Introducción a la semana de diversidad funcional
“¿Irías a ser ciega que Dios te dio esas manos?” 1 A pesar de la influencia cristiana, creo que queda bien este verso para mostrar las cualidades de la diversidad funcional. En este verso, y los que lo rodean, Vicente Huidobro habla desde el amor. Aunque debo admitir que tomé este pedazo fuera de contexto, pienso que permite abrir nuestras perspectivas. La ceguedad es solamente uno de los padecimientos que entran en la diversidad funcional. Enfatizo la palabra porque son padecimientos en tanto la normalidad; lo estándar; lo estadísticamente mayor.
No es solamente que el verso demuestre que a falta de vista el tacto se fortalezca. Como dije, viene desde una perspectiva amorosa. Es una cuestión de asombro que el poeta enfatiza. Huidobro queda pasmado frente a eso que no es como él, pero no lo rechaza. De hecho, todo lo contrario, celebra la diferencia. Así, espero que este, y los demás textos de la semana, les permita incluir estas nuevas perspectivas fuera de lo normal pero necesarias para una mejor convivencia.
Este texto solamente sirve para introducir el tema, pero a partir del 3 de mayo en adelante los textos que se publicarán en esta semana en la revista de Tierra Adentro dejarán claro la importancia de la diversidad. Cada uno de los autores de dicha semana han tenido que lidiar con la mencionada normalidad para abrirse paso en este mundo no hecho para ellos. Desde los obstáculos puestos por su, incomprendido, padecimiento hasta el rechazo de seres cercanos que no aceptan su diferencia.
Empezamos con Vidas paralelas de Zel Cabrera, donde se manifiestan dos perspectivas ante su desarrollo, una con parálisis cerebral y la otra sin ella. Luego, seguimos con Nunca tuve un paraíso que perder de Valentín Eduardo, que le escribe a los que lo rechazaron por su enfermedad. Después, Nadie sabe lo que puede un cuerpo de Ludmila Abril, que explora la creación artística junto con su parálisis cerebral. Y finalmente, Caminar de Brenda Isela Vázquez, sobre las dificultades de aprender a caminar. Cada uno de los textos, incluyendo este, están ilustrados por Eduardo Trejo.