Tierra Adentro
Juan Carlos Santa Cruz Varela. Fotografía de Eugenia Montalván

Durango, Dgo. 24 de octubre de 2013. Como en cualquier concurso de esta clase, en Brasil eligieron el lunes a la más bella Transexual del país. Entre bambalinas, una representante de la comisión organizadora declaró a una periodista: “Utilizamos la belleza como estrategia política para llamar la atención sobre la necesidad de esta población de beneficiarse de las políticas públicas que pueden cambiar la situación triste y degradante en la que aún viven travestis y transexuales en América del Sur”. El objetivo para la ganadora es coronarse en Miss International Queen 2014, ¿y esto qué? También en México hay hombres que se esfuerzan por ganar una corona para culminar una vida de contrariedades, aceptándose públicamente y haciendo que la gente los acepte como son, en la dualidad de su naturaleza: ¿contradictoria?, ¿descarada?, ¿digna? Tenemos todo el tiempo del mundo para darle vueltas al asunto. Ellos, aún en los pueblos más apartados, se visten, aprenden a caminar con tacones, a depilarse con cera y a mirarse al espejo como mujeres.

En mi tierra, autonombrada Duranyork pero también Durangay, el domingo 6 de octubre se celebró el Certamen Señorita Gay 2013, y salvo un incómodo ataque por parte de dos mujeres que rociaron gases, las 500 personas que asistieron al famoso Teatro del IMSS (como se le conoce) aplaudieron felizmente el espectáculo: una muestra de civilidad admirable, ante todo por la solidaridad con los travestis capaces de todo con tal de lucir bellas esa tarde crucial de sus vidas.

Aquí no hay medias tintas, aquí se la juegan con todo, y tienen el respaldo de la familia, la anuencia de las autoridades para hacer eventos públicos y dejar claro que, en efecto, los norteños (especialmente los hombres) no son tan discriminatorios como los pintan. Sin embargo, todavía ayer escuché que un joven le dijo a otro: “Ahí te hablan”, para molestar al muchacho que pasa caminando con aires femeninos, que ni los peló. Total. Quizá lo incomodaron, no lo dudo, pero por encima de este gesto urbano común, está toda una corriente de pensamiento que reivindica a los homosexuales; su historia, sus gustos, y su fuerza.

Pienso en el libro México se escribe con J, sobre la historia del arte y la cultura. También pienso en el documental Quebranto, de Roberto Fiesco, y en la excelente novela El príncipe del Puerto de Veracruz de David Ramón: Los homosexuales son la vanguardia. Lo sostengo sin titubear. Su presencia es abarcadora. También pienso en mi documental Don Mammie Blue cuando aparece el primer productor de espectáculos para la comunidad homosexual en el Sureste: Miguel Sabido. Él se pregunta: ¿Mérida es gay? Y asegura que Mérida es gay.

Desde luego, junto con las pasarelas para las vestidas existe, en el marco del Festival de Cine de Guadalajara, el Premio Maguey. Pasiones Íntimas del Cine Queer, y el Festival Internacional por la Diversidad Sexual (FIDS), del Museo Universitario del Chopo, en México, D.F. Dos ejemplos de la inmensa cantidad de espacios y plataformas abiertas a la sociedad.

Consecuentemente, hay agencias especializadas de información, revistas, etcétera.  Y, obvio, canales de expresión underground, así como grupos de amigos en Facebook intercambiando películas con sexo explícito o contactándose para relaciones fugaces.

Juan Carlos Santa Cruz con cororna. Fotografía de Eugenia Montalván

Juan Carlos Santa Cruz con cororna. Fotografía de Eugenia Montalván

A Karina Varela I, la Reina Gay de Durango, llegué gracias Ezequiel García Torres, Regidor del Ayuntamiento de la capital del estado y líder de la comunidad gay. Me citaron ambos en la casa que tienen para reuniones del colectivo, donde se reúnen todos los martes en la noche para intercambiar información y discutir sus asuntos. En las paredes vemos planas completas de periódico enmarcadas: esto es parte de su orgullo: a las reinas de belleza los medios de comunicación les dan su lugar, y hacen lo posible también por ventilar los asuntos escabrosos, como la homofobia del santo arzobispo que es dado a hacer declaraciones que contradicen al Papa Francisco.

Con Karina, que en realidad se llama Juan Carlos, evito entrar en esas aguas turbias, y mejor le propongo empezar la entrevista a partir de un cuestionario que redacté con Alejandro, un amigo yucateco que también fue Reina de Belleza Gay, pero en “la blanca” Mérida.

Aquí la entrevista:

¿Cuál es tu nombre?

­¿De mujer o de hombre?

De hombre, primero.

­Juan Carlos Santa Cruz Varela.

¿De mujer?

­Karina Varela I

Como toda una reina.

¿Por qué Karina?

-Me inspiré, mmhhh… No sé cómo va a sonar… en una prima muy bonita, y desde que nos conocimos a mí ella me gustó, y siempre quise lanzarla [en concursos de belleza] y ella nunca quiso. Ella se me hacía físicamente muy guapa, y una persona muy, ay no sé, digna de admirarse. Una chava de rancho que la pones en la ciudad y resalta.

¿Qué es lo que más la hace resaltar?

­Su belleza interior. Es una persona muy sencilla.

­¿Y a Karina Varela I, qué es lo que más la hace resaltar?

­Su forma de ser.

¿Por eso ganaste el concurso?

­­Sí.

¿Cómo es tu forma de ser?

-¿Como mujer? Bueno, lo pregunto porque aparentemente en la calle ando como hombre, y ya cuando me piden una entrevista o algo, quiero saber si debo contestar como mujer o como hombre.

Karina Varela I. Fotografía de Manuel Castañeda

Karina Varela I. Fotografía de Manuel Castañeda

Ok, pero  más que como mujer, yo diría como travesti.

-Sí.

¿En qué consiste tu vida pública como travesti (trabajo, concursos de belleza, shows, ir a fiestas/discos, edecanes, prostitución, o en la vida diaria)?

-Consiste en parte en darme a conocer como soy y hacer mi vida como me gusta ser. Mi vida como travesti es muy, como te diré, no soy muy popular. Y en mi vida como hombre soy un chavo al que tampoco le gusta darse a conocer mucho, y pues en realidad son mis primeros pasos en el travestismo y quiero irme dando a conocer poco a poco. No hago show. No ando de edecán. Andarme exhibiendo tanto, día y noche, de travesti, pues no.

Aparte de tu prima, ¿como quién quisiera ser?

­Físicamente me gusta ser como soy, y sentimentalmente quisiera parecerme a mi mamá porque somos de una familia humilde; mi familia es grande y ella nos ha sabido sacar adelante. Yo quisiera que un día se sintiera orgullosa y contenta conmigo.

¿Ahora que eres reina de belleza ella se siente orgullosa?

-Muy orgullosa. Ella quisiera decir que me quiere, pero es muy dura para decir palabras cariñosas, pero lo demuestra con hechos, y por eso la admiro sentimentalmente. Y en cuanto a una figura a la que admire por su físico, me gusta mucho Ximena Navarrete (Nuestra Belleza Miss Mundo en 2009 o 2010), y realmente ya sé lo que se siente de representar el estado de Durango, es una sensación que le recomiendo a muchos chavos y chavas.

¿Te gustaría hacer televisión?

-Sí, más bien telenovelas porque soy un poco dramático y me instalo en los papeles sentimentales y dramáticos.

¿No has pensado en hacer teatro o danza?

-Me gusta mucho la danza, y sí lo he pensado pero hay unos detalles por los que no se puede. No me gustaría dejar a mi familia.

¿Cuándo te iniciaste como travesti?

-Hace como seis-siete años. Todo empezó porque tengo un amigo, o sea, bueno yo conocí a un amigo que fue quien me sacó del closet y siempre tuvo la tendencia por inclinarse a cosas de mujeres, y así fuimos descubriendo el travestismo, así nació en mí el deseo de quererme transformar. Prácticamente todo fue gracias a un amigo. Y la primera vez todo empezó jugando, nos empezamos a maquillar, nos pusimos pelucas y vestido, zapatillas, y así nos animamos a salir a un baile.

¿Qué baile?

-Fue una boda en un rancho llamado La Ochoa.

Primero que nada, ¿cómo te sentiste?

-Raro, extraño, huy, muy incómodo.

¿Con los tacones?

-Sí, demasiado cansado. Yo decía no la hago para esto: me decepcioné de mí mismo.

¿Y tu amigo cómo se sintió?

-Mi amigo se sintió más contento porque él anhelaba ser así, nomás que nunca le ha gustado andar solo. Él ya tenía más práctica. Él ya enseñaba paralela a las chicas de la secundaria. Es muy difícil caminar con tacones, es como para un niño empezar dar los primeros pasos.

¿Cómo reaccionó la gente? Empezando por tu familia.

-Mi familia realmente no supo de esas veces, sino ya hasta como tres años después de la primera vez. Y no se enteraron. Les llegaron rumores de que a mí me gustaba eso de vestirme de mujer. La demás gente nos felicitó. Dijeron que qué guapas nos veíamos porque siempre hemos puesto nuestro mejor empeño en hacer lo mejor.

¿Y se las querían ligar? O ¿se las ligaron? ¿Consiguieron galán?

-Sí, esa vez conseguimos galán y muchas felicitaciones por parte de la gente.

¿Te enamoraste?

-No.

¿Hasta qué punto estás dispuesto a transformar tu cuerpo?

Estaría dispuesto a dejarme crecer el cabello, operarme la nariz, quitarme cachete, ponerme bubis y un poco de nalga.

¿Realmente te propones hacerlo?

Tengo otras prioridades, la verdad.

¿Cuáles?

-Primero, ayudar a mi familia a seguir adelante; después, a mi comunidad, y pues ya si queda tiempo y eso, hacerme esas transformaciones.

¿Qué riesgos estás dispuesto a asumir por tu belleza (inyección de aceite, hormonas, cirugías)?

-Pues correr el riesgo de inyectarme hormonas, de meterme implantes también, pero cortarme partes de mi cuerpo, no.

¿Cuánto dinero invertiste en tu imagen (maquillaje, vestidos, depilaciones, pelucas, accesorios, zapatos, perfumes, uñas, pestañas) para el concurso Señorita Durango Gay?

-Como algunos 5 mil pesos.

 

El chico sonriente y coqueto que responde mis preguntas tiene 29 años y nació en el municipio de Poanas, donde es típico comer gorditas de rajas y de huevo perdido; ahí vive hasta hoy, con sus doce hermanos y sus papás. Tiene un negocio propio en sociedad: Manuel’s, estética ubicada a un costado del Palacio Municipal, en Villa Unión, más o menos a una hora y media de distancia de la capital. Manuel inauguró este salón hace diez años, y hace seis que aceptó asociarse con Juan Carlos, nuestro entrevistado. Manuel tiene el cabello largo, la ceja perfectamente depilada y una sonrisa pícara. La amistad  para ellos significa complicidad total.

Coronación de Karina Varela I. Fotografía de Manuel Castañeda

Coronación de Karina Varela I. Fotografía de Manuel Castañeda

¿Cómo te conoce la gente en Villa Unión?

-Como Juan Carlos.

¿Te gusta que te asesoren en imagen o eres autosuficiente?

-Me gusta que me asesoren y contar con las opiniones de mis amigos.

¿Cuál es el valor que tienen para ti tu vestido de reina y tu corona?

-Un valor inmenso. Cada noche que veo mi vestido recuerdo la sensación, el escalofrío y la emoción que sentí cuando me nombraron reina.

Según tú, ¿qué te hizo ganar? ¿Cuál de todas tus virtudes?

-Yo creo que mi seguridad y mi belleza. Dejar que me transformaran bien.

¿Manuel te transformó?

-Sí, él me maquilló, me peinó y me hizo el vestido.

¿Él también se viste de mujer?

-Sí. Cada ocho días para ir de antro. Él ahorita es princesa de Artur’s (una de las discos gay más viejas y populares de Durango).

¿Te consideras sexy?

-Sí, soy un poco fogosa.

¿Qué estás en disposición de hacer para provocar sexualmente a un hombre?

-Lo provocaría con una mirada sensual, un gesto y una sonrisa coqueta.

¿Has tenido sexo vestida?

-Sí.

¿Qué piensas del amor?

-Es uno de los sentimientos más bonitos que hay en esta vida.

¿Estás enamorado? ¿Tienes pareja?

-No. Puras aventuras.

¿Pero has estado enamorado?

-Sí.

¿Qué esperarías de una relación?

-Dar todo de mí. Me gusta entregarme por completo.

¿Qué opinas de la fidelidad?

-Opino que es muy buena, pero no existe.

¿Eres fiel?

-A veces. No, considero que no.

¿Crees que ya no se usa la fidelidad?

-Así ponle.

¿Qué significa la soledad para ti?

-La soledad es mi punto. Necesito estar solo para pensar las cosas, para analizar puntos de mi vida, y la soledad me hace sentir bien. La soledad es mi mejor amiga.

¿Pagarías por amor o por sexo?

-Sí, como todos, ¿o no?

¿Estás dispuesto/a a vender amor o sexo?

-La crisis se está poniendo tan crítica que yo creo que igual y sí.

¿Cómo te está afectando la crisis?

-En cuestión de no darme los lujos o gustos a los que estaba acostumbrado, privándome de ciertas cosas.

Como ¿qué?

-Por ejemplo, venir a Durango seguido.

¿Ha bajado la clientela en la estética?

-Claro. Ahora resultan caros los precios. Sí, por ejemplo, clientes que tenía que iban cada 8 días ya van cada 15 días, y los que iban cada 15 días van cada mes.

¿En el trabajo en la estética cuál es tu especialidad?

-El corte de cabello de hombre.

¿Cuánto cobras por un corte de caballero?

– 40 pesos, pero hay chavos que ofrecen 30 o 25, y uno por no dejar ir al cliente, acepta.

¿Cómo te llevas con tu familia?

-Me aceptan, me apoyan y están conmigo en lo que yo decida. Somos 13. Seis hermanos, seis hermanas y yo. Soy el último.

¿Cómo te sientes siendo el más chico?

-Un orgullo, la verdad, dice mi mamá que lo último es lo que le salió más bonito.

¿Te identifico con el activismo de la comunidad gay (marchas, concursos de belleza, campañas de derechos humanos)?

-Sí. Mi postura es tratar de ser una persona muy firme en cuestión de informar a la gente, de hacerle saber que más que nada somos humanos y sabemos amar.

¿Has sentido discriminación?

-Te refieres a discriminación, así como que alguien me rechazara? Sí, antes de salir del clóset un hermano mío no me quería. Le aterraba la idea de tener un hermano gay. Pero después ya no.

¿Qué te decía?

-Con su actitud me lo decía todo, y se llegó a pelear con sus amigos porque salí a la plática. Le dijeron lo típico: a tu hermano “le gusta el arroz con popote”, “le rechina la reversa”, o “quiebra piñones con el codo”; ya sabes: puñal, puto, joto, marica, pero mi hermano nunca me llegó a decir que soy tal o cual, nunca me llegó a ofender. De hecho en mi familia nunca nos educaron a decir malas palabras, ni ofendernos entre nosotros.

¿Has recibido agresiones en la calle?, ¿en qué circunstancias?

-Me han insultado en la calle, sí, en cuestión de que le gritan a uno pendejadas: pinche joto, vato culero.

¿Hay homofobia en Durango?

-No mucha, pero sí hay.

¿Qué experiencia o recuerdo te ha marcado profundamente como travesti?

-De hecho fue la última vez que me vestí para una persona que yo quería. Me dejó vestida y alborotada prácticamente. Resulta que yo queriendo conquistar a ese fulano, le dije que le tenía una sorpresa, y la sorpresa es que me viera vestido de mujer porque me había platicado que tenía ganas de verme vestido de mujer. Se llega la fecha, el día y la hora adecuada, son cinco minutos los que me tardé en salir para que él me viera, y en esos cinco minutos le hablaron de su casa, entonces decidí mejor irme de antro pero nunca me pude divertir… Yo a esa persona la quería. Fue el último amor imposible que tuve.

*

La última vez que vi a Alejandro, el chico con el que redacté parte de este cuestionario, ya no se vestía. Cambió los vestidos de su álter ego Pía, finita y delicada, por las pesas y el gimnasio. A ver qué le depara la vida a Juan Carlos en unos años… Por lo pronto, más nos valdría -a los que podamos- dejarnos consentir en Villa Unión, hoy por hoy la meca del culto a la belleza femenina.


Autores
Es autora del libro Premio Casa de las Américas. 50 años – 11 entrevistas, investigación con la que se tituló como antropóloga con especialidad en lingüística y literatura por la Universidad Autónoma de Yucatán. Para 2014 prepara un libro testimonial sobre los contrastes culturales entre Yucatán y Durango, proyecto que surgió por iniciativa del programa Tierra Adentro.