Skagboys, la nueva novela de Irvine Welsh

Titulo: Skagboys
Autor: Irvine Welsh
Editorial: Anagrama
Lugar y Año: Barcelona, 2014
Tears of sadness for you,
more upheaval for you,
reflects a moment in time,
a special moment in time,
yeah we wasted our time,
we didn’t really have time,
but we remember when we were young.
Ian Curtis
El primer chute esta por entrar en Mark Renton y el temor de no llegar con el loco de Begby para ver la Euro 84, lo estremece mientras Swenney prepara todo. El Lou Reed (speed, anfetaminas) ya no es suficiente y, por lo que se decía en las calles de Leith, el jaco (skag, caballo, heroína) era lo mejor de lo mejor. La voz en off de Rent Boy comienza a jugar con su conciencia mientras ve el polvo blanco diluirse en una cucharita sobre una vela. Sé que esto es cruzar una frontera. Di no. Begbie. ¡Hemos quedado a las 9! Di no. No es demasiado tarde. Ya no podré ser donante. Fiona. La universidad. Di no joder… Sick Boy se muere de ganas por probar y observa con fascinación todo lo que ocurre en esa sala apestosa que tiene como testigo un poster de Siouxsie Sioux en topless. Quizá Begbie, el pub y el magnífico juego ofensivo de Platini y su Francia, puedan esperar unas horas más…
Veinte años después de que Irvine Welsh escribiera su ya célebre novela debut Trainspotting, la precuela Skagboys se convirtió en pocos días en el libro más vendido del Reino Unido, como si de verdad se necesitara saber las razones por las que Renton, Sick Boy, Spud, Begby, Tommy y toda una generación de jóvenes británicos se perdieron en una realidad sumida por la heroína, el SIDA, el desempleo, la pobreza, la desigualdad y las políticas excluyentes, en aquel Edimburgo de la década de los ochenta.
Como suele suceder con su literatura, la narración de Welsh es vertiginosa, acelerada, camina en forma de versos y títulos de canciones, nombres de discos y grupos que inundaron esa década, argots escoceses prestablecidos que riman con palabras comunes que al transformarlas suenan aún mejor, un reflejo de cómo la juventud se expresaba en esos años. Las referencias sociales y políticas más visibles se nombran en los apartados “Notas sobre una epidemia”, enriqueciendo la historia con datos verídicos de lo que cambió a toda una nación excluida.
Los capítulos son narrados a veces por Sick Boy, otras por Begby, incluso Tommy, Spud y Alison tienen un par de capítulos con sus voces, sin dejar atrás a Renton, la voz principal que el autor utiliza para señalar sus gustos y referencias musicales que describen otra parte más evidente de los ochenta. Incluye explicaciones, por ejemplo, del por qué Motörhead es más punk que heavy metal, o discurre sobre que banda es mejor entre The Doors y Led Zeppelin o bien, qué hubiera sido de las canciones que compuso Jim Morrison si no se hubiera metido todas esas drogas. Renton (al igual que Welsh) sabía mucho de música, leía su New Musical Express y escuchaba artistas caóticos como Velvet Underground, David Bowie, T. Rex, Iggy & The Stoogies, Sex Pistols, The Clash, The Jam, Echo & The Bunnymen, Marvin Gaye y Aretha Franklyn, en contraposición de las bandas comerciales de ese entonces como de The Beatles, Rolling Stones, U2 u OMD. Incluso en la novela se habla del disco Still, primera recopilación de Joy Division después de la muerte de Ian Curtis, y de la versión que trae de “Sister Ray”, original de Lou Reed y compañía.
Qué tan absurda puede ser la vida que después de 20 años los personajes de Welsh tienen tanta vigencia: juventud sin empleo o educación sustentable, malos salarios, despidos injustificados, apatía, demasiado tiempo libre. Para sobrellevar esta situación es necesario pertenecer a algo, que vaya más allá de sólo ver fútbol, beber o estar con los amigos. Qué importa robar, prostituirse, engañar, matar si es lo único que se puede hacer en un mundo tan dispar, total, el skag o cualquier otra droga lo puede todo: “una dosis en mi vena conduce a un centro en mi cabeza, y entonces estoy mejor que muerto. Porque cuando el golpe empieza a fluir, realmente no me importa nada de todos los payasos de esta ciudad, de todos los políticos haciendo ruidos locos y de todo el mundo decepcionando a todo el mundo”…