Ciudad a escala humana
Entrevista a Rubén García, de Mundo Ceiba
Durante el 2004, Rubén García, sociólogo originario de la ciudad de Oaxaca, fundó Mundo Ceiba –asociación civil sin fines de lucro que tiene como objetivo “Cuidar el medio ambiente”–. En un inicio realizaron proyectos de reforestación, campañas para evitar la producción de residuos sólidos y, en la medida que esto fuese posible, evitar la quema de combustibles fósiles. Así, en el 2007 iniciaron con la promoción de la bicicleta como medio de transporte. Organizaron paseos dominicales. Por cada uno de éstos pegaron 500 carteles y realizaron una “muy ardua” campaña de difusión por medios electrónicos. Pelearon con las autoridades municipales para conseguir “cierto” apoyo. En un inicio llegaron entre 40 y 50 personas. Eran pocas. Muy pocas si las comparamos con las 200 que actualmente asisten, no sólo a los paseos dominicales, sino también a los nocturnos –paseos cuya periodicidad fue mensual, luego quincenal, después semanal y actualmente tres veces a la semana‒. Esto, asegura el sociólogo, es signo y síntoma de la vitalidad del proyecto. Porque no queda duda: tiene energía propia. Mucha.
Aquí, un fragmento de la conversación con Rubén García, ciclista y fundador de Mundo Ceiba, asociación que trabaja en la promoción de la bicicleta como medio de transporte: uno a escala humana, sin ventanas como intermediarios.
Saúl Hernández: ¿Cuál es el objetivo de los paseos en bicicleta?, ¿cómo se ha modificado con el paso del tiempo?
Rubén García: El objetivo inicial era cuidar el medio ambiente. Nos importaba que la gente dejara de contaminar y que utilizara la bicicleta como medio de transporte. Ése sigue siendo nuestro objetivo principal, pero le sumamos otros que tienen que ver con calidad de vida. Con el uso de la bicicleta deja de haber congestión vial y contaminación. Las personas tienen un beneficio económico y en su salud… Si invitamos a utilizar la bicicleta, adquirimos un compromiso para brindarle espacios a la gente. No nada más es hacer así: “Dale a la bicicleta y ocúpala como medio de transporte”. También trabajamos en el tema de infraestructura que el mismo programa nos exige. Hemos estado instalando bici estacionamientos. Estuvimos impulsando y se logró que, a través de un equipo de trabajo, se concluyera una parte de una ciclovía que ahora está por llegar al Tule. (Ciclovía que va de la colonia 5 señores a la del Tule). Antes era una ciclovía que no tenía un inicio ni un fin.
SH: Entonces, ¿los proyectos que han realizado han repercutido en políticas públicas?
RG: Exacto. Nos dimos cuenta de que existen otras organizaciones a nivel nacional, prácticamente en todas las ciudades de México, en las más grandes, las capitales, que fomentan el uso de la bicicleta. No necesariamente son asociaciones civiles (de éstas sólo somos dos o tres): son colectivos, grupos de chavos, con quien tenemos en común impulsar el uso de la bicicleta. Realizamos actividades simultáneas. Esto nos ha ayudado mucho, porque a través de dicha red hemos aprendido sobre la infraestructura ciclista. Hemos tomado diplomados, visitado otras ciudades, visto otras experiencias. Parte de esas vivencias las hemos aplicado en el programa que hacemos. Al principio no nos interesaba trabajar en la gestión de espacios para la bicicleta y actualmente es algo que tenemos agendado. A través de la bicired supimos qué tipo de diseño necesitaban los bici estacionamientos.
SH: Y, ¿a través de esta bicired han discutido sobre qué conversaciones tener con gobiernos locales?
RG: Discusiones locales no. Tenemos el respaldo. Más bien tiene que ver con políticas nacionales. Por citarte un caso: existe un fondo que se llama Fondo metropolitano, y nosotros estamos viendo que parte de ése esté totalmente etiquetado para infraestructura ciclista.
SH: En Oaxaca, por ejemplo, se han involucrado en las protestas contra la construcción de infraestructura carretera o en la promoción de otro tipo de transporte público: uno que mueva a más personas con menos costos ecológicos y sociales.
RG: Todo eso tiene que ver con las enseñanzas de la bicired. Ya estamos mirando con un lente que nos permite reconocer la ciudad de otra manera. Muchos tenemos el lema de “Una ciudad humana”. Si yo no estuviera en el fomento de la bicicleta o formara parte de la bicired no me hubiera dado cuenta. Pero ahorita con toda esta información sabemos que ese tipo de obras carreteras no benefician en nada al medio ambiente, a la calidad de vida, a que la ciudad sea para las personas. Hemos visto experiencias de otras ciudades en donde esa infraestructura solamente fomenta el uso del auto privado. Y lo que se tiene que hacer es desincentivar el uso de éste.
SH: ¿Cuál ha sido el mayor obstáculo para promover el uso de la bicicleta?
RG: El cambio de pensamiento. Vamos contra corriente haciendo paseos en bicicleta. Por ejemplo, ahorita pensamos hacer más paseos; prácticamente habría todos los días de la semana. Eso lo hacemos porque ha sido la herramienta que nos ha permitido crear una necesidad pública. ¿Qué es lo que piensa alguien cuando ve muchos carros? Dice: hay que hacer más carreteras porque ya hay muchísimos carros. Y nosotros vamos en esa lógica, pero con otro sentido: ya hay muchas bicicletas, entonces, ¿qué vamos a hacer?: crear infraestructura para que toda esa gente que tiene bicicleta la ocupe.
SH: ¿Podría correrse el riesgo de que toda esa infraestructura quede centralizada?
RG: Sí. Es muy delicado estar pidiendo y pidiendo infraestructura ciclista porque también estamos generando una diferenciación del espacio. Podríamos segregarnos y no convivir. Sí es necesaria la infraestructura pero hasta cierto punto. Es importante la infraestructura en vialidades de alta velocidad. Ahí sí es necesario, pero no en los espacios en donde la gente circula a 40 km/h, 20 km/h.
SH: ¿Qué hacer para no subutilizar toda esa infraestructura?
RG: Es muy peligroso hacer obras para bicicleta, porque pueden quedar como elefantes blancos. “No la ocupa la gente”, dicen. Siempre que se hace algo en la ciudad debe intervenir un consejo, urbanistas, sociólogos, antropólogos; un equipo de gente que diga en dónde es necesario construir. Tengo un mapa para crear infraestructura ciclista: solamente en avenidas grandes y de alta velocidad. En el centro de la ciudad estamos sugiriendo un carril a la derecha, solamente con pintura, y que diga: “Preferencia el ciclista”. Si viene un auto o una moto puede pasar, pero si viene un ciclista éste debe tener preferencia. ¿Por qué el ciclista debe tener preferencia?: porque es el medio de transporte más frágil. Por ejemplo, cuando tú como ciclista llegas a un crucero, tienes preferencia porque para volver arrancar haces un esfuerzo doble. También, es muy importante que la bici circule a la derecha porque es el carril de baja velocidad.
SH: Regresando un poco: hace rato dijiste algo muy interesante: una ciudad más humana. ¿Podrías hablar un poco más sobre esto?
RG: La bicicleta genera algo muy interesante: cohesión social. Cuando vas en el auto no puedes convivir con los demás. No puedes. No puedes ver a quien está a tu lado. En cambio, si vas en bicicleta, si alguien va junto a ti sí lo ves, la velocidad es muy parecida. […] Al menos en donde crecí, jugábamos en la calle futbol, y si pasaba alguien en bicicleta seguías jugando. No sentías miedo, ni peligro ni nada. Tú seguías en lo que estabas haciendo, pero cuando se convirtió en una calle en donde pasaban carros ya no te dejaban jugar en la calle, ya era peligroso, tenías que agarrar la pelota y quitarte hasta que pasara el carro. La gente deja de convivir en las calles. Entonces ya no se ve como se hacía antiguamente: la gente jugaba en las calles, las hacía suyas. Ahora son espacios peligrosos. La bicicleta no significa ningún peligro para nadie. Es como una cosa que te permite una mejor convivencia y tiene que ver con una cosa: nadie dice te atropelló una persona, todos dicen te atropelló el carro, como si el carro fuera como un ente extraterrestre, como si dejaras de ser una persona cuando te subes a un carro. Inconscientemente para la gente es así. Si logramos hacer que haya menos carros en las ciudades o en las calles, haremos que la gente conviva mejor: que camine, que utilice la bicicleta, que se sienta más cómoda, más segura. La gente deja de caminar en las calles porque son inseguras.