¿Cómo documentar la ausencia?
Quiere la ausencia, no sé por qué, ser contada. En la edición 2014 de la gira de documentales Ambulante −que arranca el 30 de enero al 13 de febrero en el Distrito Federal− pareciera, de manera muy sutil, que es la ausencia el hilo tejedor de esa rebanada de realidad que muestra Ambulante, uno de los festivales más elocuentes que suceden en México cada año.
Una de las cintas claves del festival es The Missing Picture, un documental que estará en la competencia por el Oscar, que rememora a partir de la niñez del director, aquellos años a mediados de los setenta en que Camboya fue aterrorizada por los Jemeres Rojos, el temible Khmer Rouge. Dice su director Rithy Panh que al crecer quiso recuperar su memoria, para asegurarse de que sus recuerdos no eran pesadillas. Buscó por todos lados esa imagen del genocidio que se llevó a su familia y a otras dos millones de personas, pero la imagen no existe: los Jemeres la borraron con todo lo demás. ¿Cómo pueden dos millones de personas desaparecer sin dejar huella? Y de haberla encontrado, dice Rithy Panh, ¿no habría sido una imagen obscena e insignificante? “Así que la fabrico” dice su voz en off. “Esta película no es una imagen ni la búsqueda de una imagen única, lo que les doy es la imagen de una búsqueda, eso que sólo permite el cine”. Lo interesante del documental de Panh es que se apropia del pietaje propagandístico del Khmer Rouge para contar su historia. Lo yuxtapone con sombríos figurines de arcilla −salidos de un recuerdo infantil− y sólo así logra construir aquella ausencia. Pahn pinta las ropas de negro de sus padres en los campos de concentración y es como si sacara de su memoria una extraña fotografía de lo que nunca sucedió para los Jemeres.
Quiere la ausencia ser contada por todos lados y a todas horas, en Beckett y en Kafka, desde luego, pero también en esos retablos barrocos mexicanos que recargan todo para ahuyentarla. Aunque nunca he leído ese libro, sé que fue la ausencia la que empujó a Georges Perec a escribir La Disparition (1969), una novela que prescinde por completo de la letra “e” (excepto por el apellido del autor). Se trata de un experimento inspirado en la ausente muerte de su madre a manos del nazismo, que habría sido una tragedia de cuerpo entero si tan sólo Perec hubiera recibido un acta de defunción y no el documento que le dieron: L’Acte de Disparition. En algún lugar de los retruécanos argumentales de la trama detectivesca de La Disparition, uno debe empezar a llorar sin saber por qué.
Invito a todos a revisar la programación de Ambulante que este año viene melancólica e indispensable.