La espía y su amante nazi

Titulo: La amante del ghetto
Autor: Pedro Ángel Palou
Editorial: Planeta
Lugar y Año: México, 2013
En el París de la posguerra coincidieron, fatalmente, todos los buenos y malos: los liberados y dispuestos a construirse una nueva vida a pesar de los hechos inhumanos que padecieron, pero también los que habían llevado a Europa a la ruina e intentaban huir para, de igual manera, continuar su vida aunque con el peso a cuestas de haber arruinado el continente. Pedro Ángel Palou (Puebla, 1966) recrea en su más reciente novela, La amante del ghetto, esos días, sin duda, de un velado estado de tensión.
Zofia Nowak era la cantante de un cabaret en el ghetto de Varsovia donde se hizo amante de un alto oficial nazi, Alberto Klubert. Después, él la dejaría pero sin abandonarla del todo: la llevaría, junto con su madre y su hermana gemela, Tania, al campo de Birkenau. Allí murieron la madre y la hermana, ella fue liberada y él huyó para salvarse. Hasta aquí, me fue inevitable pensar en los judíos y nazis polacos de las memorias de Günter Grass, Pelando la cebolla (Alfaguara, 2007). Después, cuando Zofia Nowak se convierte en una de las modelos de Dior para su “New look”, no pude dejar de relacionarla con el papel de la actriz alemana en la película de Quentin Tarantino, Bastardos sin gloria (2009). Al menos en la ficción, mujeres como ellas seguramente hay varias más en los casos de delación y espionaje durante y después de la guerra.
Cuando la guerra termina, Zofia se une a los Nokmim, una especie de vengadores judíos que cazaban a los funcionarios nazis sobrevivientes quienes no fueron condenados en los juicios de Núremberg y, por lo tanto, buscaban refugiarse en otros países (Argentina, por ejemplo). En un último momento, Zofia le dice a Albert: “sólo busco justicia, la que los tribunales y los aliados no se atrevieron a llevar hasta las últimas consecuencias; uno a uno los encontraremos a todos y pagarán por sus crímenes. Mírame más bien como la ejecutora de una sentencia ya emitida por un tribunal: un tribunal de millones de muertos, por cierto”.
Para entonces, los papeles han cambiado y las identidades también: Zofia toma el nombre de su hermana muerta: Tania, y Klubert se hace pasar por un prominente empresario textil polaco que provee de las telas para el desfile en el que Dior derrochará más que talento. Se reencuentran en París y será nada menos que en la proximidad del primer gran desfile de modas de Dior en el que ella portará el vestido más relevante, el Corolle, y luego, del español Balenciaga. Y ahora ella será el verdugo de él. Palou ha construido una escalofriante novela en la que la Historia juega un papel muy importante, pues prueba que muchas otras historias todavía pueden contarse dentro de ese suceso que marcó a la humanidad.
Con La amante del ghetto, Palou continúa la serie de novelas de espionaje que inició con El dinero del diablo (2009) y que de alguna manera siguió con Varón de deseos (2011), aunque sigo prefiriendo, por mucho, al autor de esas novelas íntimas, introspectivas como En la alcoba de un mundo (1992), Demasiadas vidas (2001), Malheridos (2003) y Casa de la magnolia (2004).