Tierra Adentro

Mamá nunca me dijo que la vida estaba construida por pequeños secretos que ocultaban la verdad del mundo. Probablemente todos los lugares que me estaban negados tenían una razón de ser. Y por lugares, pienso más en temas, asuntos que «no eran para niños» y que yo, por condiciones de cronología, tenía negadas. En mi marco de pensamiento no existían y no debían ser nombradas porque eran prematuras.  Experiencia de vida sesgada que tomaría otras dimensiones con la edad y que se sigue transformando con el paso del tiempo. No existe algo tal como la experiencia universal o el conocimiento de la verdad absoluta. Pero sí, los años van revelando más y más aspectos de la realidad.

Los adultos cumplen la función de censores durante un buen número de años. Los padres en casa y los maestros en la escuela, cada uno atendiendo los asuntos de su conveniencia. En Mamá no me contó,[1] libro álbum de Babette Cole, el protagonista de la historia, hace una lista de cosas que sus padres nunca le contaron pero que empezó a notar y que consideró dignas de preguntarse. ¿Para qué sirve el ombligo?, ¿por qué sus padres se encierran en su habitación por las noches?, ¿por qué puedes odiar a alguien y quererlo al mismo tiempo?, ¿por qué la gente es distinta entre sí? Y ¿por qué hay mujeres que se enamoran de otras mujeres? Preguntas cuyas respuestas no pueden esperar un momento ideal para ser resueltas. Interrogantes que plantea la vida cotidiana y cuyas respuestas modifican la forma de entender al mundo.

La LIJ contemporánea tiende a adelantarse a esas cuestiones y abordarlas como parte de los relatos. Es decir, tocar temas sensibles/complicados/perturbadores con la naturalidad de la ficción. Cuestionar los principios de censura para irse directo a estos asuntos. Rey y Rey[2] de Stern Nijland y Linda de Haan cuenta la historia de un príncipe que está en busca de una mujer para casarse con ella, convertirse en rey y ella en su reina. En su palacio lo visitan mujeres de todo el mundo pero a él ninguna le complace. Cuando está por darse por vencido, a lo lejos ve a alguien y sus ojos se iluminan. Se trata de un joven a quien no había visto nunca; quedan flechados. El príncipe encuentra a la persona que buscaba. Se casan, se convierten en rey y rey, son felices y comen perdices.

Esta obra se vuelve una referencia obligada cuando se cuestiona qué temas pueden tocarse en la LIJ y qué tratamiento se les debe dar. Sigue la estructura clásica de un relato de amor pero con un giro radical que cuestiona el modelo conservador alrededor de las relaciones de pareja en las que el amor es de un tipo y debe ceñirse a ciertas reglas. La pregunta y la polémica que siempre surge es si las condiciones en el mundo de lectores infantiles ya están dadas para que este relato funcione y no sea sólo un giro que deje al lector sin una explicación o lleno de dudas al respecto. Son lecturas que requieren un acercamiento previo al tema, intercambio de opiniones o momentos de reflexión.

Porque la censura no radica en los temas en sí. Se puede hablar de cualquier cosa, la diferencia está en cómo se aborda cada una. El trabajo del autor de LIJ está en ese punto: acercar un tema a cualquier lector, sin subestimarlo, más bien tomando en consideración sus experiencias de vida y los posibles acercamientos previos al tema.

Un escritor de literatura infantil que destaca es aquel que no carga con tabús, que tiene la capacidad de abordar un amplio espectro de temas y reflexionar junto con sus lectores. Poner luz sobre ciertos aspectos de la vida, intentar resolver o compartir aquellas dudas repetidas, dudas que van más allá de la edad y que deben resolverse poco a poco. La ficción, a través de una serie de elementos literarios, da perspectivas distintas sobre un mismo tema y le da una visión matizada al lector. Mismo que más tarde construirá un criterio y tomará una postura informada.

La tendencia actual es que la LIJ se desprenda de este peso moral y empiece a diversificarse. En los últimos años, cada vez es más común mirar libros que hablan de familias con dos padres, madres solteras, abusos, violencia y un largo etcétera. Hay esfuerzos mejor logrados que otros, por supuesto, pero es una realidad que influye a la ficción y le sugiere mirarse con más detalle.

 


[1] Cole, Babette, Mamá no me contó, Barcelona, Serres, 2004

[2] De Haan, Linda; Nijland, Stern, Rey y Rey, Barcelona, Serres, 2004.