Werner Karloff, un regreso al underground ochentero
El evento de hoy es en la colonia Roma Norte, muy cerca de Av. Chapultepec y de la Glorieta de los Cibeles. El lugar, cada vez más recurrente, es como el sótano de un edificio que, por como luce (cortinas de negocios grafiteadas y una puerta principal algo derruida), parece abandonado.
Mientras termino la cerveza que traía conmigo y espero a que lleguen dos amigos, una pareja llega con su mascota y se mete al edificio. No creo que el evento sea pet friendly, pero hoy en día todo es posible. Mi curiosidad va más allá y le preguntó al que está en la puerta si se usará el edificio para todo el evento o si tiene un lugar en específico. Me contesta: arriba hay depas donde vive gente, pero el desmadre es abajo y al fondo. Se pone bueno, no hay bronca.
Últimos sorbos a la botella y pido la entrada. De inmediato, me recibe un pasillo larguísimo apenas visible, alumbrado por una tenue luz roja y la música a ritmo de Techno se oye cada vez más intensa, mientras avanzo. A mitad de ese túnel nos piden nuestro cover: $100 por persona y la fiesta es trato hecho.
Entramos y damos la vuelta por los cuartos del lugar alumbrados ahora con luces blancas y azules. Parece ser que, en un pasado, esas habitaciones eran dos departamentos más del edificio, pero ahora son un foro que parece tener muy pocas reglas.
A lo lejos, veo a Antonio Armenta mejor conocido como Werner Karloff, que esa noche presentará un live set. Me acercó y le preguntó a qué hora le toca y contesta: como a las 12:30 am. Miro el reloj y faltan pocos minutos, aún hay tiempo de comprar algunas bebidas y buscar un buen lugar para mirar el acto en ese cuarto amplio, que se va reduciendo a medida que la gente llega.
A Werner Karloff lo escuché por primera vez buscando proyectos mexicanos que tocaran géneros como Post-Punk, Dark Wave, Coldwave y otros similares, para un texto que quería escribir sobre música y proyectos underground. En ese entonces, quizás por el 2020, su disco Energie für die Zukunft (Energía para el futuro), me voló la cabeza.
Los sonidos de sus canciones, me remontaron a bastantes artistas y canciones que hicieron explosión en la década de los 80: del EMB al Minimal Wave, del Techno al Dark Wave, del Industrial al Italo Disco, del Electro-Pop al Synth-Pop y, desde luego, del Post-Punk al Shogaze. Lo mejor fue que, todos los géneros se entremezclan en esas once canciones.
Aunque, a mi parecer, con una línea más marcada de EBM, Industrial y Techno, lo que me recordó a bandas como DAF, Nitzer Ebb, Front 242 y hasta una que otra canción de Ministry. Gran LP de Werner Karloff, editado por la disquera alemana Young & Cold Record, uno de los sellos más importantes que existen; reconocida por publicar a bandas que tocan estos géneros oscuros y por tener en sus filas a artistas de la talla de Forever Gray, NNHMN, This Cold Night, Twin Tribes, Nürnberg, entre otros. Cabe señalar que, Young & Cold Records también ha sacado discos de otros grandes proyectos mexicanos como Equinoxious, Stranger and Lovers y Hoffen.
Mientras la gente, poco a poco, llena el pasillo y la habitación, donde están tocando los DJ´s, Werner Karloff empieza a prepararse frente a sus sintetizadores; un DJ a su lado está por terminar su set. Los minutos pasan y parece que el show se retrasará hasta la 1 am. Hay gente que ha venido a verlo específicamente a él y se ve un poco impaciente; otros más, siguen bailando a. ritmo del DJ, quien no parece querer detenerse.
Días atrás, tuve la oportunidad de entrevistar a Werner Karloff. Tomó este nombre por el actor alemán Werner Krauss —famoso por interpretar al Dr. Caligari en la película El Gabinete del Doctor Caligari (1920—) y por el actor británico Boris Karloff, reconocido por diversos papeles en películas de terror como en Frankenstein (1931).
IL: ¿Cómo fue que empezaste en todo esto? ¿Cuáles fueron tus influencias para crear tu música?
WK: Empecé tocando la guitarra porque me gusta la música instrumental de los 60: The Ventures, The Shadows, y también la cuestión jazzística, con eso empecé a aprender música. La hora de dar el salto a los sintetizadores y las cajas de ritmo, fue digamos, porque me gustaba el New Wave y el Post-Punk.
Una de las primeras bandas que me gustó fue Magazine que es el estilo que siempre he querido hacer: una mezcla de postpunk, new wave y música electrónica. Para mí ellos fueron un preámbulo de todo lo que fueron los 80. Cuando escuché a Magazine fue cuando decidí que algún día haría algo no igual, pero sí parecido. También me gustó The Fall que es de Post-Punk, aunque tampoco tiene un estilo fijo; tienen discos más punk o más new wave y a veces más oscuros.
Después me encontré con el primer lanzamiento de la disquera Minimal Wave, un francés que se llama Philippe Lorent y con un grupo de los 80 que se llama Das Ding de Holanda. Ahí fue que pude escuchar un resumen de esos estilos que me gustan: oscuros, minimalistas, rápidos, agresivos, pero también bastante simples y todo hecho con sintetizadores. Una segunda camada de proyectos que me gustan son Líneas Aéreas, de España; Stratis y Andi Arroganti, de Alemania; y aunque ya conocía a DAF, con este minimalismo de los sintetizadores, tomo de referencia el EBM de Front 242 y Nitzer Ebb, además del de Gabi Delgado y Robert Görl.
IL: En otras entrevistas he leído y escuchado que además de música, tienes influencias de diversas vanguardias europeas, autores y obras literarias…
WK: Tomando en cuenta el expresionismo alemán está la película El gabinete del Dr. Calligari. En esta cuestión visual que viene acompañada de figuras geométricas y que viene influenciado también por el futurismo italiano y el constructivismo soviético que se basan a su vez, en el minimalismo y en la expresión de ciertas ideas en figuras geométricas.
Con el futurismo italiano me gusta una de las pautas que marcan en sus dictados; esta cuestión del hombre y la máquina, su relación, y también esta cuestión de enaltecer la tecnología; pensar a dónde ha llegado el ser humano para tener mayor velocidad que un caballo o poder volar como un ave (a grandes rasgos).
Sobre esas ideas creo que es más fácil empezar a visualizar cómo hacer una canción y más cuando son instrumentos electrónicos, cuestiones que son hechas por la tecnología y cosas hechas por el hombre para poder expresar algo que no es tangible como la música o los sentimientos. También me gusta leer sobre la Primera y Segunda Guerra Mundial, principalmente. En la literatura tomo como referencia a Aldous Huxley y George Orwell.
IL: Cómo es que puedes llegar a mezclar en tus canciones, géneros tan oscuros (Postpunk, EBM, Dark Wave, Industrial) con otros más luminosos (Italo Disco, Hi -NRG, New Wave, Synth-Pop).
WK: Antes de decidir hacer música, escuchaba música. Todos escuchamos música. Lo tomé como algo no de melómano porque esa palabra es como pretenciosa, pero siempre me gustó investigar de cada género: qué otros dieron origen, qué bandas son las importantes y cuáles no son tan reconocidas.
A partir de esto, todos los géneros que toco van relacionados unos con otros. Empecé escuchando punk, luego lo lógico fue Post-Punk, después New Wave, Synth-Pop,y, también algunos estilos electrónicos como el Italo Disco, el Eurodisco y el Hi-NRG. De los orígenes de estos sonidos electrónicos está el funk y del funk está el jazz. En otra parte de los ochentas está el Ska que se relaciona con el New Wave o el Garage, que viene de los 60´s y, que se conecta también con el New Wave y el Punk. El EBM tiene que ver con la música Industrial, con el Eurodisco y también el punk.
Entonces, viendo todas esas relaciones, se me hizo más fácil tomar lo que me gustaba de cada género para mis composiciones e ir jugando con eso. Yo lo pienso así: quiero una canción EBM, pero que tenga una melodía de New Wave y con una voz como de Post-Punk. Al entender de dónde viene cada cosa, es más fácil hacer esa mezcla de sonidos sin que suene raro o extraño.
IL: ¿Qué marca de sintetizadores te gusta más?
WK: Tengo ya una colección amplia, con los años he podido comprar varias cosas. Compro, revendo y cambio. Tengo predilección por KORG, hasta ahorita lo que ellos habían sacado eran sintetizadores baratos. Me acomodó bien esa filosofía un poco de los ochentas, cuando también se sacaban sintetizadores baratos y tenías que hacer lo mejor que pudieras con cuestiones limitadas. Yo aún trabajo bajo esa filosofía.
Cuando me preguntan “¿qué sintetizador me recomiendas?”, “¿qué tengo que comprar?”, yo recomiendo algo barato, no limitado, pero si algo que no sea como de gama alta. Lo he hecho así durante varios años. Ahorita, ya tengo más cosas y no son sintetizadores caros, son de gama baja, baratos, y lo hago para demostrar que realmente puedes sacarle mucho provecho a cosas que mucha gente considera de baja categoría, porque especialmente, en los sintetizadores hay el pensamiento de que uno barato no te va a dar el sonido que quieres y si se puede, pero depende cómo lo hagas, cómo lo expongas, cómo lo acomodes.
IL: ¿Te ha sido difícil conseguir tus instrumentos desde que empezaste en esto?
WK: Hace 10 años se podían conseguir más baratos los sintetizadores más viejos. Hubo un espacio, en el que nadie los usaba, entonces los nuevos que llegaron a salir de KORG o de Roland venían con precios altos, pero también se podían conseguir sintetizadores ochenteros a buen precio. Cuando yo empecé, no ganaba lo suficiente para comprar uno de precio ochentero, entonces mi primer sintetizador fue un microKORG de segunda mano que no le funcionaba un botón y tenía una tecla rota. Con ese inicié. En ese entonces me costó $3,000 pesos.
Ha sido difícil conseguirlos. Me identifico mucho con las escenas ochenteras de, por ejemplo, Alemania o Inglaterra, porque muchos de los músicos que después tuvieron proyectos exitosos, trabajaban de día y juntaban para sus sintetizadores baratos para luego hacer música e ir creciendo. Entonces hago la analogía un poco con conmigo y con personas que tienen que trabajar en algo más para después comprar un instrumento. Eso es lo que la mayoría de los músicos en México hace, a menos que te los compren tus papás que esta chido ¿no?, pero si no, cuesta varios años, en lo que se junta para una cosa, para otra…
IL: ¿Cómo es tocar un live de Werner Karloff?
WK: Para hacer mi música principalmente lo pienso como una banda de tres: batería, bajo y la parte solista que es la parte de la melodía. Uso un secuenciador me permite grabar mis notas, mis cambios, organizar todo ahí, escribirlo y reproducirlo. Además, del secuenciador puedo escoger hacer la fase de la batería y la parte del bajo y otras partes que me pueden acompañar. Luego lo que hago en vivo es preparar la canción para que suene como si mis músicos ya supieran que ejecutar. Lo que yo toco en vivo es la parte principal, la parte de la melodía, los solos. Lo que me gusta hacer en el show a veces es modificar las canciones. Puedo escoger si empieza antes o después, si le doy un intro más largo, un intermedio, si hago durar más la canción, cosas así. En vivo trato de variar un poco, la canción la toco como es, pero me gusta meterle un plus que es una parte importante. Si vas a ir a ver a un artista en vivo, vas a escuchar algo diferente, sí como te gusta, pero con un plus, algo que no vas a escuchar en redes, en Spotify.
También, improviso sobre lo que ya tengo hecho, por ejemplo, si el bajo tiene una sola línea melódica, tengo la posibilidad de quitar o agregar notas. Todo depende incluso de cómo me sienta, cómo está el ambiente y la gente, porque a veces, si la gente está más animada, me gusta jugar con eso.
IL: ¿Por qué cantar en inglés, alemán, español?
WK: Como todas mis influencias vienen de diferentes escenas y países, trato de jugar igual. Hay sonidos que en español se escuchan muy bien, otros en alemán también. En ese idioma lo he hecho más extensivamente por la influencia que tengo de la escena y los grupos alemanes que me gustan, también el hecho de ser una escena muy particular. Estaba partida en dos: la parte occidental y la parte oriental, la capitalista y la comunista. Del lado comunista hay cierto tipo de bandas con sonidos diferentes a los del lado capitalista.
Por eso lo hice mucho en alemán, pero en realidad ahorita ya no es como una distinción. Si la letra es más extensa, ahorita lo prefiero hacer en español. Por ejemplo, en el último EP que saqué (Atemporal), muchas canciones que canté en alemán o inglés, si las pude volver a cantar en español. Fue un reto para mí darle la misma entonación, el mismo sonido. Sí me salió, se escucha bien como en alemán. Cantar en varios idiomas es más por gusto estilístico.
IL: Y por lo general ¿de qué hablan tus letras?
WK: De lo que mencionamos del futurismo italiano, de todo lo que tiene que ver con la vida en la ciudad: cómo es el andar diario de las personas normales, lo que representa ir a trabajar, cómo enfrentarte a los peligros diarios de vivir en una entidad, como la Ciudad de México.
También está la parte contestataria, hacia lo que hacen los medios de comunicación, no sobre la manipulación, pero sí lo que pasan, las noticias que vemos todos los días, la información que corre en la TV, en la radio, en redes sociales y el hecho de a veces, no se tenga un parámetro o una base que ayude a saber discernir lo que puede ser cierto o lo que puede ser falso. A veces, lo único que puede darnos esa pauta es conocer nuestro pasado y entender esa información. De igual forma, de todos esos datos del pasado no todo es verdad, hay que entender que la historia ha sido escrita muchas veces para adecuarse a lo que mejor convenga.
IL: ¿Qué tan difícil era tocar en México si no eras una banda de rock?
Hacer música con sintetizadores ya tiene más de 40 años. El rock fue el género emblema de las disqueras, de la radio y bueno ni así, porque Depeche Mode es una banda de sintetizadores y es una banda mainstream, pero hablando de México hay muchas anécdotas de bandas como Casino Shanghái o Size, sobre cómo era hacer música electrónica, con sintetizadores y cajas de ritmo. Obviamente hubo un desfase de lo que pasaba en Europa o EU y lo que llegaba a México.
Aquí cuando apenas empezaba el punk, ya estaba la onda Synth-Pop en Inglaterra o en EU. Más bien, pienso que es por la difusión que se les dio a ciertos géneros, durante mucho tiempo. La mayoría de los lugares esta acondicionado para bandas de rock. Entonces, durante al principio fue difícil que te dieran entrada porque decían: “si no trae batería con qué va a tocar”, y eso pasó en México, desde los 80.
A mí también me llegó a pasar. Ahorita ya no, creo que en este momento hay bastantes bandas electrónicas muy famosas y muchos quieren tocar como ellos o en proyectos que no necesariamente necesitan una batería; entonces creo que esa parte ya quedó superada. Si tocas con o sin batería ya no es que sea mejor o peor, simplemente son adecuaciones diferentes; entonces sí, creo que ya quedo superado, por lo menos en México.
IL: En tu experiencia, ¿cuál crees que fue uno de tus peores shows?
Han sido varios. Sobre todo, cuando empezaba me tocó que no había gente, nada más los del lugar, dos o tres personas. Me pasó en la Mezcalli cuando estaba abajo del Dada X. Me invitó Antonio Camarillo y fui, iba empezando, había como unas 50 personas y todos darketos acá. Empecé a tocar y nadie me hizo caso, nadie. Me vieron como dos o tres personas y los demás volteados, como esperando que terminara. Supongo que no me vestía oscuro o no se acostumbraba que alguien llegara sólo con sintetizadores a tocar.
IL: Y en contraparte ¿cuál ha sido uno de los mejores shows?
WK: En general me ha ido bien cuando toco en Ciudad de México. Me he presentado en el Centro de Salud, también en Querétaro; toqué con She Past Away. Cuando le abro a una banda, voy con la idea de que la gente no me va a ver a mí, que estoy de soporte, pero ahí, en ese momento, me di cuenta que algunas personas sí habían ido a verme. Fue como doble, porque empecé a tocar y empezaron a gritar mi nombre. Alcé la mano y todos moviéndose; eran como 500 personas y dije: “órale que bien”. Esa estuvo chida.
También me gustó la primera vez que fui a tocar a Alemania a un festival. Esa fue de las mejores y también aprendí: se me rompió la tecla de mi sintetizador y ahí tuve que hacer malabares para tocar, pero al final me fue muy bien. También aquella vez que toque en Berlín… Son de las que más recuerdo. Tengo el orgullo de hacer bailar a los alemanes cuando estuve haya, porque son difíciles, bueno no es que sean difíciles, pero su cultura es otra, son como más contemplativos. El hecho de que puedan contemplar y bailar estuvo chido.
IL: Ya llevas más de 10 años de carrera, ¿cómo consideras que ha sido tu evolución como artista desde que empezaste hasta el momento?
WK: Si lo pongo en retrospectiva, ya no me da pena tocar. Cuando empiezas y te haces solista, estas tú solo contra un montón de gente y no es contra, sino que vas a mostrar algo: lo que haces. Estás a la crítica de todos. Yo en realidad soy una persona introvertida; cuando empecé también era un introvertido tocando en público, imagínate ¿no? Con los años aprendí. Ya no soy la misma persona, no sé si mejor o diferente, pero aprendí a tratar a la gente, hablar con ella, saber que el trato es importante con quienes te escuchan y te siguen. Obviamente también aprendí lo que se debe y lo que no pueda hacer cuando tocas, lo que debes tener preparado, lo que debes tener en cuenta para aceptar una fecha, conseguirla y todo lo que conlleva hacerla, así como el trato mínimo que debo pedir como artista, y lo que debo ofrecer, cuando me contratan o invitan a un evento.
También sé que tengo que pedir por si alguien no está para ayudarme. Me ha pasado que incluso termino haciendo de ingeniero de audio para otras bandas, porque a veces el que se encarga de eso, no es un ingeniero de audio solo está ahí para conectar. Aprendí cómo debo sonar a partir del tipo de lugar, si es cerrado, si es abierto, si es un lugar con un techo alto, si el techo de lámina o es más corto. Son pequeños ajustes que hago a mis cosas para queden bien.
Otra cosa que he aprendido estos años es ser más independiente, no depender tanto de los demás, del lugar o de una persona externa, porque al final la gente te va a ver y lo que menos le importa es lo que tú hayas pasado. Va a escuchar cómo suenas. Si lo haces mal, el que queda así no es el lugar, eres tú, el artista y eso me ha quedado muy claro, porque me ha pasado. Lo digo como consejo: si te invitan a un lugar, tienes que hacer el esfuerzo de sonar lo mejor posible, porque de lo contrario, el que queda mal eres tú, sin importar si el lugar estuvo feo o con mal sonido.
IL: ¿Has tenido críticas negativas?
WK: He tenido malas críticas como todo, pero siempre han sido más las buenas. Al principio te sientes mal, obviamente, pero no les puedes gustar a todos. Si no les gustó está bien, es respetable, pero tampoco puedo decir: “ya no voy a hacer música”. En Alemania me pasó por la cuestión del lenguaje. No hablo muy bien el alemán, aunque tomé clases un tiempo. Recibí una crítica en contra de eso, pero cuando estuve allá les pregunté y me dijeron que veían muy chido que alguien lo intentara y que no se fijaban tanto en si lo pronunciaba bien o no, simplemente era valioso el hecho de hacerlo y que fuera alguien de México era un detalle que les gustaba mucho.
Hay críticas que me han servido. Llegué a escuchar: “es que es muy monótona su música”, y bueno puede ser, va dentro de mi estilo porque es Minimal Wave, Minimal Synth, pero lo he tomado en cuenta y he compuesto canciones más complejas. Tengo otras desentendiendo el estilo, por ejemplo, he hecho canciones más New Wave más Synth-Pop con un intro, con un verso, con un encore y más completas, entonces en ese sentido, sí me ayudó. Se trata de hacer cosas diferentes y mejorar.
Estas dentro de una escena oscura en México que ha crecido bastante, ¿qué opinas al respecto?
WK: Puedo ver cómo ha crecido poco a poco, de no poder tocar en ningún lado a que ya existan un montón de lugares en la Ciudad de México, donde puedes tocar sin problemas. Básicamente, puedes hacer tu proyecto esta semana y tocar la que sigue; ya hay más lugares donde puedes mostrarte. Y se ve en la cantidad de bandas más o menos nuevas que hay, proyectos que salieron hace tres o cuatro años. Fue exponencial que empezaron a salir. Cuando iniciamos en esto, básicamente, Equinoxious y yo éramos los representantes de ese estilo electrónico dentro de la música oscura en México. Pasamos ser dos a ser más de 50. Entonces, creo que sí ha crecido para bien en todos los aspectos.
En lo particular, hemos estado picando piedra y buscando los espacios, haciendo que la gente nos escuche, logrando que la gente que es parte de esta escena oscura (y que lleva en esencia muchos géneros, no solo el gótico o el Post-Punk), escuche Synth-Pop, New Wave o Dark Wave que es parte de lo mismo ¿no? Es abrirse camino para que vuelva a hacerse música con sintetizadores, como antes.
IL: ¿Qué proyectos actuales recomiendas? ¿Qué escuchas cuando no creas música?
WK: Ahorita hay muchas bandas con una tendencia orientada al Dark Wave y al Post-Punk. De EU, Forever Gray es muy buena, también los Twin Tribes me gustan. De Holanda, Adam Tristar. Me gusta mucho su estilo. De México, mis amigos de I Can Fly. De hecho, tengo una colaboración con ellos para mi siguiente disco.
De escuchar… trato de escuchar todo lo que sale de las bandas nuevas aquí en México. Escucho y trato de apreciar. Sin querer sonar como pretencioso o algo así, veo que les faltan algunas cosas, pero van bien. No se trata criticar, todos empezamos así. Además, el hecho de que ya estén ahí sonando, es lo que no va a dejar que esto muera. Inevitablemente este boom de lo oscuro será sustituido por otra cosa, pero lo importante es que hay gente que se va a quedar en esto y la escena va a seguir, como lo que pasó en Alemania ¿no?, en donde, a pesar, de tener varios booms de música electrónica, de metal y otros géneros, hay una escena gótica que ha permanecido desde los 80´s, igual que la del Synth-Pop.
En México hay un montón de bandas que lo están haciendo bien y tienen que seguir así, pero como te digo, hay que seguir rescatando y buscando música en los 80, en los 70, darle diversidad a la música. Es importante tener en cuenta a las bandas famosas de hoy como: She Past Away, Molchat Dochma, Boy Harsher, pero saber que el estilo de ellos viene de un montón de bandas atrás. No es querer sonar como ellos, nada más, hay muchos estilos anteriores que pueden escuchar y conocer. Alguno te va como a volar la cabeza y te vas a sentir más identificado.
El evento de esta noche sigue su curso, luego de unos minutos de ecualización, de sostener y modular el sonido de sus sintetizadores con el audio del lugar, Werner Karloff se siente a gusto y empieza su set con la canción “Sons of snakes” de su EP Iliuminated Displays. Los asistentes bailan con él a ritmo de la canción, mientras, otros más, graban el acto. Luego, en la voz de Werner empieza a sonar: A lie hides past mistakes, A lie hides past mistakes, who kills in the name of their faith? who kills in the name of their faith?…
Ver a Werner Karloff en vivo siempre es sinónimo de una gran experiencia tanto visual como auditiva, más allá de que muchas veces suena mejor que en sus grabaciones, su música no te deja estático, al contrario. A veces hasta te mueves inconscientemente, mientras él sigue tocando sus canciones. A veces más rápidas, a veces más tranquilas.
Me gusta decir que lo he visto varias veces en festivales y lugares de la escena oscura en la Ciudad de México, alternando con otros proyectos nacionales como Equinoxious o Leonora Post Punk, pero también, como preámbulo de bandas internacionales como ADULT, She Past Away, Ash Code o French Police.
Después de tocar la gran “Osteuropa”, Werner continua con una de mis favoritas, “Dreiecke Und Quadrante”. La mayoría de los que estamos viéndolo comenzamos a movernos; otros más, siguen grabándolo. Werner camina de un lado a otro con el micro en su mano derecha y empieza a cantar… Dreiecke und Quadrante Dreiecke und Quadrante Dreiecke und Quadrante, Metalle und Getriebe überall… Metalle und Getriebe überall.
Es inevitable no bailar esa canción sobre máquinas y de sueños perdidos en el tiempo. Una canción más y el calor y el humo del cigarro comienzan a inundarlo todo. Es momento de ir por más cerveza y regresar a ver el cierre. Justo cuando la mayoría de los asistentes empezaba conectarse con el show, el tiempo de Karloff llegó a su fin. Algunos piden una más, pero el tiempo es limitado. Esta noche aún faltan otros artistas por tocar.
En la entrevista también hablamos de los proyectos que le han permitido dejar de trabajar, en esos trabajos mal pagados en los que están la mayoría de los mexicanos. Me dijo que, desde hace un tiempo, da clases en un estudio (Circuit Studio) que tiene con otro socio. Los cursos son de introducción a los sintetizadores y de teoría musical básica enfocada en composiciones y estilos electrónicos. También tiene una tienda los domingos en el tianguis de la Lagunilla y entre semana está en línea (80s Records Store), en donde vende vinilos de New Wave, Post-Punk, Synth-Pop y hits ochenteros, junto a discos que trae de Bélgica y Alemania.
Ya posicionado entre la gente y escuchando al DJ que pone Depeche Mode y otros clásicos de los 80, Werner me dice que hará tiempo hasta las 6 am. Viajará a esa hora hacia Oaxaca para otro evento, ese mismo sábado por la noche. Le digo que vengo con otros amigos y que seguiremos la fiesta en el Centro de Salud. Él me dice que irá después. Nos despedimos y prometemos vernos allá en un rato más. Regreso con mis acompañantes a terminar las bebidas que aún nos quedan, ya casi son las 3 am y el siguiente lugar espera. A la fiesta aún le queda rato.