Tierra Adentro
Cartel de Señorita Ofelia.

“Yo tampoco pertenezco a nadie”

Ofelia

 

El teatro para niños es un teatro exigente, ya que está dirigido a un público con una enorme imaginación, la cual usa todo el tiempo y de la mejor manera, para ellos todo es posible. No es fácil de complacerlo y lo más importante: un buen espectáculo puede formar a los futuros amantes del teatro (misión nada sencilla) o puede ahuyentarlos.

Cada que voy a una función para adolescentes y niños me lo tomo con pinzas. En el camino he encontrado propuestas en verdad hermosas y entrañables y otras cuyo nivel artístico deja mucho que desear.

El domingo pasado fui con enormes expectativas a ver la obra La fantástica historia de la señorita Ofelia, una versión “libre” del cuento “El teatro de sombras de Ofelia”, de Michael Ende, precisamente porque Ende es uno de los autores más representativos de la literatura infantil y  uno de los que más disfruto. Esta puesta en escena estuvo a cargo de la dirección y dramaturgia de Ivica Simic.

¿Qué encontré? Un teatro lleno, cosa que siempre se agradece. Me sentí contenta y mi expectativa creció. Tiene que ser un espectáculo bueno, pensé.

Al dar la tercera llamada, los niños guardaron silencio y todos esperamos pacientes.

Cuando llegó la segunda escena, me percaté de que el texto dramáticamente es flojo, cosa lamentable. Lo que vimos fue una ilustración del cuento con una o dos escenas nuevas. No un texto dramático sólido. Dichas escenas resultan forzadas, como la que explica los motivos por los cuales el teatro cierra, y otras tienen un ritmo que a veces se hace lento, como aquella en la que Ofelia viaja en tren. Lo que da como consecuencia es un conflicto poco sustancioso, que tal vez como anécdota sea suficiente en la narrativa pero que para el drama resulta pobre.

La dirección, en cambio, es atractiva y llena de aciertos, consigue momentos realmente entretenidos para el espectador por la belleza de sus imágenes.

Ivica explota todo del teatro de sombras y consigue sacar exclamaciones de sorpresa a los niños. Es realmente disfrutable toda la parte en la que las sombras representan las obras y los cuentos que Ofelia les enseña.

Por último, me llamó la atención que en el programa de mano se diga que la obra habla sobre la pertinencia del teatro en nuestro tiempo, cuando al menos lo que pude notar es que, en realidad, la naturaleza del texto y el corazón del mismo habla de la importancia de “pertenecer” a algún lugar, tener un remitente propio… sentirse en “casa”.

Es en esto último en lo que precisamente se debió profundizar, ya que si existen algunos expertos en el tema son precisamente ellos, esos pequeños argonautas que van de mundo en mundo buscando el propio…  lo otro, lo de la “pertinencia”,  no creo que sea vital para ellos en estos momentos, lo será si, cuando llegado el momento, descubren en su interior que aman al teatro, o no.

La fantástica historia de la señorita Ofelia es una obra que resulta entretenida por instantes, pero que de manera general te deja con la sensación de que le hizo falta algo para que, en efecto, estuviéramos frente a una muy buena propuesta escénica para niños y adultos.

Se presenta los sábados y domingos a la una de la tarde en el teatro El Galeón.

Termina temporada el 26 de octubre.

Cartel de Señorita Ofelia.

Cartel de Señorita Ofelia.


Autores
La redacción de Tierra Adentro trabaja para estimular, apoyar y difundir la obra de los escritores y artistas jóvenes de México.
Ciudad de México, 1980. Dramaturga. Autora de Aún no recuerdo su rostro (FETA 2014). Fue Becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas (2009-2011) y de Jóvenes Creadores, FONCA, (2008-2009). Participó en los talleres de The Royal Court of London y realizó una residencia en la misma institución en marzo del 2013. Su obra Anatomía de la Gastritis, traducida al francés por David Ferré, fue editada por la editorial Le Miroir. Ha publicado Editorial El Milagro; Los Textos de la Capilla, segunda generación; Tierra Adentro, Buena tinta y la revista Este País. Su guion Distancias Cortas fue publicado en co-edición con IMCINE y Editorial Buena tinta, en 2012.