Trayecto sensorial en Jugaré contigo, de Maritza M. Buendía
Titulo: Jugaré contigo
Autor: Maritza M. Buendía
Editorial: Alfaguara
Lugar y Año: México, 2018
Jugaré contigo, de Maritza M. Buendía (Alfaguara, 2018), es un exquisito vaivén narrativo en el que se hace un recorrido en la vida de Susana-niña y Susana-mujer. Por medio de los sentidos, el viaje traslada al lector a diferentes escenarios que van desde un México de provincia a los recovecos de Estambul o las vitrinas de Amberes. En sus páginas se gesta una puesta en escena o un ritual de iniciación donde deambulan tradiciones familiares, muñecas, gemas, libros, saliva y caricias…
La autora, desde sus primeros libros de cuentos La memoria del agua (2002) y En el jardín de los cautivos (2005), crea un mundo narrativo en el que la reminiscencia de algunos personajes es constante; la experimentación corpórea se lleva a cabo por medio de varios momentos límite en los implicados dentro del juego, quienes reflexionan sobre el acto del que son partícipes. La escritura de Buendía es un jugueteo previo, el voyerista que acecha tras la ventana.
Algunos elementos como el collar de ámbar, las muñecas (Natasha, Roxana, Isaura y Alondra), El libro de las muñecas muertas o personajes como Levent, Milena o la Abu aderezan la trama de esta novela que, en cada una de sus páginas, se desdobla y conforma una oscilación entre el trayecto de una mujer en busca de sus pasiones y el intento por cumplir la promesa interna que se ha hecho Susana, quien se desenvuelve o proyecta como una pieza dentro del entramado que, quizá, ella misma forma.
La transfiguración, el juego de voces y niveles narrativos, el recorrido por las primeras experiencias amorosas y el recuento de hombres, son parte de la remembranza, de ese erotismo que acompaña al pacto que surge entre Susana y Levent. Boca, ojos, manos, nariz, oídos al servicio de un juego que, con sus vicisitudes, habrá de llevarse a cabo y que se conforma como una experiencia sensitiva que develará las experiencias intercaladas con las remembranzas y que darán cuerpo al entramado, puntada a puntada.
La novela está dividida en cinco capítulos, una escena única y un epílogo, y en cada apartado se traslada a temporalidades distintas, otro acierto en la autora, por el ir y venir que propicia; este descanso narrativo es a la vez una pausa que deja en vilo al lector con las peripecias acaecidas en cada segmento de la vida de Susana, la cual se mueve entre los primeros años de vida y el presente. El lenguaje, otra característica de la narrativa de Buendía, es pausado, meticuloso, examina cada detalle y se convierte en cómplice de quien sigue la trama, es una escritura que se saborea, se observa, se palpa, se huele y se escucha.
Las puestas en escena a partir del otro son el camino hacia el reconocimiento individual, los acuerdos entre Susana y Levent son el juego que aceptaron llevar a cabo y del cual las reglas fueron impuestas desde el inicio, acaso por ellos o por los preceptos que la pequeña Susi traslada desde el hogar, lo que aprende gracias a las mujeres que habitan la Casa Grande, el lector juzgará… “El juego es sencillo. Desde la cama, con una voz tibia, llena de notas musicales, Susana explica las reglas: —Cada noche me disfrazarás de muñeca”.
Jugaré contigo es una panorámica, el escaparate donde, al caer la noche y abrirse las cortinas, se presencia el espectáculo corpóreo y sensorial de una mujer que se recrea, que es una y varias, que es sin ser. Ella, entre máscaras y movimientos, reconforta a quien se adentra en su territorio, ése que ha preparado con ayuda del amante para satisfacer, para hacer vivir o morir en instantes, de esos que perpetúan en la nada. A fin de cuentas, un juego. Y quien se adentre en él, sabrá si al final se gana o se pierde.
Referencias
Maritza M. Buendía. Jugaré contigo (2015). Alfaguara. México.
_____, En el jardín de los cautivos (2005). Tierra Adentro. México.
_____, La memoria del agua (2002). Tierra Adentro. México.