Tierra Adentro
Ilustración realizada por Axel Rangel

Iósif1 Vissarionovich Djugashvili (21 de diciembre de 1879- 5 de marzo de 1953), mejor conocido como Joseph Stalin2 es una de las figuras que forjaron un nuevo Estado y que también influyeron en la dinámica internacional en la primera mitad del S. XX.

A propósito del centenario de su nombramiento como Secretario General del Partido Comunista de la URSS (PCUS)3 el 3 de abril de 1922, el motivo primordial de este texto, es ofrecer un contexto general de su actuación, ello como grupo dominante y triunfador de la Revolución y Guerra Civil Rusa (1917-1921); luego como fundador del masivo aparato burocrático estatal que fue la URSS. También sobre los problemas que enfrentó entre 1922 y 1941.

Su liderazgo altamente centralizador y tenaz fue contraproducente para los desarrollos inmediatos de la participación central y decisiva de la URSS. También es conocido como verdugo de la amenaza bélica nazi entre 1941 y 1945. Posteriormente daré una breve explicación sobre los últimos años de gobierno de Stalin (1945-1953) y a manera de conclusión expondré una serie de reflexiones respecto al verdadero papel de Stalin como administrador y líder supremo. Aunaremos al gran debate que ha ocupado a muchos académicos en determinar si aquella figura en realidad puede considerarse un dictador. También abordaremos una serie de líneas y cuestiones generales que se heredarían a las posteriores administraciones de la URSS debido al extremado centralismo estatal.

Todo esto, para establecer un verdadero análisis contextual, pues consideramos que las explicaciones hechas hasta ahora por biógrafos, expertos en Rusia y en gran medida los medios de comunicación y propaganda desde la Guerra Fría se han concentrado en denostar y solamente ofrecer una versión negativa, tiránica y monstruosa de dicho personaje, pero obvian muchas consideraciones de índole interna y externa que esperamos permitan al lector formular sus propios juicios respecto a Stalin, no solamente como ese “Zar Rojo” omnipresente y con poder ilimitado, como muchos lo apodan, sino a un político formado desde muy temprana edad con características y habilidades altamente pragmáticas, analíticas y que siempre oscilaron entre el consenso, el convencimiento, hasta el puro ejercicio de  coerción estatal para lograr objetivos políticos.

De Koba a Stalin: el camino al poder (1912-1922)

Entre 1909 y 1917, conocido en ese entonces por el sobrenombre de “Koba”, desarrolló una intensa actividad política en Georgia y en otros países del Cáucaso como Armenia y Azerbaiyán. En este último país, su capacidad organizativa y de influencia en los trabajadores petroleros en Bakú le ganaron los primeros destierros por parte de la Okhrana  (policía secreta zarista).

Es también durante este periodo que tendría su primer acercamiento respecto a la dinámica y funcionamiento del futuro PCUS, en ese entonces como un movimiento atomizado, liderado por Vladimir Lenin (1870-1924) hasta su muerte. Este tendría un objetivo principal de agitar a los trabajadores y campesinos del imperio ruso, pero también de otros países en Europa, para iniciar un movimiento revolucionario armado que tuviera como fin último el establecimiento de un gobierno liderado por aquellos sectores, esto según los preceptos marxistas aprendidos por Lenin.

Conforme la efectividad administrativa y organizativa de Stalin aumentaba, también su relación con Lenin, de tal modo que una vez triunfando el movimiento de la Revolución de Octubre (7 de noviembre de 1917) y derrocado el gobierno provisional de Alexander Kerensky, surgía una nueva amenaza, pues un movimiento contrarrevolucionario, llamado también blanco o menchevique, amenazaba la estabilidad y supervivencia del recién establecido gobierno bolchevique. Además, los mencheviques eran apoyados por Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia, ello al margen de la Guerra Civil Rusa (1917-1921).

La medida inmediata dentro de tan complejo contexto —pues Rusia se encontraba aún como beligerante en la Primera Guerra Mundial (1914-1918)— fue crear un comité colegiado que deliberara las decisiones de gobierno a seguir, desde arriba hasta todas las demás células del PCUS y del gobierno, este sería llamado Politburo.  El cual, para ese entonces, se conformó por Lenin (líder de gobierno y de partido), Lev Trotsky (líder del sector militar y de defensa), Lev Kamenev (representante de Lenin en diversas actividades), Nikolai Bukharin (secretario de prensa y propaganda) y Stalin como administrador total del Partido4.

Esto último dotó a Stalin de una información personal invaluable para descubrir las posiciones ideológicas de los miembros prominentes del partido, su verdadero funcionamiento, pero, sobre todo, escuchar un sin fin de ideas para establecer propuestas de gobierno y con ello participar dentro del gran juego deliberativo del Politburo en calidad de negociador, y en el Congreso del PCUS (donde se conformaban todos los cuerpos de gobierno de la URSS y se delineaban todos los programas políticos), esto le permitiría asumir la posición de liderazgo y control a costa de generar un mayor consenso dentro de aquellos dos órganos supremos de gobierno. Desde ese entonces su control sobre el PCUS ya era considerable, pues se encargaba del correcto funcionamiento entre el Politburo y el Orgburo. Más allá de ello, debía supervisar que los miembros del partido siguieran todas las directivas dictadas desde aquel Politburo.

Con toda esa experiencia administrativa y, sobre todo, la información sobre el funcionamiento del gobierno y sus miembros, Stalin llegaría a ser nombrado, con la anuencia de Lenin, el nuevo Secretario General del Comité Central del PCUS, el aparato de gobierno que administraría al Estado soviético entre periodos legislativos del Congreso. Sin embargo, con el tiempo, en el ejercicio político y de administración burocrática, el Comité Central del PCUS fue adquiriendo cada vez más relevancia, impulsado por el propio Stalin5.

Dicho esto y ante los accidentes cerebrovasculares sufridos por Lenin en mayo de 1922 y 1923 (que eventualmente lo llevarían a una muerte prematura el 21 de enero de 1924), el panorama nacional era de una destrucción económica, productiva, social y de recursos sin precedentes. Aunado a ello, nuevas rencillas por obtener el puesto de líder de la recién formada URSS ya se dibujaban, y ante ello, Stalin no pudo quedarse sin hacer nada.

Stalin, de la lucha a la cúspide y los excesos: 1922-1941

Una vez muerto el primer gran líder de la Revolución de Octubre, tres figuras principales ejercieron el poder de manera compartida, (Stalin, Lev Kamenev y Grigory Zinoviev), desplazando del foco de control dentro del Partido a Trotsky.

En 1925, tras la muerte de Mikhail Frunze, incondicional a Trotsky, Stalin instaló a Kliment Voroshiloc como Secretario de Defensa (Comisariado de Guerra). Al año siguiente consiguió designar a Vyacheslav Menzhinsky an frente del Directorado Político de Estado Conjunto (la policía secreta) (OGPU6 / Obyedinyonnoye Gosudarstvennoye Politicheskoye Upravleniye), el cual se transformaría después en el Comisariado Popular de Asuntos Internos entre 1934 y 1946 (NKVD7/ Naródnyy Komissariát Vnútrennikh Dyél), antecedente directo del Comité de Seguridad Estatal, mejor conocido como la KGB.

De manera paralela, el culto a la personalidad de Stalin ya se encontraba en plena marcha, pues una vez que todos los adversarios políticos habían sido degradados en el entramado político estatal o expulsados del país (como Trotsky en 1929):

“un nuevo culto estalinista se fundía con el antiguo culto leninista, y lo comenzaba a superar. Cuando, en ocasiones ceremoniales, Stalin aparecía arriba del Mausoleo de Lenin en la Plaza Roja, la tumba colosal de Lenin se levantaba solamente como el pedestal para su sucesor”8.

Para 1926, Stalin contaba con la mayoría del poder político y coercitivo del Estado Soviético, lo que le permitió deshacerse de cualquier resistencia interna en el año de 19279 y volverse el dirigente supremo de la URSS hasta su muerte, 26 años después. Una vez resuelto el problema sucesorio de liderazgo soviético, Stalin decidió ejecutar un primer Plan Quinquenal (1928-1933) para resolver los apremiantes problemas económicos y sociales que aquejaban a la URSS en plena recuperación de una Guerra Mundial, una Revolución y una Guerra Civil.

La visión estalinista del primer plan quinquenal se cimentaba en una perspectiva de cerco, en la cual “debían de alcanzar a los países avanzados en 10 años los 50 que llevaban de desventaja tecnológica, bajo pena de ser aplastados”10, esto inauguraba una visión de política estatal de cerco que sería definitoria para el comportamiento del Estado Soviético y Ruso a partir de la llegada al poder de Vladimir Putin, pues Rusia “aparecía invariablemente como víctima histórica de conquistadores y opresores extranjeros, aunque ello no fuera tan coincidente con otras perspectivas de historiadores soviéticos que argumentaban lo contrario”11, es decir, el papel dominante del Imperio Ruso.

Esto abonó a una perspectiva constante de cerco, que no solamente permeó hondamente en los liderazgos soviéticos y rusos, sino en la propia perspectiva de las instituciones de poder12.

Desafortunadamente, esta perspectiva jugaría en contra de resultados positivos del primer Plan Quinquenal. Al intensificar el cumplimiento intensivo de cuotas y objetivos por medio de la colectivización masiva y deportaciones forzadas de campesinos a los Kolkhozes (granjas estatales colectivas), el costo social del crecimiento económico se hacia cada vez más grande y cruento13.

Simultáneamente, y a pesar del crecimiento constante del aparato productivo e industrial soviético, la fuerza laboral en los centros urbanos industriales creció considerablemente, y aunado a ello, el salario y circulación del papel moneda para pagarlos se imprimió en mayor medida, lo cual generó efectos inflacionarios que fueron controlados mediante fijación de precios por el Estado, establecimiento de tiendas y agencias de comercio gubernamentales, y una vez que llegó la Crisis Económica Mundial de 1929, se reintrodujeron sistemas de racionamiento en los pueblos que durarían hasta 193514.

Al reconocer que los costos sociales se incrementaban por consecuencia del acelerado proceso de crecimiento económico e industrialización manufacturera y agrícola, Stalin tuvo que establecer objetivos más realistas15 para el diseño y ejecución del Segundo Plan Quinquenal (1933-1938), que, para beneficio del liderazgo estalinista y de la sociedad en general, tuvo mejores desenlaces, pues las plantas construidas en el Primer Plan Quinquenal comenzaron a operar y el campo a recuperarse de la crisis. La URSS experimentaría un crecimiento económico e industrial sin precedentes16.

Para el Tercer Plan Quinquenal (1938-1943, interrumpido por la invasión nazi de 1941), y ante el rápido rearme del Tercer Reich, las preocupaciones de cerco ruso de  Stalin, comenzarían a modelar la visión de este proyecto, ya que el gasto en Defensa se incrementó y el número de efectivos en el Ejército Rojo pasó de 1 millón y medio hombres a 5 millones entre 1937 y 1941. Esto no necesariamente alentó el crecimiento económico civil17, pero resultaría decisivo para los años posteriores en los que la URSS tendría que hacer frente a toda la furia terrestre y aérea de los ejércitos de Hitler.

Stalin frente a Hitler: 1941-1945

Con la firma del pacto de no agresión Ribbentrop-Molotov18 firmado en 1938, Stalin confiaba seriamente que la voluntad de Hitler no era atacar directamente a la URSS, e inclusive la postura soviética respecto al conflicto mundial, una vez iniciado en 1939, era una de reserva. La URSS no estaba interesada en entrar en choque directo frente a las ambiciones expansionistas nazis, consideraba que estas (desde los postulados fundamentales del leninismo) eran inherentes a cualquier Estado capitalista, con el cual por medio del militarismo y el imperialismo buscaba de manera agresiva expandir sus mercados en el mundo, y ello inevitablemente generaría un nuevo conflicto mundial entre las potencias capitalistas.

Stalin consideró que había que estar al tanto de la situación en Europa pero ello no era motivo para preocuparse. Fue un grave error de cálculo que casi le cuesta el país entero, pues una vez que Alemania invadió Europa occidental y los Balcanes, entre 1939 y 1941, derrotó de manera efectiva, en la Guerra Relámpago (Blitzkrieg), a Francia, y mandó huyendo a su isla a las fuerzas Británicas en Dunquerque, Hitler se preparaba para invadir la URSS bajo la mayor operación de invasión terrestre en la historia mundial: la Operación Barbarroja (22 de Junio- 5 diciembre de 1941), provocando la apertura del Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial (22 de junio de 1941- 9 de mayo de 1945).

A partir de la segunda mitad de 1941 y principios de 1942, gran parte del territorio occidental de la URSS, junto con la población, recursos e industrias desarrolladas en la URSS cayeron bajo el control de fuerzas alemanas, a tal punto que casi cae Moscú, de no ser por el papel de liderazgo estratégico ejercido por el Mariscal Georgi Zhukov19.

El clima y la reconfiguración defensiva e industrial que ordenó Stalin para enfocar la totalidad de los esfuerzos a la producción de material bélico, desde balas hasta tanques, inclinaron la balanza a favor de la URSS a partir de 194220, siendo el primer resultado efectivo en el triunfo soviético en Stalingrado en enero de 1943, y Kursk en julio de 194321. Es preciso apuntar que los triunfos militares en Europa continental fueron realizados por las fuerzas soviéticas, mientras que los aliados (Estados Unidos y Reino Unido principalmente) se abocaron a destinar bienes de consumo y materias primas para sostener el aparato bélico de la URSS, en crecimiento exponencial de 1942 a 194522.

Entre 1944 y mayo de 1945, los avances soviéticos en todo Europa avasallaron a las fuerzas nazis en retirada en todo el Frente Oriental, llegando a capturar Berlín en dos semanas (16 de abril- 2 de mayo de 1945), y así el gran aparato militar-industrial reorientado por Stalin llegaba a la cúspide de su poder con casi 35 millones de efectivos, estableciendo un nuevo récord histórico en cuanto a ejércitos terrestres23. La amenaza nazi había sido derrotada por su más acérrimo rival de guerra.

Incluso con las diferencias político e ideológicas, tanto Franklin D. Roosevelt y posteriormente Harry Truman junto con Winston Churchill, hubieron de admitir el gran esfuerzo soviético para el triunfo aliado en la Guerra al incluirlo como “Los Grandes Tres” vencedores del conflicto en las Conferencias de Teherán, Yalta y Potsdam (1943, 4-11 febrero de 1945 y 17 julio-2 agosto 1945), en las que se establecerían las siguientes esferas de influencia mundiales entre la URSS y el bloque Euroatlántico Capitalista:

Mapa 1. El mundo en 1945

Fuente: Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, Changing Face of Europe and Colonial Tension, Late 1945, diciembre de 1945, en lov.gov, disponible en: https://www.loc.gov/resource/g5701f.ct002763/, consultado el 27 de marzo de 2022.

Fuente: Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, Changing Face of Europe and Colonial Tension, Late 1945, diciembre de 1945, en lov.gov, disponible en: https://www.loc.gov/resource/g5701f.ct002763/, consultado el 27 de marzo de 2022.

 

Para la URSS el costo económico y social fue mayor que para cualquiera del bando aliado, 8 millones 670 mil soldados soviéticos perecieron en el conflicto mientras que entre 16 milliones 900 mi y 35 millones y medio de civiles perdieron la vida24, con lo que la reconversión civil de todo el aparato productivo del país y la recuperación económica se presentaban de nuevo como un reto para Stalin y el liderazgo en el Kremlin.

Stalin tardío: 1945-1953

Stalin y su grupo se encontraban en una posición interna y externa inmejorable, la recuperación en los últimos años de su liderazgo conservó el segundo lugar de producción económica e industrial por debajo de los Estados Unidos de 333 mil 656 millones de dólares a 569 mil 260 25, a pesar de todos los daños experimentados en la guerra bajo los ataques alemanes en todo el territorio soviético occidental.

No obstante, el campo jamás pudo reconfigurarse de manera efectiva, y se siguieron experimentando problemas derivados de la masiva colectivización emprendida en la década de los 20-30. El Culto a la Personalidad se había cimentado fuertemente tras el triunfo en la “Gran Guerra Patria” y el agotamiento personal que la guerra imprimió en Stalin comenzaba a hacerse notar a principios de 1950, en pleno crecimiento de tensiones de la URSS y Estados Unidos durante la Guerra Fría (1945-1991).

Para ofrecer unas breve conclusión sobre el futuro soviético a la muerte de Stalin (5 de marzo de 1953), recordaremos un último extracto de la biografía política escrita por Isaac Deutscher:

“Aún así, es un hecho que Stalin encontró a Rusia trabajando con un arado y la dejó equipada con bombas atómicas, aunque en la época del arado persistiera en muchos de los niveles de su existencia nacional. Este resumen del gobierno de Stalin es, por supuesto, un tributo a su logro. Pero en el estalinismo, también, el arado y la bomba atómica coexistieron grotescamente, al igual que el barbarismo primitivo y el Marxismo lo hicieron; y mientras la nación avanzó, los factores retrógrados del régimen de Stalin exponencialmente impidieron el progreso y lo amenazaron con su detención”26.

Conclusión: el legado de Stalin en el aparato Estatal soviético y ruso

Tanto el Estado soviético como su sucesor generaron una dependencia respecto al éxito o fracaso de su líder. Sin embargo permaneció el funcionamiento dentro de instituciones, grupos de poder y burocráticos que lo personificaran y ejecutaran las políticas generadas en conjunto, previo ello a un proceso deliberativo que comenzaba en tiempos soviéticos en los Soviets Locales y terminara en el Soviet Supremo para la posterior aceptación o rechazo del Politburó del PCUS, o en tiempos más actuales desde los parlamentos regionales, hasta la Duma Estatal y hacia El Consejo de la Federación para ser promulgadas por el Presidente.

Esta perspectiva de poder distribuido muestra lo erróneo que es considerar el legado de Stalin y posteriores como uno de carácter exclusivamente dictatorial, pues en consonancia con la idea previamente desarrollada por Sidney y Beatrice Webb27, debían necesariamente establecerse arreglos previos para promulgar o ejecutar cualquier política o ley dentro de la URSS, y sigue siendo aquello una realidad toral en la Rusia post-soviética.

Existen todavía ciertas características definitorias del Estado soviético/ruso herederas de Stalin: las instituciones de poder (Defensa, Seguridad Interna mediante el KGB-FSB28) siguen teniendo un papel preponderante en la actual configuración estatal; por otro lado, la figura central tensora de la política interna y externa sigue estando centrada en una sola persona, en el caso actual, el presidente de Rusia; y en último lugar, la capacidad del Estado y la sociedad de reconfigurarse a partir de vicisitudes regionales y mundiales sigue siendo una característica bastante peculiar de este enigmático y  apasionante país.

Fuentes Consultadas

  • Davies, R.W., et.al., eds., The economic transformation of the Soviet Union, 1913-1945, Cambridge University Press, Estados Unidos, 1941.
  • Deutscher, Isaac, Stalin: A Political Biography, Oxford University Press, Estados Unidos, 1967, p. 231.
  • Maddison, Angus, Historical Statistics of the World Economy:  1-2008 AD en rug.nl, marzo de 2010, disponible en: https://www.rug.nl/ggdc/historicaldevelopment/maddison/releases/maddison-database-2010, consultado el 27 de marzo de 2022.
  • Overy, Richard, Russia’s War, Penguin Books, Reino Unido, 1998.
  • Rojas, Gerardo, Evolución del Estado Ruso a partir de la desintegración de la URSS: 1991-2018, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2021.
  • Service, Robert, The Penguin History of Modern Russia, Penguin Books, Reino Unido, 2015.
  • Webb, Sidney y Webb, Beatrice, Soviet Communism: A New Civilisation, Longmans, Green and Co, Reino Unido, 1947.
  1. El equivalente latino sería José, aunque para términos de mayor conocimiento al lector dejamos el nombre como se escribe en georgiano.
  2. De acuerdo a uno de los más extensos y múltiples biógrafos del personaje, Isaac Deutscher (1907-1967), establece que el apodo de “Stalin” (literalmente hombre de hierro) surgido aproximadamente en 1912 cuando comienza a escribir uno de sus ensayos políticos como figura en ascenso dentro del movimiento socialista ruso llamado “Los Problemas de Nacionalidades y la Socialdemocracia” (1913), y el cual a partir de ese entonces se volvería (Deutscher; 1967, pp. 115-117) su segundo apellido (político), de tal modo que muchos historiadores y compañeros de partido se referirían a él como José Stalin o Stalin simplemente. No obstante, existe un anterior sobrenombre que pocos conocen, el cual aplicó al carácter local pero que estuvo también marcado por el contexto de extenso activismo político que desempeñó desde la juventud, este sería “Koba”(significa el indomable en turco vernáculo) y con el cual se daría a conocer como líder político en Batumi, Georgia (Deutscher; 1967, p. 46.).
  3. Para el momento en que eso sucedió, el fue nombrado Secretario General del Partido Comunista de toda la Unión, pues a finales de 1922 surgiría como proyecto político y estatal final la URSS, pero para términos de mejor comprensión al lector, dejaremos simplemente el nombre de Partido Comunista.
  4. Deutscher, Isaac, Stalin: A Political Biography, Oxford University Press, Estados Unidos, 1967, p. 231.
  5. Ibíd., p. 233.
  6. Ibíd., P. 314.
  7. Aquí el lector más familiarizado con la historia de la URSS podrá cuestionarnos, ¿qué hay al respecto de las purgas de 1936-1938? Desafortunadamente, y con el objetivo de mantener este texto, lo más objetivo posible, omitimos este apartado, pues hasta la fecha no existen documentos concluyentes o pruebas contundentes sobre la participación directa de Stalin y otros colaboradores como Sergei Yezhov, Genrikh Yagoda o Lavrentii Beria (Titulares del NKVD/ MID-KGB entre 1934 y 1953), así como registros documentales, fotográficos o de cualquier otro tipo que hubieran determinado la cantidad de víctimas que este oscuro periodo trajo consigo, y el cual ha sido muy tergiversado por autores occidentales para encasillar el periodo estalinista como uno de total represión, muerte y tónica ideológica anti-soviética y rusa, lo cual lejos de esclarecer el problema al encontrar una explicación coherente, abona al desconocimiento.

  8. Ibíd., p. 317.
  9. Ibíd., p. 311.
  10. Ibíd., p. 328.
  11. Ìdem.
  12. Para mayor información consulte: Rojas, Gerardo, Evolución del Estado Ruso a partir de la desintegración de la URSS: 1991-2018, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2021.
  13. Davies, R.W., et.al., eds., The economic transformation of the Soviet Union, 1913-1945, Cambridge University Press, Estados Unidos, 1941, p. 15.
  14. Ídem.
  15. Ibíd., p. 17.
  16. Esto es sumamente importante, pues para 1937, las principales economías mundiales por PIB (Millones de dólares Internacionales Geary Khamis de 1990, los cuales son estándares de Paridad de Poder Adquisitivo, o de la capacidad de compra total de un país a partir de toda su producción nacional) eran las siguientes: EEUU 832,469, URSS 398,017, Alemania Nazi 317,783 y Reino Unido 294,025. Datos Tomados de: Maddison, Angus, Historical Statistics of the World Economy: 1-2008 AD en rug.nl, marzo de 2010, disponible en: https://www.rug.nl/ggdc/historicaldevelopment/maddison/releases/maddison-database-2010, consultado el 27 de marzo de 2022.
  17. Davies, R.W., et.al., eds., Ibíd., p. 18.
  18. En el cual ambos países aparte de refrendar una postura de no agresión entre ellos, se dividían en esferas de influencia soviética (Estonia, Letonia, parte de Letonia y Polonia y regiones de Finlandia) y alemana (gran parte de Letonia y Polonia) el control de numerosos países del Báltico y el este de Europa.
  19. Service, Robert, The Penguin History of Modern Russia, Penguin Books, Reino Unido, 2015, pp. 516-517.
  20. Cfr. Overy, Richard, Russia’s War, Penguin Books, Reino Unido, 1998, p. 150.
  21. Service, Robert, Ibíd., pp. 524-526.
  22. Ibíd., p. 530.
  23. Rojas, Gerardo, Ibíd., p. 38.
  24. De acuerdo a estimaciones en: Overy, Richard, Ibíd., p. 285.
  25. Maddison, Angus, Historical Statistics of the World Economy: 1-2008 AD en rug.nl, marzo de 2010, disponible en: https://www.rug.nl/ggdc/historicaldevelopment/maddison/releases/maddison-database-2010, consultado el 27 de marzo de 2022.
  26. Deutscher, Isaac, Ibíd., pp. 624-625.
  27. Webb, Sidney y Webb, Beatrice, Soviet Communism: A New Civilisation, Longmans, Green and Co, Reino Unido, 1947, pp. 324-438.
  28. Servicio Federal de Seguridad, heredero casi en su totalidad de las funciones e instituciones del KGB.