Orlando Barreto ladrón de enfermedades

Titulo: Como sombras y sueños
Autor: Luis Zapata
Editorial: Cal y Arena
Lugar y Año: México, 2014
Quienes conocemos a Luis Zapata (Guerrero, 1951) sabemos bien sobre sus varios miedos (a los temblores y a viajar en avión), sus fobias (a las ratas), sus achaques (la colitis) y sus adicciones (al cigarro). Sin embargo, no por eso deja de extrañarme que en su nueva novela Como sombras y sueños exista tanta erudición trash, como dijo Enrique Serna, sobre las enfermedades, el psicoanálisis, las medicinas o en general a los temores, totalmente válidos, de todos esos malestares que conducen a la muerte.
En Como sombras y sueños, Zapata le da voz a Orlando Barreto, un hombre depresivo que va contando las distintas etapas por las que pasa antes, durante y después de una más de sus depresiones. Con conocimiento de la causa, Zapata pasea al lector por los laberintos de la mente y eso, me parece, queda muy bien registrado en el lenguaje y en la narrativa que también va y viene en episodios muy azotados pero también en otros muy chuscos, creados en una especie de escritura automática (en algunos capítulos no hay puntos y seguido ni puntos y aparte, sólo comas). Esto es sin duda lo que más me ha gustado de Como sombras y sueños, ese vaivén, ese deambular por la mente y por la escritura.
La vida de un depresivo no fluctúa entre la vigilia y la vida onírica como la de una persona sana, sino entre sombras y sueños, como bien se dice en el afortunado título tomado de Cervantes. Lo que muchos no logramos comprender es que el cerebro también se enferma y que todos alguna vez hemos sufrido alguno de los distintos grados de depresión que existen. Con ese padecimiento, la vida física disminuye en tanto la vida onírica aumenta. Pocas cosas lo entusiasman a uno cuando está deprimido. Entonces, hasta parece una consecuencia lógica que la depresión devenga hipocondría, como le sucede a Orlando Barreto.
La enfermedad es un asunto íntimo, al que los tímidos (o “basuritas”, para usar un término angelicomariano muy caro a Luis) le tenemos miedo de nombrar, de pronunciar, cuanto más de escribir, de allí uno más de los méritos de esta novela fragmentaria de Zapata, pues hay que reconocerle el valor y arrojo para escribir esta obra de su vida como enfermo. Si ya en parte Zapata había intelectualizado el amor y el desamor en su novela En jirones (1985), ahora en Como sombras y sueños vuelve a esa intelectualización, es decir, al análisis, a la reflexión, a describir y desmenuzar con la cabeza fría esa enfermedad mental a la que tantos le tienen pavor pero de la que es necesario escribir para que los demás logremos entender un poco más de ella y de quienes la padecen.
Texto leído en la presentación de esta novela durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2014.