En un país y un tiempo que a muchos les parecen, hoy, sencillamente prehistóricos, José Joaquín Blanco señaló en Crónica de la poesía mexicana (libro de prosa rápida, siempre perentoria, no siempre atinada, cuya primera edición apareció en 1977) que José Emilio Pacheco había recorrido un camino comparable al que Pacheco mismo, en La poesía mexicana del siglo XIX, había observado en Amado Nervo.