Tierra Adentro

Es por todos sabido que Roma no se construyó en un día —aunque eso es lo que se había prometido en un principio—, y que el proyecto estuvo plagado de irregularidades desde sus inicios, específicamente cuando durante el turbio proceso de licitación, Rómulo terminó asesinando a su hermano Remo para quedarse con el contrato.

Ahora, nuevas investigaciones revelan que Roma no sólo no se construyó en un día, sino que costó el triple de lo que se había anunciado y se entregó incompleta al momento de su inauguración. Documentos y testimonios recabados por arqueólogos e historiadores de la Universidad de Bolonia indican que, tan sólo tres semanas después de su inauguración, la ciudad se encontraba en tan mal estado que fue calificada como “insaqueable” por la Asociación Europea de Tribus Bárbaras.

Inflación en los precios de construcción, desvío de recursos, acueductos con fugas, estatuas y monumentos de plástico, arcos construidos con materiales baratos y un primer proyecto de Coliseo sin salidas de emergencia, son sólo algunas de las irregularidades que las nuevas investigaciones han sacado a la luz, y que en su momento fueron ocultadas por la constructora encargada del proyecto en colusión con las autoridades de la ciudad.

De acuerdo a las crónicas de Flavio Postronio, celebrado periodista de investigación que murió accidentalmente apuñalado por un grupo de guardias pretorianos a la entrada de su casa, la mal llamada Ciudad Eterna había sido además erigida sobre terrenos ejidales en los que estaba prohibido construir, y presentaba una capacidad de albergue mucho menor a la que se había proyectado. En otro de sus reportajes para el acta diurna, Postronio denunció a las autoridades romanas de haber sobornado a múltiples empresas constructoras extranjeras para conseguir que todos los caminos que construyeran llevaran a la ciudad.

«Si en aquella época se hubiera llegado a saber habría sido un escándalo» asegura el historiador Andrea Abruzzo, «estamos hablando de miles de kilómetros de carreteras y caminos desviados de sus destinos originales hacia Roma, que en ese entonces no estaba terminada y no tenía el espacio suficiente para albergar a la enorme cantidad de visitantes que pretendían llevar».

En cuestión de dos años, la inacabada y mal planeada ciudad estaba saturada de viajeros que no encontraban sitios para hospedarse y que, para empezar, ni siquiera querían estar ahí.

«Todos los caminos conducen a Roma» escribió Alarico el Viejo, cronista visigodo —y eso, cuando uno lo único que quiere ir a la tienda de la esquina, es bastante inconveniente.

El escándalo nunca explotó en gran parte gracias al emperador Nerón, que gustaba de cocinar en anafre a altas horas de la noche y que durante uno de sus antojos nocturnos provocó un incendio que destruyó gran parte de la ciudad, y con ella cualquier evidencia de los desfalcos en el proyecto original. Roma fue entonces reconstruida con nuevos materiales y mejores técnicas, y tan sólo tres años después fue proclamada Ciudad del Año por una horda de vándalos que posteriormente procedió a saquearla.

Hoy en día, las ruinas del Coliseo son el único vestigio que permanece de aquel desastroso y fraudulento proyecto. Aunque eventualmente fue proclamado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, los descubrimientos arriba mencionados serán sin duda factores que le restarán prestigio, y que lo pondrán en desventaja con otras construcciones como las pirámides de Guiza o la Gran Muralla que, para ser de fabricación china, ha durado ya bastante.

 


Autores
(Ciudad de México, 1985) es autor de Y, sin embargo, es un pañuelo (Premio Nacional de Cuento Joven Comala 2014). Estudió la Licenciatura en Comunicación en la Universidad Iberoamericana, donde no ha regresado y quedó a deber varias cuotas de estacionamiento. Es apasionado del cine, de Monty Python y de escribir semblanzas biográficas en terecera persona. Tuitea como @emedebaena