The Peronists, o de cuando la cumbia digital se vuelve inca
Existe una generación de músicos argentinos que no tiene temor de volcar su tradición musical a un tono mucho más fiestero: The Peronists. Así, la cumbia —un género esparcido por toda Latinoamérica— encuentra a través de su asimilación con la electrónica una cara más visionaria. Ese pasado cadencioso y bullanguero se inserta hasta los terrenos de la música avanzada.
Este proyecto sorprende desde su nombre mismo, ya que da una vuelta de tuerca al apellido de uno de los líderes más polémicos de la historia de Argentina, fundador del Partido Peronista, Juan Domingo Perón (1895-1974). Figura cuyas acciones marcaron la historia de aquel país y que en la actualidad provoca pasiones entre sus seguidores y odio de sus opositores. El apellido del ex mandatario es ahora resignificado en una entidad colectiva que surgió como un desenfadado terrorismo musical. Para los jóvenes no es una figura a la que no se pueda dotar de otro significado con ironía.
Federico Randall —el cerebro detrás del proyecto— comenzó casi jugando con un disco, The Peronists Make Noise (2004), cuya línea temática es una noche de juerga y que incluye la pieza “Eva está drogada”. Con este disco se hace aún más evidente que las nuevas generaciones no consideran intocables a sus grandes iconos nacionales.
El proyecto apuesta por la mezcla de culturas y un pulso muy contemporáneo que permea en discos como Nacionalismo electrónico (2007) y las compilaciones ZZK Sounds Vol. I y II y The Future Sound of Buenos Aires, entre otros.
Randall es extremadamente inquieto y, dadas las actuales bondades de la tecnología, no para de grabar; lo mismo apoya a Cholita Sound, músico chilena, que hace remixes para The Binary Cumbia Orchestra, agrupación originaria de La Plata. En medio de todo ello, presenta Inka Haus, que expande más allá de los Andes su revuelta hedonista y que resulta un pretexto ideal para conversar y ponernos al día de la cumbia futurista en el cono Sur.
¿Por qué decidiste sacar el EP con un sello peruano? De hecho, el título sugiere que lo has compuesto ex profeso para que así fuera.
Cuando empecé a producirlo era un LP muy raro y lo fui achicando; tengo muchos proyectos en la computadora o en mi cabeza, pero este siempre se llamó Inka Haus. Tenía el concepto internamente sonando desde que, como un chiste, les dije a los de Red Bull Music Academy que mi música era “German Reggaeton vs Inka Haus”, cuando me preguntaron qué género hacía; realmente quería sonar así —al menos en mis Dj sets—. Son géneros imaginarios que para mí ilustran mis búsquedas sónicas y mis influencias, pero claro no es lo mismo decir hago Indie Kraut que Inka Haus… Luego, en un momento, sentí que había un capítulo listo para compartir, se lo pasé a un par de amigos productores, entre ellos Deltatron, y salió la posibilidad de sacarlo por Terror Negro Records. Me pareció muy acertado ya que ellos empujan una actitud muy fuerte con su sonido y su estética. Diría que Deltatron y sus secuaces son como el Teklife sudamericano [comenta entre risas]. Y sí, has dado en el clavo, no hay nada más Inka Haus que un sello peruano.
¿Cómo se ha desarrollado el sonido de tu proyecto? ¿Ha cambiado mucho?
Por ejemplo, el tema “New Dembow Order” lo hice en el 2011, en Chile, cuando terminamos un LP con María Sonora (Cumbia Calling, 2010). Venía escapándole a los clichés de la cumbia digital y la música de ese momento, por suerte estaba allá [en Perú], donde se escuchaban otras cosas. Me fui empapando de esos teclados y guardando tracks, de hecho tengo un EP completo de esa onda, pero me pareció que sólo un tema estaba bueno para este disco.
Traté de lograr un hilo continuo en esta propuesta, desde Nacionalismo Electrónico que no agrupaba varios cortes; lo más importante para mí ésta vez fue intentar hacer que se pudiera escuchar el disco entero y tener un viaje escuchándolo.
En “Inka Haus” recibí ayuda y guía de Axel Krygier, un músico y productor multitalento con muchísima cancha en esto; me ayudó bastante a cerrar, avanzar y escuchar mejor.
El tema “Temazcal” es un remix tuyo que remite a una palabra indígena mexicana y que además es un corte de Matanza. Nos puedes hablar de esta agrupación y de dónde surgió la idea.
Matanza es un trío de Chile que fusiona casi todo lo que es bueno: top notch y DJ skills, finísima ejecución musical, entienden la vibra del club y la maximizan con el formato de banda. Su temática está orientada a elevar lo que es nuestro, lo aborigen. Particularmente, siempre me sentí tocado e influido por su música; trabajé este remix solo —a lo bootleg style—, se los mostré, les gustó y quise incluirlo porque como decía antes… son tan copados estos broders.
Aparecen otras dos colaboraciones; cuéntanos acerca de ellas y el motivo de convocarlas.
En el primer caso, con Galambo, ya habíamos hecho una vez un proyecto juntos, nos tomamos unos días en la playa y grabamos esto (2011). Somos grandes amigos y disfrutamos mucho; un día estaba haciendo un loop bien chilean house y se lo mandé. Galambo tiene grandes skills a la hora de cantar y por suerte se mandó esta voz “intraterrena” que le da el toque freak a “Melbourne Cowboys”.
“Tio 4 Ever”, con Morita Vargas, fue un experimento; el tema ya estaba y lo fuimos encaminando a lo que quedó, nos llevamos una gran sorpresa experimentando, y en “Modem Cumbia” también hay voces procesadas de Morita, pero son más bien como texturales. Éramos amigos y de pronto estábamos grabando. Ahora vamos a actuar juntos.
¿Hacía dónde se ha estado moviendo la cumbia digital en Argentina? Al parecer todavía ahora existen proyectos muy exitosos.
Seguirá creciendo año a año; todavía el sonido tiene mucho para dar. Este año mi enfoque ha estado en el sonido peruano de Dengue Dengue Dengue y Deltatron, que lograron sintetizar mucho de lo que pasaba en Argentina con lo que les sucede y les gusta a ellos; para mí ése tiene que ser el camino, algo muy electrónico pero que lleve la vibra de la gente bien adentro.
La cumbia digital en Argentina debería volver a sus raíces experimentales; después de la ola de novedad, ya nos dimos cuenta que no forma parte del circuito popular de Cumbia de allá y que su contexto ideal siguen siendo los espacios de vanguardia.
Por lo que me cuentas, has seguido en contacto con la gente de la Red Bull Music Academy, ¿qué han hecho juntos?
El primer adelanto de Inka Haus tuvo el empujón de estrenarse en Soundcloud, y eso me hace tomar conciencia de que estamos sintonizados en la familia de RBMA. Además, vienen curando unas noches increíbles en Buenos Aires, con artistas tan reveladores como Shit Robot, Omar Souleyman, Dengue Dengue Dengue y DJ Rashad, entre otros.
¿Estás preparando algún otro material?
Por el momento estoy de vuelta en el caos de mi disco rígido; estoy ya grabando canciones nuevas, y tengo ganas de hacer otro EP, pero vengo soñando con un LP desde 2009; me parece que lo mío son los EP hasta ahora.