Renacimiento cultural: la industria editorial independiente
Dos vendedores de zapatos son enviados a un pueblo donde todo el mundo anda descalzo. Uno de los vendedores le habla a su jefe para quejarse por enviarlo a un pueblo sin mercado, el otro le habla para agradecerle por presentarlo ante un nicho de oportunidad.
Historia que alguien escuchó una vez en un programa de radio
Un buen empresario sabe reconocer y aprovechar las oportunidades. Monterrey se caracteriza por su suelo fértil para muchos tipos de industria excepto la industria cultural, en apariencia. Como apunta la periodista Denise Márquez en un artículo publicado en la revista La Quincena, en noviembre del año pasado: “Monterrey es una ciudad que podría gritar, pero murmura. Sin embargo, es el murmullo sostenido lo que ha permitido que haya condiciones más habitables para quienes aquí vivimos”. Esos murmullos responden a una diversidad latente en casi todos los campos de la restrictiva y prejuiciosa sociedad regiomontana, incluyendo el campo de revistas, editoriales y publicaciones independientes.
Lento pero seguro, Monterrey está en vías hacia un renacimiento cultural, luego de la época oscura coronada por balas que casi extinguió la diversidad de alternativas recreativas y culturales independientes. Aunque es difícil competir con bienes y servicios culturales patrocinados por el “libre” mercado, afortunadamente están floreciendo espacios para que artistas, productores, difusores, emprendedores y gestores culturales alternativos se desenvuelvan. Uno ejemplo es La Comunitaria, espacio de aprendizaje autónomo, autogestión y cultura libre, abierto a talleres y eventos relacionados con el desarrollo social y cultural; se ubicada en Galeana 226, entre Washington y Modesto Arreola, en el centro de Monterrey.
En esta ocasión La Comunitaria prestó su espacio a la Feria de Editoriales Independientes en Monterrey, la cual se realizó el sábado 16 de agosto. A pesar de algunas dificultades menores en la organización y difusión del evento, éste resultó ser una importante zona de diálogo, en donde editores, representantes de algunas editoriales y revistas independientes en la ciudad ofrecieron su punto de vista respecto a los retos, procesos, motivos y aspiraciones de la industria editorial.
Por un lado, se habló de las editoriales y su labor como difusoras de la cultura y su relevancia para el desarrollo de autores potenciales. Se abordó el tema del diseño editorial y algunas de sus dificultades particulares, a partir esto se evidenciaron distintas posturas de la industria editorial independiente. Por ejemplo, la disyuntiva entre diseño editorial y diseño gráfico. Según se comentó, existe la falsa creencia de que un diseñador gráfico está facultado para desempeñar la labor editorial, o que nociones básicas de diseño son suficientes para elaborar un libro o una revista; por lo que no se toman en cuenta las particularidades del enfoque editorial, de tal manera que a veces el contenido está mal distribuido o tiene tipografías poco legibles, aspectos que entorpecen la conexión entre lector y texto.
Por otro lado, se remarcó la importancia del diseño artístico de las editoriales, ya que si no se pone especial énfasis a este aspecto resultarán visualmente poco atractivas para los lectores y tendrán pocas oportunidades para llegar al público receptor, sobre todo porque las editoriales independientes casi no tienen presencia en las librerías de la ciudad. Cuestión que también evidencia la ausencia de agentes literarios competentes que trasciendan la mafia de los amiguismos o enemiguismos nocivos para los sanos procesos de producción, necesarios para promover las obras y crear demanda.
Otro punto que se trató durante la charla fue el estigma de algunos editores por asociar la literatura con nociones como mercado, producto y competencia. Esta postura aunque romántica e ideal, lamentablemente implica y explica la falta de atención que se le da a los consumidores de productos editoriales, en este caso los lectores reales y potenciales ajenos al círculo de autores, aspirantes de escritores y académicos literarios. Si bien es una importante labor histórica, filológica, sociológica y antropológica observar y analizar la literatura en todas sus manifestaciones, como aludieron algunos de los editores presentes, ésta, cuando se comprende únicamente como un objeto de estudio se transforma en un ser disecado tras los aparadores de un museo visitado por pocos, lo cual resulta injusto para los autores independientes, que invierten muchísimo tiempo y esfuerzo en una labor pobremente remunerada.
Para bien o para mal, algunas editoriales aceptaron que su principal vocación es autopublicarse y publicar amigos, conocidos y obras que satisfagan las subjetividades del editor o grupo editorial. Sin embargo, cuando algunos editores fueron cuestionados respecto a las vías de contacto y oportunidad de publicación para autores no conocidos dentro y fuera de la república, todos expresaron la máxima disposición en cuanto a la recepción de obras, por lo que se invita a los autores potenciales a contactar a las editoriales y revistas de su preferencia, disponibles sobre todo a través de las redes sociales.
Editoriales y publicaciones presentes en Feria de Editoriales Independientes en Monterrey:
La Quincena
En conclusión la autogestión tanto de proyectos, espacios y eventos culturales independientes, así como la apertura a una diversidad de opciones implica una importante vía de tránsito para la evolución hacia una sociedad positiva, crítica y responsable. Proyectos independientes de emprendimiento cultural como editoriales, revistas y otro tipo de publicaciones no sólo funcionan como agentes de cambio social, además proveen a la industria de alternativas que lamentablemente no llegan a librerías con renombre. Es importante fortalecer los lazos comunicativos entre espacios e iniciativas independientes para gestar eventos. Así como dar pie a la resolución de conflictos entre disciplinas como la edición y el diseño que desde sus respectivos rubros son indispensables en esta industria.
Mientras las grandes librerías se deciden a actuar como agentes socialmente responsables, se abren más espacios de tránsito para el emprendimiento literario y se celebran más ferias de libro o eventos relacionados, se invita a curiosos y expertos por igual a ampliar sus horizontes literarios y utilizar otros medios de adquisición. En otras palabra, para los que no quieran ser tan mainstream, el internet es una excelente plataforma de publicación, en cuanto a proyectos digitales, y de difusión, en el caso de proyectos que opten por preservar el valor artesanal del libro como objeto.
A pesar de todo lo que está mal en la ciudad y área metropolitana, así como todo lo que podría estar mejor, es incuestionable que existe una cultura regiomontana alternativa, que si en ocasiones parece estar disecada entre críticas y deber ser, en realidad está viva y tiene un fértil campo para su desarrollo. Por su parte, los agentes de cambio deben persistir y respetar sus diferencias para dejar el espacio libre a la sana competencia y diversidad que tanto hace falta.