La épica de la precariedad
Titulo: Obra negra
Autor: Emiliano Ruiz Parra
Editorial: Secretaría de Cultura / Fondo Editorial Tierra Adentro
Lugar y Año: México, 2017
Los citadinos de zonas céntricas tenemos contacto con los barrios periféricos sólo cuando tomamos carretera para emprender un viaje, y contemplamos tales asentamientos de lejos, por segundos y a velocidad. No nos preguntamos cuál es la historia de esas colonias, mucho menos cómo viven ni cómo arribaron ahí sus pobladores. Si acaso, nos congratulamos por no vivir como ellos, quienes diario invierten dos o tres horas en llegar al trabajo y otras tantas de regreso. Esos barrios y su gente son invisibles para nosotros. Lo deja claro Emiliano Ruiz Parra en su crónica Obra negra. Invisibles debido a que desconocemos sus circunstancias, pero sobre todo a ese silencio al que nuestra indiferencia los ha condenado.
Pero cada uno de los residentes en las orillas de la megalópolis tiene su propia historia, que al sumarse con las de sus vecinos deviene gesta colectiva, lucha multitudinaria por la vida y la tierra, donde se ven involucradas los vicios más oscuros del carácter nacional: ambición y rapiña desmedidas, corrupción en todos los niveles de gobierno, abuso de los poderosos sobre los indefensos, delincuencia generalizada y ausencia total de justicia. Con el fin de abrirnos los ojos a lo que no queremos ver, Ruiz Parra se ha internado entre los solares y las callejuelas de la colonia Golondrinas, en el municipio de Ecatepec, en los márgenes de la mancha urbana de la Ciudad de México, con los oídos bien atentos a la voz de los colonos, para transmitirnos el devenir de unos terrenos que pasaron de ser propiedad comunal a botín de funcionarios, luego mercancía de timadores, hasta llegar a ser colonia sujeta a los vaivenes de la política reciente.
Para responder a la pregunta de cómo nace una colonia periférica, marginal, el autor de Obra negra entra en contacto con los pioneros de Golondrinas, en su mayoría mujeres que han estado en pie de lucha desde los últimos años del siglo pasado, cuando hizo su aparición en la zona el fraccionador, mercachifle por lo común fraudulento que, tras ofrecer una bicoca a los ejidatarios por las hectáreas que no pueden trabajar, las divide para vender cientos de lotes irregulares a personas necesitadas de vivienda. Así, amasa una fortuna antes de desaparecer dejando a sus clientes sepultados en una montaña de problemas legales y a merced de los partidos políticos que exigen vasallaje total y votos a cambio de servicios básicos. Según testimonio de los colonos más antiguos de Golondrinas, ellos llegaron ahí con un título de propiedad espurio a levantar una choza entre maizales, en un territorio sin calles ni luz ni drenaje ni agua, a iniciar la eterna lucha de David y Goliat con las autoridades.
Expulsados en su mayoría de sus lugares de origen a causa del «error de diciembre» de 1995, cuando el gobierno le falló a los mexicanos por enésima vez, estos pioneros arribaron a Golondrinas con la esperanza de hallar su paraíso, sin saber que el predio arrastraba problemas legales desde más de cien años atrás. Ruiz Parra traza una breve y escalofriante historia del terreno desde tiempos del Benemérito, pasando por la Revolución, hasta llegar a los años cincuenta del siglo XX, cuando don Jesús Fragoso asumió el liderazgo de los comuneros para defender la propiedad de la codicia de funcionarios priístas, entre ellos el ex presidente Echeverría, en una lucha que se extendió hasta 1997. Fragoso obtuvo la victoria en los tribunales, pero no contaba con la ambición corrupta de los nuevos políticos mexiquenses. Asesinado poco después, dejó a su gente indefensa ante los líderes de asociaciones partidistas tanto de la izquierda como del PAN y del PRI.
Emiliano Ruiz Parra transcribe y organiza los relatos orales de los colonos, investiga en archivos, enumera pérdidas y logros, registra tragedias personales y colectivas, hurga en la vida cotidiana de sus entrevistados, da expresión a esperanzas y sueños, transmite a los lectores las sensaciones de entusiasmo, decepción e impotencia. A través de sus palabras, nos pone en contacto con ellos. Al final, configura en Obra negra un cuadro completo de lo que él ha bautizado como «épica de la precariedad», en el que los habitantes de Golondrinas se transforman en un símbolo de millones de mexicanos que, a despecho de la indiferencia y la sordera de quienes no sufrimos lo que ellos, han pasado su existencia en una batalla constante contra la adversidad, la violencia, la delincuencia oficial y los poderes que supuestamente deberían estar de su lado.