La trayectoria de muchísimas autoras y autores, a veces, parece condicionada por las instituciones y las becas; una especie de camino a seguir, como si la profesionalización de la escritura tuviera que transitar por estos espacios de formación y publicación centralizados para poder existir.
Algo que sin duda me gusta de la literatura y el paso del tiempo es cómo lo que leemos es un reflejo de la época y el pensamiento de un autor y su contexto.