Como cada año, marzo llega con la encomienda de reflexionar en torno a las condiciones sociales que siguen determinando el desarrollo y la vida de las mujeres alrededor del mundo.
Llegó marzo y las jacarandas se llenan de flores, inicia el bullicio de las movilizaciones por el 8M, sentimos gusto, enojo y tristeza, por la visibilización extra que se le da a nuestras miradas y reclamos.