 14001 para normas ambientales. El único problema con la ISO es que es un poco incongruente, porque empresas tabaqueras o que venden armas pueden tener la certificación. Está padre que tu empresa sea “ambientalmente responsable” pero estás fomentando que se produzcan colillas que tienen un impacto ambiental muy grave y no tienes un programa para recolectarlas.

Otra certificación, es la EMAS (Eco-Management and Audit Scheme, Reglamento Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoría) que es europea y esa sí es muchísimo más estricta. Una de las mejores formas que tenemos los consumidores para empezar a mejorar las cosas es pedir certificaciones o pedir informes de sustentabilidad. No solo quedarnos con lo que las empresas dicen que están haciendo bien, hay que asegurarnos que no sea un truco publicitario y consumir sus productos sin culpa: esto se llama greenwashing.

Por ejemplo, algo muy chistoso que pasó hace poco con esta empresa de cerveza, Corona, que sacó una campaña para invitar a la gente a limpiar playas. Está padre la iniciativa y todo pero creo que es muy importante que distingamos entre agentes pequeños y agentes grandes. Un agente pequeño es una persona y a nosotros como pequeños actores nos corresponden acciones pequeñas, a nosotros sí nos corresponde ir a limpiar playas, reducir nuestro consumo de carne, reducir y separar nuestros residuos, hacer composta. Acciones pequeñas individuales que en colectivo pueden hacer un cambio, pero que tú me digas que un actor grande (gobiernos o empresas), se pone a hacer muchas acciones pequeñas no es congruente. A un actor grande le tocan acciones grandes. Ellos en lugar de estar limpiando playas deberían estar haciendo cambios en el sistema. Podrían hacer más eficientes sus producciones, buscar alternativas para reutilizar sus empaques, facilitar que sus residuos no terminen en los océanos, crear un sistema operativo diferente, minimizar el uso de agua, utilizar energías alternas, etc. Soluciones verdaderamente innovadoras. Limpiar la playa es un primer paso pero no soluciona el verdadero problema: la producción de residuos y su ineficiente recuperación y disposición, así como el consumo excesivo de recursos naturales.

Esto es algo muy importante: distinguir completamente las acciones y los actores, qué acciones le tocan a cada quién y de esta manera poder exigir cambios verdaderos. Otro ejemplo buenísimo de esto son los popotes; hay hoteles gigantescos que están en el Caribe mexicano y destruyeron medio arrecife en su construcción pero no dan popotes. Así no va la cosa. Destruiste medio arrecife pero como no das popotes, “bravo, ya te puedes lavar las manos”.

Las cuestiones ambientales son problemas complejos porque no existen soluciones lineales, no por hacer A —una acción dada— automáticamente se va a reforestar el Amazonas. No solamente existe una solución. El biodiesel, por ejemplo, se planteó como una alternativa a los combustibles fósiles, pero después analizas el proceso y te das cuenta que vas a deforestar para plantar más soya. Esa soya, además, pudo haber sido utilizada para alimento de personas. Todos los problemas ambientales necesitan soluciones complejas o multidisciplinarias ya que todo depende del caso y del contexto. Por ello hay que innovar y exigir que cada vez más actores, ya sean ciudadanos, empresas o gobiernos, se responsabilicen de su impacto ambiental.

Volviendo a las certificaciones, también existen las de Rainforest Alliance que te informan cuando los productos, especialmente los maderables o los chocolates, vienen de prácticas sostenibles donde a los trabajadores se les paga adecuadamente y se les enseña a no talar de cierta forma para que el bosque se pueda regenerar.

Hay otras, por ejemplo, en la industria de la pesca, que es de las más nocivas. Leí hace poco que el 90% de nuestras pesquerías, están depleted, lastimadas o abusadas, sobre-explotadas por malos manejos. Existe una certificación que se llama MSC (Marine Stewardship Council) enfocado a que las actividades de pesca sean conscientes, que no haya sobrepesca y lleven buenas prácticas.

Muchas certificaciones más están surgiendo. También para el papel y maderables existe FSC (Forest Stewardship Council), que garantiza la producción sustentable de papel de baño, pañuelos, papel blanco, aquella que viene de tala legal, es decir, no estás destruyendo la selva de Calakmul para tener papel en tu casa.

Ahora bien, aparte de las certificaciones, existen tendencias nuevas para romper el sistema de producción clásico, conocido como producción lineal. La producción y consumo lineal es lo que nos ha llevado al colapso ambiental, ya que consiste en extraer los recursos del medio ambiente, procesarlos, transportarlos, consumirlos y desecharlos. Para una botella de refresco, por ejemplo, se extrajeron recursos, se produjo, se vendió, y como la empresa no tiene un lugar a dónde regresarla o donde se pueda reutilizar va a ir a la basura, ahí terminó su vida útil.

Por eso es necesario que surjan nuevos métodos de producción así como de consumo, como la economía circular y el craddle to craddle (cuna a cuna), donde los desechos se vuelven la materia prima para otro producto y se considera minimizar el daño ambiental durante el ciclo de vida del producto. Un producto craddle to craddle considera que los materiales que se utilizan para su elaboración sean seguros para los humanos y el medio ambiente, también la reutilización del producto para eliminar el concepto de desperdicio y garantizar que los productos permanezcan en ciclos perpetuos de uso y reutilización. Toma en cuenta que no se desperdicie agua en su elaboración, que se usen energías renovables y que se respeten a todas las personas y sistemas naturales involucrados.

A veces no nos damos cuenta de todo el problema que hay detrás de un producto. Para hacer un celular, por ejemplo, se necesita extraer un mineral que se llama coltán, que está destruyendo bosques en África, afectando la salud de las comunidades y le está dando en la torre a poblaciones de gorilas y de okapis, que son primos de las jirafas. Tenemos que ser conscientes de nuestro consumo y empezar a modificar hábitos, en lugar de comprar el último modelo de teléfono, mejor buscar uno de segunda mano o el viejito que tenía tal vez lo puedo llevar a reciclar o lo puedo vender para darle una segunda vida. Nos urge romper con la estructura lineal que ha gobernado el siglo XXI y que nos han llevado a todos estos problemas económicos, ambientales y sociales.

MariamAlgore

D: ¿Con qué organizaciones estás en contacto que están trabajando para mitigar el impacto en la biodiversidad?

M: Yo trabajo en Animal Karma en la conservación de felinos, tenemos algunos proyectos aquí en México, sobre todo los que involucran implementación de tecnología para la conservación. Recientemente colaboramos con Pronatura Yucatán, les asistimos con muestreo con drones dentro de un área natural protegida, para ver el avance de la deforestación y el de la ganadería en esa zona, así como tratar de generar estrategias para mitigarlo.

Yo diría que la amenaza número uno que tiene el jaguar en México es el conflicto que existe con los ganaderos. Al expandirse la tierra de ganadería hay disminución de presas, disminución de hábitat. Ahora es cada vez más frecuente que un jaguar ataque a una vaca, lo cual implica una pérdida económica para el ganadero y a veces es mucho más fácil eliminar la amenaza inmediata: matar al jaguar. Afortunadamente, México es el único país de Latinoamérica donde existe un seguro ganadero, puedes llamar al Fondo de aseguramiento ganadero, en las primeras 24 horas del ataque y te pueden compensar económicamente. Te reponen al animal para que tú no incidas en la necesidad de matar al jaguar o al puma o al lobo o al oso que tenga algún conflicto con tu ganado.

Estamos colaborando con el desarrollando algunos proyectos de divulgación y conservación para la zona del sureste, en especial de Calakmul y hacemos algunas donaciones de equipo de investigación. Estamos por abrir una especie de, no diría agencia de viajes, pero experiencias para que la gente pueda ir a hacer voluntariados a ciertas áreas naturales protegidas. Además con su participación será posible hacer donaciones para equipos de investigación o que se fondeen ciertas necesidades que requiera el proyecto. Eso es muy necesario porque cada vez la CONAP (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas) está siendo muchísimo más golpeada y le reducen el presupuesto.

Otro proyecto que tenemos es en colaboración con Fundación Ikiam, un colectivo de achuares, grupo indígena que habita en la Amazonía ecuatoriana y la Amazonía peruana. Nosotros trabajamos con la ecuatoriana en una comunidad que se llama Wachirpas, con dos proyectos sobre conservación de la biodiversidad y sobre meliponicultura sostenible, que es como la apicultura pero con abejas que no tienen aguijón. Ese programa está enfocado a las mujeres de la comunidad para la preservación de la medicina tradicional y, en algún momento, para que puedan tener un ingreso económico sostenible que no implique desplazarse a ciudades, derribar árboles para vender la madera o incidir en actividades ilícitas como de cacería ilegal. Este proyecto me encanta porque además colaboramos con Mayabacab un colectivo increíble del sureste mexicano, ellos nos apoyan en las capacitaciones de meliponicultura; utilizan técnicas mayas entonces es una fusión de conocimientos ancestrales.

Soy líder del Climate reality project donde nos dedicamos a hacer concientización y educación en materia de cambio climático. Tenemos un proyecto muy padre en conjunto con Global shapers que es una iniciativa para jóvenes del Foro Económico Mundial, que se llama Acción climática desde casa. Todos los viernes, tenemos un webinar dedicado a alguna problemática y a sus solución relacionadas al cambio climático. Justo hace unas semanas tuvimos un panel sobre especie sombrilla. Ya estamos en la segunda temporada, y estamos colaborando con las comunidades de Global shapers de Ecuador, Colombia, Perú, Costa Rica, para hacer más grande el asunto.

Tuvimos invitados de la Universidad EARTH en Costa rica; de Guayaquil, Ecuador; otra de la Universidad CES en Medellín, y al biólogo Luis Felipe Lozano que es el coordinador del programa para la conservación del águila real en México. De esta manera podemos poner información de fuentes relevantes relacionada al cambio climático y todas las cuestiones relacionadas para un público joven de manera accesible y gratuita.

D: ¿La aportación individual puede ser significativa?, ¿cómo desde el plano individual podemos aspirar a un cambio drástico si las empresas y el modelo capitalista no implementa las medidas necesarias de cuidado?

M: Sí, sin duda. ¿Te acuerdas de las cámaras desechables que eran de rollo?  Ya no existen porque ya no hay demanda; la tecnología evolucionó y ahora hay una manera diferente de hacer fotografía. Creo que si los consumidores empiezan a ser conscientes poco a poco el sistema cambiará. Oreo tuvo un problema súper fuerte porque las galletas tienen aceite de palma y por la presión de la sociedad está buscando una alternativa en varios países.1 Eso ayuda muchísimo, los consumidores conscientes pueden cambiar el sistema, otro ejemplo es Colgate que ya vende una versión del cepillo de dientes de bambú y sin empaque plástico, es un pequeño paso pero es una señal de que las cosas pueden cambiar.

No es nada más que la sociedad haga su parte, es algo horizontal y multinivel. Hay que exigir tanto a las empresas como al gobierno como a la ciudadanía porque si excluimos algún sector, algún nivel de este panorama, no importa que uno o el otro intente compensar porque aun así se queda el vacío. Tiene que ser un cambio colectivo, pero claro que las acciones individuales aportan mucho.

Regresamos a que somos actores pequeños pero nuestras acciones pequeñas cuentan. Es posible hacer un cambio en tu forma de vida que genere un cambio en la naturaleza, tal vez no lo vemos porque somos un granito de arena pero sí tiene un impacto porque no es solo una persona, son varias haciendo la diferencia.

Importa mucho que se le exija a las empresas y que se le exija al gobierno que regule a las empresas, que sea congruente con las políticas ambientales. Algo que se nos olvida mucho como ciudadanos es que nosotros tenemos el poder en la urna y hemos dejado a un lado ser conscientes en cuestión climática-ambiental. Votamos porque nos agradan mucho sus políticas sociales, pero no estamos todavía en un nivel de preguntar, ¿cuáles son tus políticas ambientales? Y esto urge porque en 11 años la crisis ambiental va a estar muy grave y va a ser el problema número uno, para todos.

Ya lo estamos viviendo con el coronavirus, que surge precisamente por toda la presión que le hemos estado metiendo a los bosques, a la biodiversidad. Cuando talas bosque lo que haces es generar interacciones entre especies que antes no interactuaban y esto lleva a zoonosis, es decir a una enfermedad que se puede transmitir de animales a humanos, que eventualmente se transmite de humano a humano y aquí estamos. No solo ha pasado con el coronavirus hay muchos virus más, un ejemplo es un virus que se llama Nipah.

En Malasia estaban talando bosque para expandir campos de árboles frutales y granjas de puercos, en zonas donde hay una especie de murciélago que es el zorro volador, estos enormes murciélagos gigantes casi de dos metros de envergadura. Ellos portan naturalmente el virus del Nipah, está en sus excretas y sus fluidos, y cuando empezaron a talar el bosque, se acercaron a los árboles frutales a alimentarse. Los puercos de las granjas empezaron a comer todo lo que estaba en el piso, incluyendo la excreta del zorro volador, y cuando el humano consumió la carne de cerdo se contagió de este virus. Esto nos demuestra cómo nuestras acciones tienen repercusiones que regresan a nosotros manera negativa.

Cuando vas al súper y preguntas de dónde viene el salmón que estas comprando, si viene de la Colombia Británica, es un salmón como naranjoso, que se ve casi como mandarina, estás comprando un salmón cero sostenible. Ese salmón viene de una granja de acuacultura donde se están contagiando peces nativos, se están contagiando lobos, se están muriendo esponjas marinas primitivas y los pescadores locales están perdiendo su fuente de empleo, porque el salmón de estos criaderos tienen un virus (Piscine Reovirus) que se está propagando por el ecosistema; tú pagas por que se propicien esas actividades sin saberlo y además estás comiendo un pez enfermo.

Las pequeñas acciones cuentan un montón aunque no nos demos cuenta inmediatamente, como saber de dónde vienen nuestros alimentos o los productos que compramos. Otro ejemplo es el de la vaquita marina, que está en peligro crítico de extinción por un pez que se llama totoaba. La vejiga de la totoaba es muy valiosa en el mercado asiático, sobre todo en China porque creen que tiene propiedades medicinales, además de que se consume como una exquisitez.  Puede valer hasta  20,000 dólares.2 Las totoabas comparten territorio con la vaquita marina y como no estaba regulada la pesca de estos animales, se llevaban en las redes a las vaquitas. Ya cuando se trató de poner la ley, era muy difícil ganarle a la pesca ilegal. Aunque desde 1970 se les dijo que estaba pasando esto, se vieron un poco lentos en la acción. ¿A qué voy con esto? Si alguien no estuviera consumiéndolo no habría demanda. Cuando la demanda termina, el sufrimiento termina y eso es algo que voy a repetir siempre.

Justo ahorita con todo esto del pangolín, por el COVID, ya prohibieron al pangolín en la lista de ingredientes para la medicina tradicional, lo cual va a tener un buen impacto en las poblaciones silvestres. Yo espero que empecemos a ser más conscientes de lo que estamos haciendo, claro que nuestras acciones cuentan y más si podemos transmitir lo que sabemos a otras personas. Otra cosa que pasa mucho es que nos quedamos la información y no la transmitimos, o la información se queda en una élite científica y no se divulga. Nosotros como ciudadanos que ya nos enteramos tenemos la obligación de difundir esto, por nuestra salud y de futuras generaciones, es muy importante.


Autores
(Oaxaca, 1997) Escribe narrativa y poesía inspirada en su lugar de origen. En el 2019 fue parte del International Writing Program’s Women’s Creative Mentorship Project. Obtuvo el Master in Fine Arts in Spanish Creative Writing por la Universidad de Iowa, donde además fue parte del consejo editorial y luego jefa de redacción de la revista Iowa literaria. Ha publicado en las revistas Este País, Tierra Adentro y Armas y Letras. Actualmente dicta clases de literatura y español en Coe College.
(Ciudad de México, 1995) Ingeniera en Desarrollo Sustentable por el Tecnologico de Monterrey con enfoque en manejo de recursos naturales, conservación de especies y desarrollo social. Mariam se ha formado en la Universidad de Curtin en Australia, en Durrell Conservation Academy en Inglaterra y en Animal Récord en España. Realizó su pasantía en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de México (PNUD) en el proyecto de Especies en Riesgo, donde diseñó un sistema de caracterización de lagunas someras en la Reserva de la Biosfera de Calakmul. Cuenta con 5 años de experiencia como directora de proyectos en la Fundación Animal Karma donde promueve y desarrolla estrategias de conservación para la biodiversidad a través del uso de tecnologías para la generación de información técnica y científica de conservación así como del desarrollo de estrategias de educación ambiental. Es miembro del Climate Reality Project y de la Comunidad Global Shaper del Foro Económico Mundial. Socia y fundadora de la consultoría ambiental CLIMA.