Tierra Adentro
Fotografía de Miriam Weston

Aquí puedes leer la primera parte

 

 

D: En tu conferencia sobre la sexta extinción hablas de la importancia de las Nature based solutions, ¿existen medidas así en México?

M: Esta tendencia es relativamente nueva así que hay pocos ejemplos internacionales y muchos menos nacionales pero sé que hay una iniciativa mexicana que se llama “Cultivo”. Ellos buscan generar un puente para que empresas puedan invertir en la restauración de bosques, praderas y manglares (Soluciones climáticas naturales) para ayudar a revertir la degradación de la tierra, proteger la biodiversidad y capturar carbono con la ayuda del sector privado. También, en México, tenemos el ejemplo del Grupo Ecológico Sierra Gorda, ellos tienen un plan increíble de conservación, aprovechamiento sostenible, apoyo a las comunidades y generan un retorno de inversión para sus donantes. Aunque no están certificados internacionalmente son un gran ejemplo de nature based solutions.

A nivel internacional, Jeff Bezos, el CEO de Amazon, invirtió un billón de dólares en Nature based solutions, que todavía no sé a qué se van a ir pero hablan mucho sobre rescatar bosques y reforestar. Greta Thunberg está trabajando en una serie donde se van a enfocar en todos estos Nature based solutions, entonces estoy segura que pronto sabremos de muchos más esfuerzos con esta técnica.

Si quieres hablamos un poco más del concepto de Nature based solutions porque vale mucho la pena. Estudios nos dicen que las Soluciones basadas en la naturaleza pueden proporcionar más de un tercio de la mitigación climática necesaria entre ahora y el 2030, de manera rentable para evitar la producción de 10 gigatoneladas de CO2 por año.1

Esto es importante porque creo que todo el tiempo vemos las energías renovables o la tecnología como una solución muy a la mano, pensamos en poner muchos paneles solares o transitar a energía eólica. Desde la geoingeniería, se proponen todas estas soluciones bien locas como hacer máquinas que filtren el CO2 y hagan oxígeno, pero pues ya existen los árboles. ¿Por qué gastar tantos recursos en crear estas tecnologías?, que claro tienen muy buenas intenciones pero son como un parchecito a un hoyo de bala, o a una herida muy profunda.

Es bien importante que hagamos énfasis en que en el mundo de la sustentabilidad existen dos ramas o dos vertientes: la sustentabilidad débil y la sustentabilidad fuerte. La primera plantea que todos los problemas ambientales, derivados de la acción humana —cambio climático, pérdida de biodiversidad— se van a poder restaurar o mitigar por la creación de tecnologías, la implementación de ciencia o el desarrollo científico. Es una apuesta al desarrollo tecnológico, de la creencia que solamente a través de esto vamos a poder remediar el problemón. En cambio, la sustentabilidad fuerte, a la que yo soy fiel partidaria, se basa en un principio de precaución y de decir: no sobre-explotes, concéntrate en preservar la naturaleza. La naturaleza puede acolchonar todos estos problemas, si le dan chance y no abusan de ella. Los árboles pueden hacer su trabajo solo si detenemos la deforestación. Debemos enfocarnos en conservar los recursos que ya tenemos.

Yo creo más en eso porque la naturaleza es súper resiliente y no nos necesita. Es muy importante hacer hincapié en que debemos cambiar el chip mental de que nosotros vamos a cuidar a la naturaleza o que tenemos que protegerla. Cancelen eso porque la naturaleza no nos necesita, y se va a adaptar. Ya ha pasado, después de cinco extinciones sigue aquí: sobrevivió un 30%, un 10% de los seres que tenían que sobrevivir, pero está bien y se adapta. El problema es para nosotros, ¿qué va a pasar con nosotros cuando ya no haya agua limpia?, ¿qué va a pasar cuando en 30 años haya refugiados climáticos? En realidad, ya está pasando, pero imagínate que el sureste se tenga que trasladar porque ya no hay playa.

Hace seis meses estaba viviendo en la reserva de la biósfera de Calakmul, e iba muy seguido a Playa del Carmen. Mi idea era una playa hermosa, un gran terreno de playa y el mar. Tenía como diez años que no iba, ¡y ya no hay playa! El mar llega a los hoteles. En Sian Ka’an hay un pueblo que se llama Punta Allen. Es una islita muy linda de pescadores y ellos platican que hace 20 años podías caminar todavía más o menos otros 20 metros hacia adentro del mar y ahorita ya no. Cada vez les llegan más fuertes los huracanes, les afectan más las sequías.

Todos estos son problemas que ni siquiera se hablan, problemas que van a afectar a las personas porque la naturaleza va a seguir. Qué mejor ejemplo que Chernobyl, decían que ya nada iba a existir en por lo menos 50 mil años y ahorita hay lobos, bosque. Todo está radioactivo, pero hay vida. Hay que deshacernos de esta ideología paternalista de abrazar a los árboles porque somos los seres superiores que necesitamos proteger a la naturaleza.

Todavía no tenemos este gusanito de gravedad. Ahora por el Covid-19 la gente siente ansiedad, o esta angustia de que las cosas están mal porque se ven los efectos, pero cuando les hablas de cambio climático, en conferencias, sobre todo cuando estamos en la normalidad lo ven muy lejano. Te dicen “sí hace un poco más de calor que antes”, pero no hay ese sentido suficiente de urgencia para tratar de salvar las cosas. Esto me preocupa porque tenemos una carrera contra reloj, eso sí es innegable.

Salió un reporte del IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático) y nos cambiaron la jugada. Antes se creía que el peor escenario ocurriría si la temperatura global aumentaba 2ºC. El reporte nos dijo en 2018 que no, el peor escenario se va a presentar cuando haya un incremento de 1.5 ºC, es algo muchísimo mas próximo. Nos estamos acercando a ese límite, lo que pasará si llegamos a ese límite está para llorar. Es peor que cualquier película apocalíptica que se puedan imaginar: pérdidas de siembra, sequías masivas, efectos tropicales fuertísimos, monzones porque es un ciclo: si hay mucha sequía en algún punto habrá mucha lluvia. No estamos preparados para eventos extremosos.

A mí me sorprende que en Estados Unidos, por ejemplo, en Nueva York, hace unos meses ya empezaron con simulaciones para que, si hay inundaciones o efectos climáticos agresivos, las entradas para el metro se cierren como una plataforma hermética y ya no permita que se inunden. ¿Se imaginan qué tan grave debe de ser que estas ciudades primermundistas ya se están preparando para el peor escenario? Ni siquiera están dando esperanza de que tal vez no pase.

Es súper importante que nos demos cuenta y más si somos de países en vías de desarrollo porque nos va a pegar durísimo. ¿En qué momento vamos a tener los medios, los recursos para hacer una adaptación y cambiar todo los métodos de vida de las personas? Aquí es donde me pregunto, ¿quién está pensando realmente en las poblaciones vulnerables? Las poblaciones costeñas, comunidades que viven dentro de las áreas naturales protegidas o comunidades remotas, que apenas si les llega agua así como están las cosas.

En Calakmul tuvieron una sequía terrible, la gente se quedó sin agua y tenían que pagar por ella. Esas comunidades tienen que pagar las consecuencias de un colectivo y, ¿quién les va a ayudar a ellos?, ¿quién está viendo por ellos?, si ni siquiera hay una conversación de cambio climático o una conversación de estas sequías; todavía peor no hay una conversación sobre cómo vamos a solucionar estos problemas. Al contrario, estamos en un diálogo de hacer desarrollos urbanos, de infraestructura que no contemplan la parte de los problemas ambientales. Ahora sí que, ¿por qué nadie piensa en los niños?, ¿por qué nadie piensa en todo lo que va a venir en —digamos en el mejor de los casos— diez años? Nos hace falta preocuparnos más de esto y tomarlo en serio; lo vemos lejano y no está nada lejano de la realidad.

D: ¿Cuál es la importancia de la autonomía de ciertas comunidades indígenas en la preservación del medio ambiente?, ¿algunas de tus estrategias se relacionan con estas prácticas?

M: Hablando desde la perspectiva de la comunidad con la que trabajo en el Amazonas, realmente están en la primera fila que tenemos contra toda esta depredación masiva de la Amazonía, contra las petroleras que quieren abusar de los recursos, las industrias que quieren talar o construir. Sí tienen esta consciencia súper clara de la dependencia a la naturaleza, por eso lo defienden porque es su modo de vida, para ellos es sagrada. Hay una conexión espiritual. Lo que más deberíamos aprender es eso: la defensa.

Además tienen prácticas que no son tan nocivas, tienen técnicas de cultivo y de ganadería de autoconsumo. No consumen más de lo que necesitan y no producen de más, a menos que necesiten vender y producen para vender, pero no con estas técnicas de agro-destrucción —si le podemos decir así— donde tiran la selva de manera masiva, ni utilizan pesticidas ni fertilizantes. Ellos han heredado técnicas en donde pueden aprovechar la naturaleza sin lastimarla. No es este sistema de producir lo más que pueda a costa de todo para tener incrementar la ganancia. Es una vida mucho más tranquila.

Creo que, además, existe la idea de que estos modelos de vida tal vez no van a permitir que las comunidades puedan crecer o desarrollarse. Al contrario. Me parece importante escuchar a la gente y aprender, tener claro que nuestro concepto de desarrollo puede no ser el mismo para todos.

Muchas veces ya hay un trauma porque son comunidades que vivieron generacionalmente muchísimos abusos. Nos estamos perdiendo de muchísimo conocimiento.  En un viaje a la Amazonía, conviviendo con las comunidades achuares, les pregunté por su medicina tradicional. Tienen muchos remedios de plantas y me contaron que los han visitado muchos científicos, recolectan las plantas, les enseñan qué hacen con ellas, después escriben papers, hacen medicinas, se vuelven millonarios vendiendo estas medicinas y a los achuares ni las gracias. Eso es tristísimo, ni siquiera hay una inclusión como autores de la información en los artículos.

Por el contrario, en Calakmul en la reserva de la biósfera tienen guardaparques, de comunidades originarias, que saben muchísimo de plantas nativas, su conocimiento es fundamental para los censos. A ellos les dan su lugar, los incluyen en los artículos científicos, ponen su nombre y les dan un un reconocimiento. Creo que es lo que tenemos que empezar a hacer porque no está padre esta dinámica donde una parte gana a costa de abusar del conocimiento originario y mucho menos padre esta imponer una ideología de desarrollo o progreso sin detenerse a preguntar qué opinan todas estas comunidades.

D: Mucho se ha hablado del mejoramiento de las condiciones ambientales que ha tenido nuestra ausencia durante la cuarentena, ¿cómo ves ese fenómeno?

M: Yo creo que hay un beneficio a corto plazo. La pregunta que es aquí es, ¿cuánto tiempo va a durar esto?  ¿Vamos a regresar a lo mismo?, ¿vamos a regresar a sobre-explotar todo lo que no explotamos en estos seis meses de cuarentena? Vamos a regresar a volvernos locos y querer consumir más o existirá realmente un cambio de consciencia.

Tanto hay pros como hay contras. Sí ha habido avistamientos de animales en zonas donde eso no sucedía. En Tampico, pudieron ver una nutria bebé. Y así como esta nutria ha habido muchos casos de osos en California, osos negros en Monterrey. Gracias a que hay menos flujo vehicular tambien se reducieron los atropellamientos de algunas especies en Estados Unidos, como los pumas. Según un reportaje de la revista National Geographic, en marzo y abril, el tráfico en las carreteras disminuyó hasta en un 73%. Durante ese tiempo, las muertes por atropellamiento de ciervos, alces, osos, leones de montaña y otros animales salvajes grandes disminuyeron hasta en un 58 por ciento, si esa  tendencia de tráfico se mantiene durante un año, se podrían prevenir 50 muertes de puma en California.2

Obviamente si los animales se sienten más seguros van a seguir saliendo, pero eso no quiere decir que sus poblaciones se van a reparar mágicamente de la nada, a menos que de verdad esto sea para siempre.

Este resguardo puede implicar no utilizar vehículos que producen CO2 o no consumir tanta carne roja, si pudiéramos conservar todos estos cambios a largo plazo tal vez sería mucho más sostenible. Al menos, darnos cuenta que la vida puede ser mucho más sencilla que lo que nos presenta el modelo consumista.

Cuando nos abran las puertas, vamos a querer conocer, estar en contacto con la naturaleza y salir a lugares paradisiacos pero, ¿cómo lo vamos a hacer?, ¿vamos a dejar las playas asquerosas como siempre? O vamos a estar conscientes de que todas nuestras acciones tienen una consecuencia.

Hace poco, tenía un debate con una amiga sobre lo que pasaría con las fábricas al terminar la cuarentena. Ella decía que en cuanto abrieran, iban a querer compensar el tiempo “perdido”. Se acabó la cuarentena en China, por ejemplo, y salió un encabezado en The guardian: la sobreproducción otra vez está afectando la calidad de aire.

¿A eso vamos?, ¿para eso nos pasan estas cosas? Tal vez parezca que podría haber una esperanza, pero si vamos a salir a hacer lo mismo pues no va a ser real. En la cuarentena sí se ha visto un beneficio a ciertas especies, pero no para todas. Hay especies que dependen completamente de la conservación o de la visita de turistas. El turismo sostenible ayuda a proyectos de conservación. La organización Save the rhino depende mucho de que haya literal un guardaespaldas para sus rinocerontes que los proteja de los cazadores. Por la cuarentena tuvieron que reducir su personal, lo cual tiene un impacto en las poblaciones de rinoceronte.

Hace poco también cerraron los parques para visitar gorilas y chimpancés en África, en Ruanda. Un cazador pudo matar a un gorila espalda plateada porque no hay suficiente personal que esté vigilando. Todas las especies que dependen de estrategias de conservación que, a su vez, dependen del turismo, sí están siendo afectadas. Por el otro lado tenemos otras especies que para ellas lo mejor es que no haya personas para que puedan salir a nuevos territorios a buscar presas o tener agua menos contaminada. Depende la especie. Pero hay tantos casos de cosas positivas como negativas. Aquí la cuestión es hacia dónde queremos ir y cómo vamos a regresar a la normalidad.

Un buzo subió una foto de cómo está el suelo marino, no me acuerdo en qué país pero está lleno de cubrebocas. Por otra parte, comprar en línea aunque puede ser muy fácil o muy efectivo, tiene costos extra que no consideramos: el empaquetado de plástico, el transporte que requiere para llegar a tu casa desde quien sabe dónde y la explotación de los recursos. Otra vez se vuelve importante el consumo consciente. Hay que darnos cuenta que tal vez solo estamos consumiendo porque no tenemos otra cosa qué hacer. Si ya lo estamos haciendo mínimo buscar que los residuos que estamos produciendo se separen y se vayan a plantas de reciclaje.

Es importante buscar alternativas, existen diferentes marcas mexicanas como Amai, que venden el shampoo o las cremas sólidas que no tienen bases y son fuentes responsables donde se le paga éticamente a los productores. Si alguien quiere educarse en consumo local, busquen a Enrique Cervantes. Tiene una iniciativa que se llama Mi bonito tianguis. Promueve el consumo local, por la pandemia no pueden hacer los tianguis, pero tienen una tienda, Agua bonita, donde venden estropajos, productos de limpieza de autorrelleno. Los estropajos son naturales, fabricados por artesanos que tardan días en trabajar el material. Él paga un porcentaje correcto y los vende también con un precio diferente para que también gane este tipo de comercio. La gente lo paga porque tampoco es un precio abusivo.

Buscar este tipo de comercio, es súper importante y, sobre todo, quitarnos esa idea de que todo lo que es verde u orgánico es más caro. Este mismo señor hace una comparativa de las manzanas que cultivan en el Estado de México y las manzanas que traen de Washington. Las del Estado salen en 20 pesos y son libres de pesticidas. Estás pagándole bien al agricultor y no hay tanta huella de carbono porque no lo tienes que importar de otro país; te cuesta menos que las que venden en el súper. El mercado sostenible puede estar al alcance de todos y todos podemos volvernos parte de un consumo responsable.

D: ¿A qué personas o medios de divulgación recomiendas seguir para estar al tanto del progreso o deterioro de la biodiversidad?

M: Recomiendo muchísimo Planeta insostenible de Luis Zambrano. De verdad que es una información muy buena, muy clara y da una perspectiva de cómo están las cosas y cómo se pueden abordar los problemas. También, La sexta extinción de Elizabeth Kolbert, si quieren deprimirse y darse un trip de cómo están las cosas en el planeta, este libro habla de muchos casos de cómo las actividades humanas le están dando en la torre a las especies, nos abre los ojos al problema.

Recomiendo mucho seguir a una doctora en sustentabilidad por la UNAM, Cristina Ayala, es una fregona y además es muy buena comunicando los mensajes, la pueden seguir en Instagram como @crisstagram. Si les interesa todo esto de mercados sostenibles pueden acercarse a Rainforest Alliance México, está haciendo un catálogo de todos los productores y empresas que tienen un manejo sostenible de los recursos y técnicas responsables. Obviamente les recomiendo seguir a Animal karma porque nosotros continuamente estamos sacando notas sobre la biodiversidad, tenemos un programa de noticias donde informamos sobre la conservación en México y el mundo todas las semanas. Realizamos entrevistas a expertos, por ejemplo, tuvimos una plática sobre cocodrilos, otra sobre tiburones, y ahí también pueden hacer mucho networking. Así pueden conocer personas que trabajan por la conservación en el país, en diferentes ámbitos.

Te podría dar una lista infinita de personas que recomiendo, Enrique Cervantes se llama @kiquecervantes. Todos los que estoy diciendo son mexicanos excepto el libro de La sexta extincion, para que se den cuenta que no es un asunto global del que México no sepa nada, al contrario hay un montón de iniciativas en el país. Enrique Cervantes sabe mucho de consumo local. @noseaswaste te enseña a reducir tus residuos y también es mexicana.

Para el consumo de ropa consciente y sostenible recomiendo seguir a Espacio vaivén o a Fashion revolution, que tienen una sede en México. Hay un índice que se llama el Fashion transparency index donde clasifican a las empresas o a las marcas de ropa por sus prácticas sostenibles, hacen un ranking y te explican quiénes son transparentes, tienen buenas prácticas de sustentabilidad, pagas responsables a sus trabajadores. Hay mil recomendaciones, si pueden dense una vuelta y también síganos en Youtube, Acción climática desde casa, todas las pláticas están grabadas, son muy amenas, son de máximo una hora y media, 20 min, 40 min, hay material para todo.  Realmente es querer empezar y empezar a tomar acción para cambiar las cosas, se que todo puede sonar muy abrumador pero enserio que somos millones de personas luchando por vivir en un planeta mejor para todos, la gente, las plantas, los animales, todos. No estas solo y no es una lucha que este solo en tus hombros, de verdad que lo único que tienes que hacer es informarte, estar consciente de la situación, transmitir la información y empezar a hacer cambios aunque sean pequeños, pero eso, HACER es lo más importante y no solo enterrar el problema debajo del tapete.

Los dejo con una frase que me marcó mucho de Greta Thunberng: “Quiero que entres en pánico. Quiero que actúes como si tu casa estuviera en llamas. He dicho esas palabras antes y mucha gente me ha dicho que es una mala idea. Una gran cantidad de políticos me han dicho que el pánico nunca conduce a nada bueno. Y estoy de acuerdo. Entrar en pánico a menos que sea necesario es una idea terrible. Pero cuando tu casa está en llamas y deseas evitar que se queme por completo, requieres cierto nivel de pánico para que tomes acción.”

NUESTRA CASA ESTÁ EN LLAMAS, ¿qué vas a hacer para que no se queme hasta la raíz?

 


Autores
(Oaxaca, 1997) Escribe narrativa y poesía inspirada en su lugar de origen. En el 2019 fue parte del International Writing Program’s Women’s Creative Mentorship Project. Obtuvo el Master in Fine Arts in Spanish Creative Writing por la Universidad de Iowa, donde además fue parte del consejo editorial y luego jefa de redacción de la revista Iowa literaria. Ha publicado en las revistas Este País, Tierra Adentro y Armas y Letras. Actualmente dicta clases de literatura y español en Coe College.
(Ciudad de México, 1995) Ingeniera en Desarrollo Sustentable por el Tecnologico de Monterrey con enfoque en manejo de recursos naturales, conservación de especies y desarrollo social. Mariam se ha formado en la Universidad de Curtin en Australia, en Durrell Conservation Academy en Inglaterra y en Animal Récord en España. Realizó su pasantía en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de México (PNUD) en el proyecto de Especies en Riesgo, donde diseñó un sistema de caracterización de lagunas someras en la Reserva de la Biosfera de Calakmul. Cuenta con 5 años de experiencia como directora de proyectos en la Fundación Animal Karma donde promueve y desarrolla estrategias de conservación para la biodiversidad a través del uso de tecnologías para la generación de información técnica y científica de conservación así como del desarrollo de estrategias de educación ambiental. Es miembro del Climate Reality Project y de la Comunidad Global Shaper del Foro Económico Mundial. Socia y fundadora de la consultoría ambiental CLIMA.