Tierra Adentro

Titulo: Miradas al cine mexicano

Autor: Aurelio de los Reyes (coord.)

Editorial: Dirección General de Publicaciones / IMCINE

Lugar y Año: México, 2017

Si es verdad, como quería Hegel, que la Historia es una sustancia viva más que una mera «galería de opiniones» o un mapa envejecido de hechos aislados, también resulta evidente que sin el registro de algunos personajes imprescindibles y sus anecdotarios, el discurso histórico se perdería entre la nebulosidad de lo abstracto. Quizá por eso este siglo prefiere la multiplicidad sobre lo unívoco, la microhistoria sobre los recuentos totalitarios.

Quizá por eso también, como propone Aurelio de los Reyes, una amplia selección de miradas minuciosas cobra mayor importancia a la hora de recontar nuestro cine. ¿Y desde dónde llegan esas miradas? ¿Quién ve y qué es lo que se ve? Aunque forzosamente se impone un descarte, el objetivo de Miradas al cine mexicano no ha sido prejuzgar sino compendiar. En sus más de ochocientas páginas, hay espacio para un abanico de hipótesis diversas que, hurgando en las profundidades de la psique del cine nacional —con voluntad y súper yo propios—, contribuye desde su singularidad a esta visión panorámica.

Son mayoría los temas que obsesionan a la crítica histórica de nuestro tiempo: la construcción y representación de lo masculino y lo femenino (lo mismo en el cine de ficheras que en el de figuras consagradas como María Félix o Mauricio Garcés), el cuestionamiento a la unidad de los géneros cinematográficos (del dorado melodrama o la comicidad cantinflesca hasta el redivivo documentalismo revolucionario) y la consolidación de «una» identidad nacional.

Ningún enfoque y ninguna cinta pueden considerarse «menores» o de «ínfima calidad» en este recuento porque, como afirma De los Reyes, «cada una de ellas nos historia». En estos cien años, hubo etapas grises y etapas de oropel, etapas de extrema abundancia y de pírricas singularidades, pero todos esos filmes, al fin y al cabo, funcionan como el retrato cambiante de la sociedad que los produjo: son documentos históricos y a la vez espirituales, bitácoras de campo que relatan cómo se forjaron nuestras ilusiones de grandeza, cómo se consumieron las esperanzas del milagro mexicano, cómo se fugaron los cerebros y tocó fondo, finalmente, la industria fílmica del país.

Y si el coordinador de este volumen, Aurelio de los Reyes —el Edward Gibbon y el Theodor Mommsen por partida doble de nuestro cine— no decidió titular estas miradas «Auge y caída del imperio del cine mexicano» ha sido sólo porque sabe, en armonía con Hegel, que la historia es una sustancia viva y que como Argos, aquel gigante mitológico lleno de ojos, está siempre al acecho de revertir todas las miradas.

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