Tierra Adentro
Juana Belén Gutiérrez de Mendoza
Juana Belén Gutiérrez de Mendoza

Cuando comencé este texto, mi primer pensamiento fue que no tenía idea de quién había sido Juana Belén Gutiérrez de Mendoza y que tampoco conocía, ni siquiera de oídas, el semanario Vésper, del que fue fundadora, pero la premisa no sonaba mal: una precursora de la Revolución mexicana con tendencias anarquistas; creadora además, de un periódico de corte anti porfirista. Con algo de vergüenza, sumado a un propósito de enmienda, recurrí a la fuente primaria de los neófitos frente a un elemento nuevo: Wikipedia.

Nacimiento: San Juan del Río, 27 de enero de 1875.

Muerte: 13 de julio de 1942. Asumo que también en San Juan del Río, la ficha no lo dice.

Profesora, periodista, anarquista, feminista, sufragista y activista mexicana del magonismo y zapatismo.

Las fechas de nacimiento y muerte, así como la exposición sumaria de su vida —en las que las convicciones políticas más que ejes ideológicos de las labores docentes y periodísticas se presentan como un currículo de actividades equivalentes a varias profesiones— son correctos, o al menos coinciden con las fuentes citadas, cuya consulta se encuentra disponible. “Activista del magonismo y el zapatismo y después feminista”1, dice una de ellas.

¿Por qué se presenta como una oposición la militancia en corrientes políticas con hombres a la cabeza y el feminismo, como si este último si fuera algo que ocurre después y no mientras se es partidaria de un movimiento? Preguntas como esta surgen mientras intento averiguar un poco más.

El dato de su nacimiento coincide con una de sus frases más citadas: “Nací en San Juan del Río, Durango, el nevado amanecer del día 27 de enero de 1875. Este dato debe ser importantísimo porque lo han anotado con minuciosa escrupulosidad en los registros de la cárcel, cada vez que he estado allí”.

La cita la recuperan Estefanía Camacho en su artículo para Gatopardo “Periodista, anarquista y precursora del feminismo”, y Alicia Villaneda del libro Juana B. Gutiérrez de Mendoza. Precursora de la Revolución Mexicana de María de los Ángeles Mendieta Alatorre, aunque la procedencia de la fuente original es un misterio. Acaso de sus artículos periodísticos o en su libro ¡Por la tierra y por la raza! (1924).

Después de varias búsquedas de libros inconseguibles, enlaces rotos y páginas de descargas fraudulentas, consigo un modesto catálogo que me ilumina un poco más sobre su vida. En general sus biógrafas —porque en su mayoría son mujeres— coinciden en lo esencial:  hija de un campesino de Jalisco que murió pronto y dejó a su familia en la miseria.

Tuvo una precaria situación familiar y fue autodidacta desde pequeña, ya que abandonó la escuela para trabajar como empleada doméstica. Personalmente creo “Autodidacta desde pequeña” es otra forma en la que la precariedad educativa y el olvido estatal se presentan como historias de superación personal.

Su esposo trabajó en las minas de Coahuila, lo que la llevó a denunciar las condiciones laborales de los mineros. Publicó sus críticas en periódicos de oposición al régimen de Díaz como el Diario del Hogar, El hijo del Ahuizote y el Chinaco. “La compañía minera, preocupada por lo que decían los escritos, averiguó la identidad de la corresponsal y Juana fue juzgada y encarcelada”2. Tras su paso por la cárcel, formó parte de grupos liberales que pugnaban, entre otras cosas, por el anticlericalismo y la libertad de prensa.

Su viudez prematura, como muchas otras mujeres a las que la viudez les otorgó autonomía, le permitió comprar una imprenta y en 1901 comenzó a publicar el semanario Vésper, en el que continuó con las críticas al gobierno de Díaz. Sus publicaciones le ganaron, por un lado, el respeto entre los periodistas varones, y por el otro, la persecución política, por lo que el semanario tuvo una publicación intermitente.

Quienes la estudian coinciden en que fue la primera mujer que fundó un diario para escribir sobre cuestiones políticas y no sobre asuntos femeninos. Y de qué otra manera podría ser, si, al igual que tantas otras mujeres pobres, la vida de Juana Belén estuvo alejada de lo prototípicamente femenino, asociado a las clases acomodadas.

En su momento, apoyó a los Flores Magón, a Zapata y a Madero, para posteriormente desilusionarse de cada uno de ellos y criticarlos duramente en su semanario. Entre sus colaboradoras estuvieron Elisa Acuña, Sara Estela Ramírez y Dolores Jiménez y Muro, con quienes abogó por el voto femenino.

Todas ellas son mujeres de las que no había oído ni el nombre. Todos ellos, prohombres que aparecen en los libros de Historia. “No la impresionaban las figuras políticas, ni Porfirio Díaz, ni Ricardo Flores Magón, ni Francisco I. Madero, ni Venustiano Carranza” dice una de sus biógrafas. ¿Cómo es que alguien tan importante no aparece mencionada con mayor frecuencia?

Aunque algunos datos en Wikipedia son un tanto inquietantes —por ejemplo, mientras que dos artículos refieren su casamiento a la edad de 17 años con Cirilo Mendoza, a quien enseñó leer y escribir, aquí se afirma que se casó a la edad de 12 años— en general la información es similar a la que aparece en las pocas fuentes disponibles.

Mi propósito no es criticar a la fuente de consulta más importante de la actualidad, en la que es posible consultar de manera gratuita desde cualquier movimiento social, hasta nuevas taxonomías biológicas, sino los motivos detrás de esa desactualización.

Si se hace un rastreo por su nombre, los trabajos sobre Juana Belén son, en su mayoría, iniciativas dedicadas a rescatar la obra de mujeres ilustres poco estudiadas e índices de autoras a las que la Revolución no les hizo justicia. Estos trabajos, por otro lado, son infrecuentes. Los artículos más serios sobre su vida tienen casi ocho años de distancia entre ellos.

El dicho “detrás de todo gran hombre hay una gran mujer” maquilla, por una parte, el trabajo no remunerado de esas grandes mujeres y, por la otra, obvia que detrás de todo gran hombre también hay un séquito de historiadores y biógrafos entusiastas, partidas presupuestales dedicadas a su estudio, iniciativas gubernamentales para visibilizar su labor y acervos de consulta sobre su obra disponibles.

Detrás de toda gran mujer hay, muchas veces, la amenaza del olvido. Cada efeméride tiene un rastro archivístico, cuya extensión depende de todos esos aspectos. El olvido de Juana Belén Gutiérrez de Mendoza es uno de los muchos ejemplos posibles que ilustran la necesidad de ampliar los sujetos de estudio, los proyectos académicos y la falta las iniciativas estatales que busquen mayor paridad en sus contenidos.

Fuente citadas:

  • Camacho, Estefanía, “Periodista, anarquista y precursora del feminismo”, Gatopardo, 26 de noviembre de 2018.
  • Torres Vera, María Trinidad, Mujeres y utopía: Tabasco Garridista, Tabasco: Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, 2001.
  • Villaneda, Alicia, Justicia y libertad. Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, México: Documentación y Estudios de Mujeres, A.C, 1994.
  1. María Trinidad Torres Vera, Mujeres y utopía: Tabasco Garridista, p. 57.
  2. Ana Lau Jaiven, “La participación de las mujeres en la Revolución Mexicana: Juana Belén Gutiérrez de Mendoza (1875-1942)”, p. 3.
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