Tierra Adentro
"México: Caso Masacre de Acteal". Fotografía por Daniel Cima. Recuperada de Flickr, CIDH (CC BY 2.0).
“México: Caso Masacre de Acteal”. Fotografía por Daniel Cima. Recuperada de Flickr, CIDH (CC BY 2.0).

Los acontecimientos grabados con el fuego de las armas en la historia de un país, jamás permanecen en el pasado. Perduran a través de las vidas que cegaron y se extienden hacia el futuro en ecos de injusticia para los sobrevivientes.

La memoria se convierte en una forma de desafiar la impunidad y de buscar la verdad; en esa  lucha que cada año emprende la comunidad indígena tzotzil, Las Abejas, para conmemorar, con oraciones tradicionales en su lengua materna, a sus 45 hermanos y hermanas víctimas de la masacre de Acteal, ocurrida el 22 de diciembre 1997.

Acteal forma parte del municipio de San Pedro Chenalhó, ubicado en la zona montañosa del norte, conocida como Los Altos, Chiapas. Las Abejas son un grupo de familias indígenas de origen Maya-Tzotzil, cristiano y pacifista, cuyo objetivo es promover la paz, la justicia y el antineoliberalismo.

Al inicio del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) contra el gobierno, en enero de 1994, durante el sexenio del expresidente Ernesto Zedillo, Las Abejas mantuvo una postura alejada del conflicto.

La represión del ejército contra el EZLN, en Chiapas, desató una escalada de violencia entre mayo y diciembre de 1997; meses en los que se registraron denuncias de al menos 34 incidentes en Acteal: asesinatos, expulsiones de comunidades y secuestros, cuyas víctimas fueron priístas, cardenistas, zapatistas y miembros de Las Abejas. La procuraduría estatal, pese a los recurrentes abusos contra la población, realizó investigaciones mediocres al respecto.

En diciembre de ese año, la movilización de grupos zapatistas contra las autoridades de la zona se intensificó. El EZLN acusó a las fuerzas públicas de actuar como caciques protegidos por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), la fuerza política en el poder. Además, las comunidades en Chenalhó que rechazaban al EZNL agravaron las tensiones al sumar pugnas religiosas.

Las acciones de estado que generaron los gobiernos mexicanos contra el EZLN incluyeron la creación y fortalecimiento de grupos paramilitares, de entre ellos, doce  operaban en los veinte  municipios de Chiapas; cuatro grupos adquirieron mayor notoriedad por su presencia en el estado: Paz y Justicia, Los Chinchulines, Máscara Roja y el Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista (MIRA)1.

En medio de la tormenta de la violencia estatal y la omisión de las autoridades policiacas, llegó el 22 de diciembre de 1997, un episodio cruento de la historia contemporánea, cuya voz fantasmal aún nos estremece por la impotencia de quienes cuentan la verdad sobre la masacre.

Las plegarias nunca llegaron al cielo

Familias y miembros de Las Abejas se reunieron a las 10:30 horas. Dedicarían parte de su mañana a buscar la paz por medio de la oración, una de sus prácticas como una comunidad cristiana. Rezaban en una pequeña iglesia protestante en el municipio de Chenalhó, ubicado en la región de Los Altos de Chiapas.

El mutismo de las plegarias debió ser distinto, corrompido por el sigilo de los 60 emisarios de la muerte al acecho. Los paramilitares embistieron a hombres, mujeres y niños. Las plegarias dirigidas a los ángeles fueron respondidas por espectros revestidos de negro, con mantos oscuros e insondables como el abismo al que arrastraron a sus víctimas.

Las sombras atacaron durante seis horas con palos, machetes, espadas, rifles y pistolas reservadas para uso exclusivo del Ejército. Tomaron la vida de 45 personas cuyos ojos se cerraron al rezar para nunca abrirse a mirar el cielo otra vez.

Mientras la policía se mantuvo inmóvil, a 200 metros de ellos asesinaron a 18 mujeres, de las cuales cuatro estaban embarazadas; 16 niñas, cuatro niños y 17 hombres, así como 26 lesionados graves; respecto a las víctimas, 12 murieron por golpes o heridas de arma blanca. Los que murieron por disparos de heridas de balas los recibieron por la espalda.

Los periodistas que llegaron a la comunidad encontraron los cadáveres mutilados, golpeados y fusilados con proyectiles expansivos. Primero llegó el horror a Acteal, después la indignación al resto del país.

Las comunidades de la zona denunciaron como responsable al grupo paramilitar Máscara Roja, activo en coordinación con cuerpos de Seguridad Pública Estatal y funcionarios públicos, “entre ellos el presidente municipal de Chenalhó, Jacinto Arias Cruz”2, a quien los sobrevivientes y testigos culparon por la masacre, conforme al artículo, “El paramilitarismo en Chiapas: Respuesta del poder contra la sociedad organizada”, publicado en septiembre de 2015 en el número 44 de Política y cultura.

Arias distribuyó entre los paramilitares cuernos de chivo y AK-47. Llevaba meses involucrado en actos de intimidación a los indígenas de la zona para obligarlos a abandonar sus hogares, de acuerdo a información recabada en la nota, “Así fue la masacre de Acteal”, escrita el 24 de diciembre de 1997, por el enviado especial de El Mundo, Javier Espinosa.

La versión oficialista del gobierno se basó en reducir el enfrentamiento a una confrontación entre indígenas, y con ello evitar la responsabilidad estatal por el crimen. Sin embargo, las primeras indagatorias de las autoridades exhibieron la participación directa de algunos exmilitares de alto perfil: “El general de brigada retirado, Julio César Santiago Díaz; Mariano Arias Pérez, soldado raso del 38 Batallón de Infantería; Pablo Hernández Pérez, ex militar que encabezó la masacre, y el sargento Mariano Pérez Ruiz”. También se confirmó que Jacinto Arias Cruz, entregó armas a los agresores, de acuerdo a la columna de opinión “El CIDE y la masacre de Acteal”, de Luis Hernández, publicada el 21 de diciembre de 2021 en La Jornada.

Entre los encarcelados, Manuel Luna Pérez y Pedro López López cumplieron una pena de 36 años de prisión. Durante más de once  años permanecieron recluidos hasta el 4 de noviembre de 2009, cuando la SCJN ordenó su inmediata libertad tras determinar que las pruebas obtenidas por los agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) habían sido incorporadas de manera ilícita al proceso, y los testigos habían sido inducidos por elementos de la PGR con la finalidad de incriminar a los detenidos.

Solo algunos de los autores de la masacre han enfrentado la ley. Arias, detenido en 1997, recibió una condena de 36 años en prisión, sin condena a la reparación de los daños. Fue liberado en noviembre de 2015, junto a catorce indígenas más, debido a que resultaron ser falsas las acusaciones de la PGR.

En total, las autoridades encarcelaron a 58 personas por los hechos; 36 quedaron impunes desde el 2007, y para las otras 22 hubo un nuevo proceso por supuestas pruebas falsas, según la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Los funcionarios de los gobiernos locales y federales acusados por el EZLN y organizaciones civiles de perpetrar la masacre, jamás fueron condenados.

La otra justicia es la memoria

En la masacre de Acteal los culpables y los incriminados se veían igual para el sistema penal. La impunidad fue la solución que los siguientes gobiernos panistas y priístas ofrecieron a Las Abejas. En 2006 se creó una fiscalía especial para investigar a fondo la matanza ocurrida en Acteal, que falló en su cometido.

Un año más tarde, en noviembre de 2007, comenzó una campaña mediática impulsada por el gobierno de Felipe Calderón y el Partido Acción Nacional (PAN). Se buscó exonerar a los autores materiales de la masacre y liberar de culpa al estado. Los resultados beneficiaron al expresidente Zedillo, a Julio César Ruiz Ferro, quien fue gobernador de Chiapas desde 1995 a 1998, y a los funcionarios que renunciaron luego de la matanza, sin rendir cuentas ante la justicia federal.

Después de la defensa a los imputados desde el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), la SCJN liberó desde 2009 a 29 personas por supuestas violaciones al debido proceso. De nuevo, los culpables resultaron ser incriminados pese a la existencia de pruebas contundentes de su participación en la masacre.

El golpe final a la justicia que exigían Las Abejas fue asestado después de septiembre de 2011. En ese año, la Corte Federal de Connecticut, Estados Unidos, presentó una demanda civil contra el expresidente Zedillo por permitir la matanza de los indígenas. Después de la insistencia de México a E.U., el 8 de septiembre de 2012, las autoridades estadounidense concedieron inmunidad diplomática al exmandatario, frente al posible resultado negativo en la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH).

La herida de Acteal permanecía abierta por los repetidos intentos del gobierno para negar su responsabilidad en la matanza. Transcurrieron casi 10 años de indiferencia hasta que, en septiembre del 2020, el estado mexicano ofreció disculpas a los sobrevivientes y a las familias de las 45 personas asesinadas aquel 22 de diciembre de 1997.

El acto público del actual gobierno representa apenas un pequeño avance hacia la reivindicación de la verdad sobre la masacre, una memoria aún anegada en sangre que Fernando Luna Pérez ha cargado consigo desde su infancia. El entonces niño de siete años transmutó las 45 víctimas de Acteal en testimonios vivos de una lucha pacífica.

Luna Pérez es el representante del ataque. A través de él, su hermano de dos años y su madre asesinados en aquella iglesia, cuentan una historia: la última plegaria de las voces tzotzil que los anteriores gobiernos mexicanos intentaron convertir en fantasmas.

Después de aceptar las disculpas de la administración de Andrés Manuel López Obrador, el sobreviviente solicitó que se inicie una investigación contra Zedillo y su cadena de mando, “porque hacer justicia desde el más alto nivel de gobierno significa garantizar la no repetición de estos hechos”, conforme a la nota, “A 23 años de la masacre de Acteal, el crimen que marcó el sexenio de Ernesto Zedillo”, publicada el 22 de diciembre del 2020 en Infobae.

La petición de Luna Pérez debería respetarse en cualquier contexto, por la promesa de que las disculpas de un gobierno evitarán repetir baños de sangre. Mientras tanto, cumplir con esa garantía es algo que solo el futuro puede revelar, siempre que la memoria prevalezca. Denunciar los abusos cometidos en Acteal significa restaurar la dignidad de un pueblo en pie.

Si el olvido es impunidad, la memoria es “La Otra Justicia”: una herencia cultural que Las Abejas conformaron para luchar de forma organizada contra la invisibilización. En sus propias palabras, “es un lugar de paz, del Lekil Kuxlejal, es ser cuidadores de la tierra y territorio”. Contar su historia es una estrategia para evitar nuevas masacres y exigir un ajuste de cuentas en la eterna deuda histórica que el estado mexicano tiene con la verdad.

Fuentes y referencias:

  • Galindo de Pablo, Adrián. (2015). El paramilitarismo en Chiapas: Respuesta del poder contra la sociedad organizada. Política y cultura, (44), 189-213. Recuperado en 13 de diciembre de 2022, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-77422015000200009&lng=es&tlng=es.
  • Onésimo Hidalgo y Gustavo Castro, Población desplazada en Chiapas, op. cit., p. 27.
  • https://diariodechiapas.com/ultima-hora/inicia-conmemoracion-de-la-masacre-de-acteal/
  • https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46317955
  • https://www.hrw.org/legacy/spanish/opiniones/1998/mexico_acteal.html
  • https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/12/121222_acteal_ezln_chiapas_masacre_mexico_marcos_justicia_an
  • https://www.cndh.org.mx/noticia/matanza-de-acteal-chiapas#:~:text=Aquel%2022%20de%20diciembre%20de,dentro%20de%20una%20ermita%20del
  • https://www.infobae.com/america/mexico/2020/12/22/a-23-anos-de-la-masacre-de-acteal-el-crimen-que-marco-el-sexenio-de-ernesto-zedillo/
  • https://www.cndh.org.mx/noticia/matanza-de-acteal-chiapas
  • https://www.elmundo.es/elmundo/1997/diciembre/29/internacional/masacrechiapas.html
  • https://www.animalpolitico.com/altoparlante/acteal-verdad-masacre/
  • https://www.jornada.com.mx/2021/12/21/opinion/017a2pol
  • https://contralacorrupcion.mx/la-matanza-de-acteal-un-caso-de-impunidad-estatal/
  • https://www.noroeste.com.mx/nacional/liberan-a-15-indigenas-acusados-por-caso-acteal-HPNO792522
  • https://www.jornada.com.mx/2007/11/04/index.php?section=politica&article=008n1pol
  • https://cimacnoticias.com.mx/noticia/luego-de-9-anos-crean-fiscalia-especial-para-acteal/#gsc.tab=0
  • https://aristeguinoticias.com/2212/mexico/caso-acteal-demanda-en-eu-contra-zedillo/
  • https://www.gob.mx/sre/documentos/caso-12-790-manuel-santiz-culebra-masacre-de-acteal#:~:text=Asumo%2C%20a%20nombre%20del%20Estado,dieron%20lugar%20a%20esa%20masacre.
  • https://www.chiapasparalelo.com/noticias/chiapas/2017/12/acteal-20-anos-de-impunidad/
  • https://www.youtube.com/watch?v=9MNOGNRrP9k
  • https://frayba.org.mx/acteal-simbolo-de-resistencia-memoria-verdad-y-justicia
  • https://mision.sre.gob.mx/oea/index.php/comunicados/35-comunicados-2020/729-mexico-firma-un-acuerdo-de-solucion-amistosa-en-el-caso-masacre-de-acteal-ante-la-cidh-y-ofrece-disculpas-publicas-04-sep-20
  • https://www.elmundo.es/elmundo/1997/diciembre/24/internacional/chiapas.html
  1. Onésimo Hidalgo y Gustavo Castro, Población desplazada en Chiapas, op. cit., p. 27. Como se cita en Galindo de Pablo, Adrián. (2015). El paramilitarismo en Chiapas: Respuesta del poder contra la sociedad organizada. Política y cultura, (44), 189-213. Recuperado en 13 de diciembre de 2022, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-77422015000200009&lng=es&tlng=es.
  2.  Galindo de Pablo, Adrián. (2015). El paramilitarismo en Chiapas: Respuesta del poder contra la sociedad organizada. Política y cultura, (44), 189-213. Recuperado en 13 de diciembre de 2022, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-77422015000200009&lng=es&tlng=es
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