¿Tu palabra favorita? -Vida. Entrevista a Vanessa Salas Orduño
Oriunda del estado de Sinaloa, Vanessa Salas Orduño llegó al estado de Guanajuato en el año 1994. Durante una primera estancia vivió en San Miguel de Allende donde acudió a talleres varios en el centro cultural El Nigromante. Luego, mudó a la ciudad de Guanajuato para inscribirse a la licenciatura en Artes Plásticas; Fue en 1999 cuando tuve la oportunidad de conocerla –e incluso trabajar unos meses con ella y otras compañeras artistas en diversos géneros–, cuando nos organizamos para realizar un proyecto al cual titulamos “Gestación: nueve meses creando.”
Si bien aquella primera experiencia nos puso en contacto inicial, el paso de los años, las amigas en común, además de las características propias de la ciudad nos han vuelto a reunir algunas veces. Sin embargo, por primera vez, tuve el privilegio de compartir una espléndida tarde de conversación profunda así como hacer una visita a su taller, y ojo: es aquí donde se abre una puerta especialísima, pues considero que conocer el interior del taller de un artista es prácticamente entrar al centro de la Tierra, en el sentido de “origen”.
Dentro del taller pude observar entre los materiales que Vanessa utiliza para la elaboración de sus piezas, maravillas como: telas de diversos colores, hilos varios, tijeras, tubos, mangueras, alambres, botones, pinturas en frasco, pinturas en barra, pinceles, botes chiquitos, botes grandes, agujas, un rollo con hojas del apreciadísimo papel liberón, carboncillos, lápices, algodón, cajas y más cajas que contenían parte del elaborado universo que una artista como Vanessa Salas ha construido a partir de la disciplina, la entrega, la pasión. No es gratuito enumerar esas tres palabras fundamentales, Vanesa Salas, como buena norteña, ejerce los tres conceptos desde la raíz y los traduce ya sea a través de sus pinceles, sus trazos, sus construcciones, sus híbridos, sus juguetes.
Durante esa tarde, entre su par de gatos, café, y el sonido de la máquina de coser, le hice muchas preguntas. Las mismas que Vanessa respondió con la franqueza que la caracteriza. Nunca pasa de largo además, la tranquilidad del tono de su voz, en contraste con la sonoridad entera de su carcajada. Disfruté muchísimo observar y escuchar a una mujer completa, satisfecha, realizando en cada momento las cosas que le preocupan y que le apasionan. Todo aquello por lo cual hace algunos años decidió para sí.
Hago la descripción porque sin duda, esas mismas características forman parte de las personalidades que sus muñecas y muñecos adquieren. Entre sirenas, tritones, monjas coronadas, Fridas venaditas, bicéfalos, dragones, unicornios, corazones, calacas, diablitos, personajes inspirados en la pintura de Remedios Varo o de Leonora Carrington, el arte de Vanessa Salas Orduño trasciende y se corresponde con una elección de vida: la creación.
Lo siguiente es un mero asomo a lo que conversamos mas, aproximación o no, estas palabras contienen una decisión de ver y hacer la vida. Les dejo pues algunas de las preguntas, algunas de las respuestas:
¿Cuál fue tu primera idea del arte y cómo tu primer deseo de ser artista?
Posiblemente algún dibujo o pintura, que no recuerdo con claridad. Cuenta mi mamá que muy chica me acerqué a ella y le dije que de grande sería artista, entonces me preguntó (para estar segura que sabía lo que decía): “¿Cómo quien hija?”, y yo le respondí: “Ay mamá, pues como Leonardo DaVinci.”
Si la disciplina del deporte fue determinante durante tus años como gimnasta ¿cómo defines hoy “disciplina”?
Como un buen hábito.
¿Cuál es la diferencia que observas o piensas entre “arte” y “artesanía”?
Creo que en concepto, la artesanía está ligada a hablar de las preocupaciones de la comunidad, y el arte habla de asuntos más individuales. Fuera de esa diferencia considero que arte y artesanía van de la mano, y que en mucho su diferencia radica en los ojos de quien lo ve. Como sinaloense que soy, al llegar a Guanajuato me sentí sorprendida por la belleza de la ciudad, por las tradiciones y objetos artesanales. Esta impresión me ha llevado a echar mano de éstas técnicas y fusionarlas como parte de mi lenguaje plástico, como un híbrido.
¿Cuál fue el momento decisivo para desarrollar la construcción de muñecas?
En 2001. Era el mes de diciembre y tuve la oportunidad de participar en una venta navideña, invitada por el profesor Humberto Espinosa. Para esa venta hice diez sirenas, y el primer día casi se vendieron todas. Ahí decidí dejar el trabajo que en esa época tenía en la Casa de Cultura, para dedicarme de lleno a los juguetes.
Además de Lucian Freud, Remedios Varo y Leonora Carrington, ¿qué otros artistas te marcan y te seducen?
Ron Mueck, William Kentridge, Louis Bourgeoise.
¿Cómo defines el concepto “influencia”?
Es algo que no sólo te llega, sino que te marca, que te ayuda a clarificar algún pensamiento brumoso sobre el quehacer artístico.
¿Alguna anécdota particular en relación al desarrollo de tu trabajo en los últimos diez años?
En el año 2007 viajé a la ciudad de México para formar parte del desnudo masivo que realizó Spencer Tunick; al final de la sesión de fotos busqué a los integrantes de su staff para que me permitieran entregarle un regalo. Era una muñeca desnuda, morena, que tenía su bikini marcado por el sol. Muy amablemente me indicaron dónde esperar y cuando lo vi, lo alcancé al subir una escalera rumbo al salón donde daría una charla, ahí se detuvo, lo saludé y le entregué la muñeca. Me sonrió y me dijo: “Wow, ¿tú eres la artista?”, respondí: “sí. “ Luego comentó: “No te vayas, tengo un regalo para ti.” Después de la plática con las mujeres que integrarían la foto de las Fridas, nos sentamos en un sillón rojo. Se paró y sacó su cartera de la bolsa trasera del pantalón. Al abrirla, sacó una fotografía del tamaño de una credencial. Una impresión de plata/gelatina, arrugadita en una esquina. En ella se ve a una pareja desnuda cubierta de café caminando hacia una cafetería. La firmó por la parte trasera y afirmó: “es uno de mis primeros desnudos.” Al momento me dijo: “Si consigues una peluca larga y oscura te pongo en el primer plano de la siguiente foto.” Eso fue un domingo. Busqué la peluca con una amiga, pero no encontramos ninguna. De cualquier forma obtuve mucho más de lo que pude imaginar.
Define: “templanza”, “ego”, “éxito”.
La templanza es un ejercicio, el ego es un motor y un estorbo (si lo dejas crecer demasiado), el éxito es la satisfacción que da el disfrutar la vida y el quehacer.
¿Qué recomiendas a los artistas jóvenes en relación al arte y el contexto nacional?
Ser artista requiere de un gran compromiso y entrega, de introspección; hacer preguntas profundas sobre la vida, la existencia y buscar la respuesta de las mismas a través de la creación. Generar una propuesta que parta de la honestidad, de tu realidad.
¿Cuáles son los lugares donde se pueden encontrar tus piezas?
En “El Viejo Zaguán” (Guanajuato, Gto.), Tienda del Museo La Esquina (San Miguel de Allende), Random (León, Gto.), El bazar de las Bruxas (Guadalajara, Jal.), y en La Canasta. Tienda de Artes de México (México, D. F.)