Castro, Dávila y Eudave: autoras mexicanas insólitas
Titulo: Insólitas: narradoras de lo fantástico en Latinoamérica y España
Autor: Varios autores
Editorial: Páginas de Espuma
Lugar y Año: 2018
La literatura fantástica es, ante todo,
una narrativa de la subversión. (1)
Alejandra Amatto
Insólitas: narradoras de lo fantástico en Latinoamérica y España (Páginas de Espuma, 2019) reúne a 28 escritoras de 13 países que exploran las diferentes modalidades del género fantástico en español; desde voces consagradas hasta propuestas más actuales que han llevado lo fantástico, de nueva cuenta, a la mesa de lectores y críticos.
La selección, prólogo y notas corrieron a cargo de Teresa López-Pellisa* y Ricard Ruiz Garzón*, quienes, sin desestimar todas las aproximaciones teóricas que se han generado y estudiado a lo largo de la historia del género, optaron por una definición más flexible de lo fantástico; de ahí que eligieran el término “insólitas”: “En esta antología, lo insólito es todo aquello que resulta extraordinario. Lo que sale de lo común, lo inusual, lo fabuloso o lo inexplicable: lo que aspira a ir más allá de la realidad”.
Así, el objetivo de esta robusta colección, la primera en su especie, además de reivindicar la extraordinaria obra de autoras que en su momento pasaron inadvertidas o fueron silenciadas por el canon, es ofrecer, a manera de un Wunderkammern o gabinete de curiosidades, una pequeña pero expansiva muestra de las posibilidades de lo fantástico escrito por mujeres. Sobre este tópico, las editoras aclaran que no se trata de una antología sobre lo “insólito femenino” o lo “insólito feminista”, ya que “las mujeres no están obligadas o inclinadas necesariamente a escribir literatura y crítica feminista por el hecho de serlo”.
Esta reseña, por motivos de extensión y por la necesidad de visibilizar la obra de nuestras autoras mexicanas, explorará únicamente los cuentos “El huésped” de Amparo Dávila, “Sin reclamo” de Cecilia Eudave y “¿A qué tienes miedo?” de Raquel Castro. Sin embargo, es necesario subrayar que el resto de los cuentos cumple y supera los objetivos iniciales de la antología.
Aunque, como ya fue indicado, se optó por una definición amplia de lo fantástico, me parece importante reconocer el umbral antes de atravesarlo. Para ello recupero la aproximación teórica de Ana María Morales (2), donde señala que lo primordial en lo fantástico no es la aparición de seres sobrenaturales o el rompimiento escandaloso de las reglas de la naturaleza, sino la desazón y extrañeza provocadas tanto en los protagonistas como en el lector, cuando la realidad del mundo construido en el texto ha sido alterada, brutal o sutilmente, haciendo necesaria la búsqueda de una explicación que puede ser aludida, ofrecida o, principalmente, eludida, pero siempre presente. Es decir, lo fantástico debe evidenciar que por momentos han convivido, no del todo en forma pacífica, dos formas excluyentes de realidad.
También considero importante señalar que en México contamos con una rica tradición fantástica. Entre nuestras autoras “insólitas” fundamentales podemos encontrar a Elena Garro, Ana de Gómez Mayorga, Amparo Dávila, Guadalupe Dueñas, Inés Arredondo, Adela Fernández o Beatriz Álvarez Klein, y una larga lista de autoras contemporáneas que, afortunadamente, se han apoderado de los espacios “formales” e “informales” para nuestro total deleite. Con todo esto intento decir que en nuestro país contamos con el material suficiente para generar varios y robustos volúmenes de este tipo de antologías.
EL FANTÁSTICO DOMÉSTICO EN “EL HUÉSPED”
Aunque la propia Amparo Dávila (1928-2020), ganadora del Premio Xavier Villaurrutia, de la Medalla Bellas Artes y del Premio Jorge Ibargüengoitia de Literatura, nunca se consideró fantástica, su obra fungió como piedra angular del género, siendo “El huésped”, incluido originalmente en Tiempo destrozado (1959), su cuento más celebrado por los lectores y el más estudiado por la academia para definir lo fantástico modélico.
“Nunca olvidaré el día en que vino a vivir con nosotros. Mi marido lo trajo al regreso de un viaje”, confiesa al inicio la esposa sin nombre desde su casona en un pueblo “pequeño, incomunicado y distante de la ciudad”. A lo largo de su obra nos daremos cuenta, como señala Jazmín Tapia (3), que la casa familiar es el espacio predilecto de la autora para desarrollar sus historias.
Lo que llevó su marido fue una cosa extraña que nunca se describe en su totalidad (la ambigüedad suele ser pieza clave del género): “Era lúgubre, siniestro. Con grandes ojos amarillentos, casi redondos y sin parpadeo, que parecían penetrar a través de las cosas y de las personas”. Esta presencia, que parece no formar parte del paradigma de realidad presentada en el texto, es tan poderosa que primero nos devanamos los sesos intentando darle forma al monstruo y nos angustiamos por sus fechorías, pero después, gracias a los maravillosos mecanismos de escritura de la autora, nos revienta en la cara la esencia de la historia, donde radica su valor subversivo: el monstruo no es la criatura que amanece junto a la cama observando fijamente a nuestra protagonista como en “La pesadilla” de Fuseli, sino la violencia doméstica, el abandono, el silenciamiento de las mujeres.
Si quieres leer más de Amparo Dávila,
te recomiendo Cuentos reunidos (FCE, 2009).
LA NARRATIVA DE LO INUSUAL EN “SIN RECLAMO”
Cecilia Eudave (1968), ganadora del Premio Nacional de Novela Corta Juan García Ponce y doble mención honorífica en los Annual International Latino Book Awards, goza de una vasta y reconocida trayectoria en la escritura, docencia e investigación. En “Sin reclamo”, incluido originalmente en En primera persona (2014), subvierte las “reglas” al ubicar su historia en un lugar tan frío e impersonal como un aeropuerto y al utilizar a un protagonista nada empático.
“Siempre he detestado viajar, pero lo prefiero a estar en casa. No soporto los fines de semana familiares porque no hago vida en familia aunque tenga una que cualquiera envidiaría”, nos confiesa el protagonista desde la sala de espera de un aeropuerto. En breve, aparece el primer elemento inusual: nuestro detestable protagonista no se puede mover, sufre una especie de parálisis, se ha “quedado como un maniquí sin escaparate”. Después aparece el segundo elemento inusual: confiesa que hubiera preferido caerse en “uno de esos agujeros negros que hay por todos lados en la ciudad”.
Mientras intentamos dilucidar a qué se refiere, nuestro “maniquí” continúa repartiendo su odio entre los viajantes y recordando algunas situaciones muy desagradables con su familia. El tercer elemento inusual se presenta al confesarnos que lleva así como día y medio y que nadie se ha dado cuenta de su estado. El último, y más desconcertante, elemento inusual explota cuando dos trabajadoras de la limpieza confiesan que no es el primero al que encuentran así y que deben echarlo con los otros para ver si alguien lo reclama. Justo ese final es lo que lo emparenta con lo fantástico, aunque Carmen Alemany Bay (4) prefiere el término “narrativa de lo inusual”: una mezcla de episodios esquizoides, desdoblamientos y elucubraciones manifestados desde la subjetividad; textos que reflejan una realidad cotidiana accidentada donde los personajes no encuentran su lugar. También podemos resaltar el humor, otra de las herramientas favoritas del género, como señala Lola Ancira (5): “Eudave acude a la ironía para colocar un tono humorístico, mientras que sus profundas reflexiones nos hacen pensar y repensarnos”.
Si quieres leer más de Cecilia Eudave,
te recomiendo Bestiaria vida (Ficticia, 2008).
LOS TERRORES JUVENILES DE “¿A QUIÉN TIENES MIEDO?”
Raquel Castro (1976), ganadora del Premio de Literatura Juvenil Gran Angular y dos veces del Premio Nacional de Periodismo, es una especialista en literatura juvenil y de terror. “Me gusta pensar en la cotidianidad como algo fantástico, nada más que estamos tan apresurados que no nos damos cuenta”, apuntó Raquel en una entrevista (6), y así lo demuestra con este cuento donde Diana, una chica de 17 años, comienza a ser asediada por una extraña criatura cuando su mejor amiga Coral sufre un accidente.
“Hacia abajo, la sombra se volvía jirones de humo. De donde tendrían que estar los ojos, brotaron dos haces de luz azulada, fría, maligna… ¿A qué le tienes miedo?, le preguntó una voz que definitivamente no era la de ella, pero que estaba dentro de su cabeza”, así se narra el primer encuentro de Diana con eso, que bien podría ser la muerte ansiosa de corazones tiernos y temerosos. Con su característico estilo subversivo, donde le da voz a jóvenes marginales en escenarios callejeros, la autora aprovecha nuestro espanto ante esa sombra maligna para contarnos una emotiva amistad entre dos chicas de diferentes estratos sociales y para denunciar el acoso sexual que sufren las adolescentes.
Al final, en una escena digna de las mejores películas de terror ochenteras (la autora también es guionista), Diana tendrá que enfrentarse a sus peores miedos dejándonos claro que si podemos nombrarlos, podemos controlarlos.
Si quieres leer más de Raquel Castro,
te recomiendo Ojos llenos de sombra (SM, 2012).
Resulta fascinante la selección de estas tres grandes autoras, pues representa muy bien los diversos fantásticos que se han explorado en el país. Esperemos que éste sea el primer volumen de una larga serie de antologías para que más de nuestras autoras insólitas mexicanas sean leídas y reconocidas en Latinoamérica y España. También espero que este tipo de proyectos inciten a las editoriales nacionales a hacer lo mismo.
*Teresa López-Pellisa es profesora de literatura en la Universidad de las Islas Baleares, miembro del Grupo de Estudios sobre lo Fantástico (GEF) y jefa de redacción de Brumal, revista de investigación sobre lo fantástico. Coordinó Las otras, antología de mujeres artificiales (2018) y las antologías de escritoras españolas de ciencia ficción Poshumanas y Distópicas (2018). / Ricard Ruiz Garzón es escritor, columnista y profesor en la Escuela de Escritura del Ateneu Barcelonés, donde está especializado en género fantástico. Ganador de varios premios nacionales y autor de una docena de libros, entre ellos Los monstruos de Villa Diodati (2018) y la serie Guardianes de Sueños (2013). Coordinó las antologías Mañana todavía (2014) y Riesgo (2017).
(1) Amatto, Alejandra: “La literatura fantástica: el carácter fascinante de su naturaleza”. Imaginario fantástico mexicano, Vol. I/Teoría (coordinado por Miguel Lupián y el Seminario de Literatura Fantástica
Hispanoamericana); Revista Ritmo #35 (CCH Naucalpan, 2019).
(2) Morales, Ana María: México fantástico, antología del relato fantástico mexicano. El primer siglo; Oro de la Noche, 2008.
(3) Tapia, Jazmín: “El triángulo donde habita el horror: “Óscar” de Amparo Dávila”. Mujeres mexicanas en la escritura; Universidad de Guanajuato, 2017.
(4) Alemany, Carmen: “Prólogo”. Bestiaria vida (Cecilia Eudave); EOLAS Ediciones, 2018.
(5) Ancira, Lola: “No hay salida fácil”. Cartografía Editorial MX (Marzo 26, 2020).
https://cartografiaeditorial.mx/2020/03/no-hay-salida-facil/
(6) Lavín, Mónica: Palabra de autor. Canal Once, Temporada 3 (Diciembre 9, 2018).
https://canalonce.mx/vod/video/palabra-de-autor