Una sucesión de paisajes, situaciones, momentos…
Titulo: Viento entero
Autor: Octavio Paz
Editorial: Conaculta (ed. Facsimilar)
Lugar y Año: México, 2014
El traductor de la mayoría de la obra poética de Octavio Paz (1914-1998) al inglés, Eliot Weinberger, encontró en la Universidad de California en San Diego una nota que Paz le escribió al poeta Paul Blackburn (amigo de Frank O’Hara y, supongo, parte de la Escuela de Nueva York), quien tradujo Viento entero. En esa nota, Paz define su poema como una “sucesión de paisajes, situaciones, momentos” y, además de hacer sugerencias sobre las palabras que podrían ser las correctas para la versión inglesa de su poema, aporta las claves para comprender mejor este poema que ahora vuelve a circular en una edición facsimilar con motivo de su centenario.
Esta edición facsimilar rescata la curiosa y rara que Paz hizo en Nueva Delhi, según el colofón el 10 de octubre de 1965, de Viento entero: una edición limitada de 197 ejemplares, impresa en papel hecho a mano por los vecinos del pueblo hindú de Sanganer, y que fue escrito durante un viaje entre Kabul y Kunduz del 21 de junio y el 6 se julio de ese año. De manera que esta nueva edición, junto con la nota encontrada por Weinberger y los ensayos de Conrado Tostado y Eduardo Vázquez Martín, está llena de curiosidades que la hacen particularmente interesante para los estudiosos de la poesía de Paz.
En su Obra poética 1935-1988 (Seix Barral, 1990), Paz incluyó Viento entero en “Hacia el comienzo”, la sección de poemas que escribió durante los años que pasó en el continente asiático, es decir, entre 1964 y 1968 (año en que cuando salió de la India), y entre los que también se encuentran Ladera este y El mono gramático, aunque publicado poco después, en 1970. De manera que, insertado allí, Viento entero podría pasar desapercibido al lector por lo que esta edición aspira a restituir su importancia dentro de la obra poética del Nobel mexicano.
Paz escribió varios poemas largos, tal vez el más conocido de ellos sea Piedra de sol, pero Viento entero de alguna manera también lo es: un poema que, explica Paz en esa nota encontrada por Weinberger, a la manera japonesa aspira a ser una “renga”, una sucesión de haikus, un poema en el que las imágenes de paisajes cambian aun cuando el tiempo sigue siendo el mismo. Así, un bazar en Kabul con las montañas al fondo y el río cruzando la ciudad remite al poeta a una imagen parisina entre dos calles entrevista un año antes. Esta concatenación y asociación de imágenes encuentra su punto culminante en la mujer, símbolo en la mayoría de la obra de Paz, que convierte al poema en un texto erótico, donde surge la noche y la mujer es “una suerte de totalidad cósmica” a la que se llama en el poema “materia maternal”, “madre del tiempo”, “madre de las razas errantes”. Cada estrofa del poema, que es una imagen de ese viaje por el norte de la India y a Afganistán, inicia con el verso “El presente es perpetuo”: una sentencia que reafirma el sentido del tiempo como uno mismo sin importar porque parte del mundo se ande.