Tierra Adentro
Rocío Escorcia. Fotografía de Eugenia Montalván Colón

Cancún, Quinta Roo, 25 de septiembre de 2013. Sonia, la protagonista de En el teclado del corazón, de la novelista Rocío Escorcia, se encuentra, vía internet, ante una situación en extremo perversa: un impostor que se hace pasar por diversas mujeres y establece romances electrónicos con mucho gancho, capaz de incitar la ilusión al máximo, incluso en el plano erótico. En esta entrevista, la autora narra los pormenores de su libro, publicado a fines del año pasado por ella misma, el cual  −además− se inscribe en la línea que inauguró en el Caribe mexicano el escritor Carlos Hurtado, cuya novela Otra vez las margaritas se desarrolla, primordialmente, en el medio virtual.

Eugenia Montalván: ¿Cuándo empezaste a escribir la novela y cuál fue el proceso para transmitir una historia que tiene tintes de denuncia?

Rocío Escorcia: Decir denuncia es como decir el final, ¿no?

EM: ¿Entonces, cuál es tu definición de la novela?

RE: Para mí, lo más importante es cómo Sonia, la protagonista, inicia una historia por internet en la búsqueda de su identidad sexual, en su necesidad de amar a una mujer.

EM: Sonia, establecida en Cancún, se encuentra con Carolina, residente en Buenos Aires, y viven un romance cibernético en el que aparentemente no hay impedimentos.

RE: Ninguno. Carolina tiene 22 años y Sonia, 32. Carolina le pregunta la edad desde la primera vez, como si fuera algo que importara, pero ni la distancia ni el estatus social ni las contrastantes profesiones de ambas les impiden intimidar.

EM: Carolina se muestra decidida a vivir con Sonia, pero Sonia a pesar de todo no se deja llevar por la pasión.

RE: Carolina es una mujer exitosa que está en un ambiente completamente opuesto al de Sonia. Tiene un carácter desbordante y está dispuesta a todo.

EM: La novela se ubica en 1999 y surge a partir de un caso verídico. Háblanos más del contexto.

RE: Los encuentros entre Carolina y Sonia suceden en el chat, sin cámaras ni micrófonos, porque prácticamente no existían. La única manera de interactuar es a través del teclado, lo que significa tener confianza plena en la identidad de la otra persona. Sonia toma la fotografía que Carolina le envía por correo postal como una muestra de confiabilidad, como la evidencia de saber quién está del otro lado.

EM: Los lectores de esta entrevista quizá no tengan acceso al libro, de modo que es válido mencionar que tras esta historia de amor se esconde una tragedia.

RE: Sí. La relación se convirtió en una tragedia por los años que Sonia invierte en Carolina.

EM: ¿Cuántos años transcurrieron para que descubriera la verdad?

RE: Sonia dedica cuatro años a una relación amorosa a la que se entrega íntegra, pues realmente abandonó su mundo real, su trabajo y todo con tal de dedicar su vida a una relación virtual. Realmente fue una historia muy bien encubierta, y Sonia nunca quiso darse cuenta.

EM: Aparte de la pareja existe un personaje oscuro. ¿Cuál es su rol? ¿Cómo lo definirías?

RE: Digamos que es un hombre perverso, pero sin embargo, desde otro punto de vista es un maestro que viene a despertar a Sonia. Eso es muy interesante porque el mundo virtual a pesar de todo te da seguridad. Él crea ese espacio donde la imaginación no tiene límites.

EM: ¿Cuáles son los alcances de la perversión en este tipo de “enganches”?

RE: No nos damos cuenta del alcance que tiene el poder de la mente. A través de los juegos mentales podemos conseguir lo que queramos. De una manera inmediata conseguimos desbordar la parte emotiva del otro. Eso es muy fuerte, y esto sucede ante todo con los jóvenes, pues la perversión logra atrapar su inocencia y por qué no también las fibras sensibles de un adulto.

EM: En cuanto a perversión sexual, en Internet se confabulan hechos muy dramáticos.

RE: Sí, y que además no pueden ser denunciados. La perversión es parte de la vida diaria y queda impune; tiene múltiples formas, no hay nada tangible, simplemente existe. El único responsable es quien lo vive.

EM: ¿Hay algo que se revela de Cancún en la novela?

RE: Sí, que Cancún es una sociedad fría en afectos, y creo que la gente establece vínculos más solidos a través de Internet y WhatsApp que a través de la cercanía física.

EM: Sonia se refugia en una ilusión, pero después qué pasa con ella.

RE: Sonia es una mujer sola e Internet le funciona como un entrenamiento para relacionarse con los demás. Llega a darse cuenta de que crece como persona y aprende cómo mantener los límites, sabe cómo enojarse sin darse la vuelta, y asume que ensayó todo el tiempo en el medio virtual.

EM: ¿Ensayó?

RE: Sí, en la misma experiencia, durante la historia misma. La virtualidad es frágil y Sonia al final logra desconectarse, apagar su computadora y ser inatrapable.

EM: Se salva.

RE: Y es lo que me gusta del final. La fortaleza que consigue le permite salvarse y confrontar la verdad; hay asuntos de Internet que se quedan velados, negados, y en esta historia no es así. Se piensa comúnmente que las relaciones lésbicas y homosexuales se caracterizan por ser breves y efímeras, pero también pueden ser duraderas, y por eso el título de la novela es En el teclado del corazón; la narración no se trata solamente de lo que la protagonista experimenta en el plano erótico.

EM: Salvo el fantasma de la perversidad.

RE:  Hay hombres que fantasean con vivir la experiencia de estar con dos mujeres, y esto es una de las cosas que a este personaje lo llevan a inmiscuirse de manera perversa en la vida de Sonia. Sin embargo, supongo que se mantiene impune y quizá hasta ahora sigue tecleando sin medir las consecuencias de sus actos.

 

En el teclado del corazón de la orgullosamente cancunense Rocío Escorcia se puede conseguir contactando a la autora por correo electrónico: mrescorciacz@gmail.com


Autores
Es autora del libro Premio Casa de las Américas. 50 años – 11 entrevistas, investigación con la que se tituló como antropóloga con especialidad en lingüística y literatura por la Universidad Autónoma de Yucatán. Para 2014 prepara un libro testimonial sobre los contrastes culturales entre Yucatán y Durango, proyecto que surgió por iniciativa del programa Tierra Adentro.