Tierra Adentro
Tropicália ou Panis et Circensis, 1968. Varios artistas.
Tropicália ou Panis et Circensis, 1968. Varios artistas. Philips Records.

“Quien no baila no habla

Ve a todo y se calla”

Geléia geral, Torquato Neto y Gilberto Gil

Geléia geral (“jalea total”) es la expresión creada por el poeta concreto Décio Pignatari, para referirse a la simultaneidad y diversidad de la producción cultural en Brasil, durante la segunda mitad de la década de 1960. También es el título de la canción manifiesto del poeta Torquato Neto y de Gilberto Gil, la cual integra el álbum Tropicália ou Panis Et Circenses (1968), considerado un marco en la historia de la música brasileña, pues inaugura el movimiento cultural conocido como tropicália o tropicalismo.

La tropicália transformó la música brasileña al fusionar las manifestaciones de la cultura popular —sobre todo del nordeste brasileño— con referencias internacionales, como el rock and roll y, en especial, con la música de los Beatles. Sumando las innovaciones de los acordes “desafinados” de la bossa nova con una simultaneidad de diálogos entre la literatura, el cine y las artes plásticas y escénicas brasileñas de aquel entonces, Caetano Veloso y Gilberto Gil impulsaron la formación de un trabajo musical colectivo, que culminó con el mencionado álbum Tropicália ou Panis Et Circenses.

Así, entraban en la escena de la música popular brasileña —esencialmente acústica— los sonidos del bajo y la guitarra eléctrica, enmarcados en un movimiento cuyas referencias incluyeron a las vanguardias anteriores de la poesía brasileña, el Modernismo y el Concretismo, mediante la obra O Rei da vela, del Teatro Oficina de José Celso Martinez, los Parangolés, de Hélio Oiticica, y el movimiento cinematográfico denominado Cinema Novo, en especial la película Terra em Transe (1967), de Glauber Rocha, que Caetano Veloso ubicó como fundamental para el nacimiento de ese movimiento cultural, que buscaba refundar la música de Brasil. A la tropicália se le sumaron artistas como Nara Leão, que venía de la bossa nova, la cantante Gal Costa, la banda de rock psicodélico Os Mutantes —liderada por Rita Lee—, el músico y poeta Tom Zé, y los poetas José Carlos Capinam y Torquato Neto.

En una de las escenas icónicas de la película Terra em Transe, el personaje del actor Jardel Filho (Paulo Martins), acompañado por su pareja, interpretada por la gran actriz Glauce Rocha, desde adentro de un coche en alta velocidad a punto de estrellarse en contra de dos policías, vocifera: “Precisamos resistir, resistir! E eu preciso cantar!”.1

Esta relación entre el canto y la resistencia en contra de la opresión es algo intrínseco a la cultura brasileña, la cual se remite a la tradición de la poesía ibérica (con sus juglares y trovadores) y a los cantos de matriz africana. Hoy ya se sabe que, durante el periodo del tráfico de esclavos —que Portugal mantuvo de los siglos XV al XIX y que en Brasil duró hasta 1888—, los esclavizados, provenientes de diversas regiones del continente africano, cantaban durante el largo viaje que los llevaba a ese país, para intentar mitigar la depresión y la muerte que sufrían en los terribles navíos negreros. El canto también los acompañaba durante los tediosos y duros trabajos a los cuales eran sometidos cuando llegaban a sus destinos, en lo que se conoció como cantos de trabajo de los esclavos, los cuales expresaban la potencialidad del canto como resistencia frente a una realidad opresiva y violenta.

Años más tarde, los cantos de la tropicália sonaron como respuesta a otro momento oscuro de la historia de Brasil: la represión ejecutada por la dictadura militar de 1964 a 1985.

En ese momento, ya se encontraban en marcha diversas acciones culturales que intentaban resistir y enfrentar la opresión impuesta por el golpe militar de 1964, el cual se intensificó en 1968 tras la declaración del Ato Institucional Número 5 (AI5), del general Artur da Costa e Silva. Este decreto constitucional recrudeció el régimen militar en Brasil, pues facultó al presidente para disolver la Cámara de Diputados y el Senado Federal, revocar los derechos políticos de cualquier ciudadano, así como declarar estado de sitio y confiscar bienes.

Las producciones promovidas por los intelectuales de la izquierda planteaban un arte popular revolucionario, como las surgidas del Centro Popular de Cultura de la Unión de los Estudiantes (CPC-UNE). Lo mismo sucedía con la música combativa de los festivales de la canción, en donde participaron Chico Buarque y los tropicalistas. En ese momento, se esperaba del artista un compromiso político, que suponía una función social pragmática, en aras de atender a la urgencia de la lucha política, que desembocó en la lucha armada, durante los años más sangrientos de la dictadura.

En concreto, lo que buscaban Caetano y Gil con su propuesta de refundar la música brasileña a través del tropicalismo, era producir un arte que fuese política sin perder sus dimensiones estética y sensible. Por supuesto, esto no fue aceptado de inmediato por ciertos artistas, cuyas ideologías los llevó a aislarse de forma consciente de la grave situación política del país.

En aquel momento, las investigaciones estéticas del tropicalismo eran incomprensibles para muchos. Luego, la tensión social evidenció la necesidad de la dimensión política de esas búsquedas estéticas, por lo que la sutileza se hizo menos evidente y sus expresiones se volvieron contundentes, al reflejar el terrible momento por lo cual pasaba el país, como vemos en el melancólico disco de Gilberto Gil, Marginália II, de 1968.

Así como muchos de las y los intelectuales y artistas brasileños, Gil y Caetano vivieron en el exilio entre 1969 y 1972. Desde Inglaterra, siguieron produciendo sus cantos de resistencia. Hoy ambos siguen siendo una referencia fundamental para la música y la cultura de Brasil en el mundo.

Uno de los integrantes del tropicalismo, el poeta y músico Tom Zé, defiende la hipótesis de que las innovaciones que representa la tropicália en la música brasileña son producto del origen social de sus creadores. Sus autores, además de nacer en Bahía —cuna de la cultura afrobrasileña, cuya capital, Salvador, fue la primera capital del país en el siglo XVIII—, vivieron su niñez en el interior del estado: Tom Zé es de Irará, Caetano es de Santo Amaro da Purificação y Gil vivió por mucho tiempo en Ituaçu. Durante la década de 1940, estos creadores se educaron con los cancioneros populares nordestinos, cuyos orígenes remiten a la tradición de las canciones medievales portuguesas de los siglos XII-XIV, a los cantares de gesta, y a los trovadores y los juglares. Desde ahí también podemos pensar la intrínseca relación, que todavía se mantiene, entre la música y la poesía en la cultura brasileña. 

La búsqueda de los tropicalistas por crear otros horizontes de sensibilidad como herramientas para enfrentarse a una realidad opresiva, se reflejó también en cierta producción de la poesía brasileña posterior, conocida como Poesía Marginal o Geração Mimeógrafo. Uno de sus representantes, el poeta Paulo Leminski, se dio a conocer justo por medio de la música, cuando su amigo Caetano Veloso compuso una canción a partir del poema “Verdura”, presentada en el disco Outras palavras (1981). El poema, lleno de ironía, versa sobre la imposición sociocultural de Estados Unidos en Brasil.

En la Música Popular Brasileña (MPB), la palabra y la poesía siempre se destacaron, basta con pensar en las letras de las canciones de los cantautores como Cazuza, Renato Russo, Arnaldo Antunes, Marisa Monte, Chico Buarque, Toquinho, Tom Jobim, y en la obra poético-musical de Vinícius de Moraes. 

Cantar el amor y la muerte sin perder el sentido del humor y de la ironía, como se aprecia en la poesía de Carlos Drummond de Andrade, parece ser el material que ayuda a coadunar palabra, música y baile. Intrínsecos, estos elementos conforman la fuerza de la resistencia cultural en los momentos claves y oscuros de la historia de Brasil, como la dictadura militar y la esclavitud.

Referencias
http://tropicalia.com.br/en/

https://mam.rio/obras-de-arte/parangoles-1964-1979/

https://www.youtube.com/watch?v=zN9nheNzqd4

https://www.youtube.com/watch?v=7ey65touQaY

https://www.youtube.com/watch?v=5bymnZsCATU&list=PLdmtkc-Us4TpWInyGjQ6Mtu6nBkgd3LYh&index=2

https://www.youtube.com/watch?v=gfs9DC4GNr0

https://piaui.folha.uol.com.br/cantos-da-escravidao/

https://poesia.uc.edu.ve/pessoal-intransferivel/

https://www.swissinfo.ch/spa/brasil-música–entrevista-_80-años-de-capinan–el-poeta-revolucionario-del-tropicalismo-en-brasil/46385116

https://esquinamusical.com.br/7-musicas-de-paulo-leminski/


  1. ¡Necesitamos resistir, resistir! ¡Y yo necesito cantar!
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