Tierra Adentro
Portada de Fugas, por William Navarrete.

Titulo: Fugas

Autor: William Navarrete

Editorial: Tusquets

Lugar y Año: México, 2014

Fugas es la segunda novela del escritor cubano naturalizado francés, William Navarrete (1969), sin embargo, es la primera que se publica en México y que circula aquí pues la anterior, La gema de Cubagua (2011), sólo se publicó en Madrid y luego se tradujo como La danse des millions (Stock, 2012) en Francia. Por fortuna, Navarrete ha publicado en algunas revistas mexicanas, como Blancomovil donde lo leí por primera vez con un par de poemas que llamaron mi atención y desde entonces le he seguido la pista. Después he podido leer su libro de poemas Edad de miedo al frío (Aduana Vieja, 2008) en una bellísima edición hecha en Valencia, España, y un libro de cuentos hecho al alimón con la cubano-venezolana Regina Ávila, La canopea del Louvre (Aduana Vieja, 2010).

Ahora en su más reciente novela, Fugas, Navarrete cuenta la historia de la salida de Orlandito y su madre de Cuba, luego de que obtienen la visa estadounidense (que allá, si mal no recuerdo, le dicen algo así como “sacarse la rifa”) y de los vericuetos que tienen que sortear para huir de la isla. Pero también, y sobre todo, es la historia reciente de Cuba contada a través de una familia en la provincia de Oriente pues la isla ha padecido un sin fin de desastres, topográficos, meteorológicos y, claro, humanos. Para empezar, porque la mayor de las Antillas es un caimán anclado entre el mar Caribe y el Atlántico, una isla a la deriva entre esos dos mares que recuerdan la certeza de ese multicitado verso de Virgilio Piñera: “la maldita circunstancia del agua por todas partes”. Además, Cuba fue la última colonia en independizarse de España, luego ha sufrido varios intentos de invasión por parte de Estados Unidos y, por si todo lo anterior fuera poco, como en la mayoría de Latinoamérica, ha padecido dictaduras aunque en su caso han sido tres seguidas: la de Machado, la de Batista y la de los hermanos Castro, la más duradera.

Bajo esas circunstancias sociales, son una infinidad las carencias que ha padecido la familia de Orlandito por los cambios vertiginosos que a lo largo del corto tiempo que Cuba ha sido independiente. Navarrete, quien vive en París desde hace unos 20 años, puede volver y contar esta historia sobre su isla natal gracias a frialdad que permiten la distancia y el tiempo y que lo hacen evocar mejor su cubanía: Fugas, desde luego, está escrita con muchísimo léxico cubano (que aunque no se hayan escuchado, esas palabras Navarrete las explica en varias ocasiones), además de las historias de los nombres de los ríos, de algunas provincias –lo que nosotros conocemos como estados–, plantas o “matas” como las llaman allá, frutos, apellidos, conquistadores, familias y está permeada, con bastante fortuna, de su religión sincrética (la santería con el catolicismo). Para los cubanos que viven fuera, escribir sobre su isla es una forma de regresar y mantenerla viva en el recuerdo; para quienes la hemos visitado, tenerla como protagonista de una novela como Fugas produce un efecto de nostalgia que siempre nos quiere hacer volver a ella.