Film o de la apertura del cine
1. Existe un kōan que pregunta por el ruido que hace un árbol al caer si nadie lo escucha.
2. El kōan no pregunta filosóficamente, sino que busca desligar la mente de los esquemas racionales y abrir paso a la iluminación.
3. Film (Schneider, 1965), por lo absurdo, parece un kōan. El mediometraje es cortesía de Samuel Beckett y es su única incursión en el cine.
4. Film está protagonizada por Buster Keaton y fotografiada por Boris Kaufman, hermano de Dziga Vértov y Mikhail Kaufman.
5. La trama de Film es sencilla: la primera escena es un ojo que se abre, corte a un hombre con la cabeza cubierta (parece que alguien lo persigue) que se topa con una pareja; el hombre apresura la marcha y cuando la cámara toma a la pareja que ve al hombre irse, la cámara (el espectador) los mira (ellos ven que los miran) y desaparecen. El hombre llega a un edificio, se topa con una anciana; cuando la anciana mira al hombre, la cámara la filma; ella ve a la cámara verla; desaparece. El hombre entra en un departamento, tapa la venta y el espejo con mantas negras. Se da cuenta de que un gato, un perro, un pez, un perico y una fotografía lo ven; los saca del departamento o los cubre con mantas negras. Al final, el hombre descubre que el perseguidor (y perceptor) era él mismo o la cámara o el espectador. La última escena es un ojo que se cierra.
6. Peter Wollen, en su ensayo “Godard and Counter-Cinema: Vent d´est”, propone siete características del contracine, que se oponen a siete del cine tradicional
Cine tradicional Contracine
Narratividad transitiva Narratividad intransitiva
Identificación Extrañamiento
Transparencia Densidad
Historia simple Historia múltiple
Cierre Apertura
Placer Displacer
Ficción Realidad
7. La característica de cierre dice que el cine tradicional es un objeto autocontenido, armonioso entre sus partes. Wollen dice que «clausura» porque sus significaciones y sentidos deben encontrarse dentro de la película. La referencialidad, si es que existe, es una plusvalía para quien pueda ubicarla, pero en sentido estricto no aporta o mejora la interpretación.
(Acaso el reconocimiento referencial sirva para amarrar emocionalmente al espectador. Los Simpson son un ejemplo: aunque uno no ubique las películas homenajeadas, los capítulos fluyen; si uno conoce la referencia, redobla el gusto de ver qué tanto varía el homenaje, en descubrir otros, etcétera).
8. En el contracine, la apertura habla de la necesidad de la referencia no a la manera de un extra o de una clave de la interpretación (como si saber de dónde se obtienen los préstamos hiciera más digerible una película así), sino que se surge la polifonía.
9. Al no tener un solo sujeto que enuncia (o el guionista o el director o el fotógrafo o el productor), la película se vuelve un objeto no a «descifrar» (como si hubiera un secreto último), sino a construir.
10. La polifonía y la apertura exigen que el espectador complete la película, ergo, que salga de su posición de simple espectador.
(Las películas narrativas comparten este esquema: una historia no está dada sin más; el espectador debe conectar los puntos —en el caso del cine, las escenas— cuya conexión, si se es rigurosa, no está dada. Si la narratividad diera su propia interconexión, habría que enunciar la conexión entre la interconexión, luego, la conexión entre la conexión de la interconexión, y así ad infinitum, a la manera del tercer hombre. La diferencia estriba en que mientras el cierre tradicional tiende a contener las construcciones del espectador, el contracine se juega en que los espectadores construyan y reconstruyan, a veces sin mucho «sentido»).
11. Film parece ser una película abierta. Se intuye que hay referencias que uno no alcanza a vislumbrar completamente.
12. Estas referencias (tal vez irreconocibles: una referencia personal) pueden servir de trampolín para explotar interpretaciones.
13. Peter Wollen también propone que este contracine, más que tener una línea narrativa identificable, se compone de segmentos (interconectados o no).
14. El principio de construcción de este tipo de películas ya no tiene una trama, sino que es retórico: más que contar una historia, proponen una tesis (o, de forma precisa, son el fermento para que surjan tesis).
15. ¿Film tiene una tesis? ¿Es una inversión del Ser es ser percibido, de Berkeley?
16. La pregunta es tramposa: según los parámetros del contracine, Film no tiene una tesis para descubrir sino para construir. Si los elementos son suficientes para enunciar la inversión berkeleyiana, la película no la niega.
17. Éste es un rompimiento entre el fondo y la superficie: nada en el contracine está por debajo del agua; todo es una serie de elecciones.
18. El rompimiento disuelve la fantasía de la ficción (enajenadora, según) y el espectador, repitiendo, pasa de lo pasivo a lo activo: a cada momento tiene que reconcentrarse y volver a poner atención a lo que sucede en pantalla.
19. Film, entonces, no es un kōan: no busca deshacer el pensamiento racional y abrir las puertas de la mente a un nivel superior de indiferenciación.
20. Film es una máquina esquizofrénica de interpretaciones, un rush de explicaciones racionales.
21. O tal vez Film sí sea un kōan. Y que esto también sea posible sería más fiel al espíritu de Film.