Tierra Adentro

Titulo: New Order, Joy Division y yo

Autor: Bernard Sumner

Traductor: María Tabuyo y Agustín López Tobajas

Editorial: Sexto Piso

Lugar y Año: 2015

Los Ángeles produjo a los Beach Boys. Dusseldorf produjo a Kraftwerk. Nueva York produjo a Chic. Mánchester produjo a Joy Division.

 

Es difícil escribir sobre una banda con cuyas canciones has bailado durante tantos años. Porque New Order es algo que ha estado allí y allí seguirá cada vez que coloquemos un CD en un estéreo, le demos play a un iPod o pongamos a correr un playlist en una fiesta. Cada que en un antro se llegue al bloque ochentero, «Blue Monday» saldrá de las bocinas y todos nos vamos a parar a bailar, alguien se pondrá a cantar y todos repetiremos el coro.

Nunca fui fan de New Order, no como algunos de mis amigos.[*] Sin embargo, la euforia que siento cada que escucho «Bizarre Love Triangle» viene desde aquellos días en que mi hermana traía casettes de mezclas a la casa y sonaba la parte que a mí me gusta más:

«It’s no problem of mine

But it’s a problem I find

Living a life that I can’t leave behind…»

New Order, Joy Division y yo (Sexto Piso, 2016) de Bernard Sumner es un recuento de anécdotas necesarias para comprender el camino que se llevó a Joy Division de aquellos paisajes saturados por la neblina, al sonido electrónico y mucho más accesible y visionario de New Order —no por nada se menciona a Chic en la frase que utilizo aquí como epígrafe—. Sumner habla con gran entusiasmo del uso del sampler desde 1978 durante la grabación de Unknown pleasures de Joy Division. La innovación y la búsqueda de una escena mucho más abierta y propositiva que la de Mánchester, es la que forja el sonido con el que inundaron discotecas y clubs, un poco para pasar el trago amargo de la muerte de Ian Curtis. La música que sonaba en los clubs neoyorquinos, como la de Kurtis Blow o Sharon Redd, tuvo un gran impacto en el sonido de la banda.

Hay una anécdota en el libro que me gusta particularmente, y refleja justamente el desenfreno de vivir en una ciudad como Nueva York. En ella, Sumner y Johnny Marr, mientras están de gira en dicha ciudad con Electronic (la banda que ambos formaron en 1989) se encuentran con Seal, a quien sonsacan para irse de juerga. Al día siguiente, Sumner no puede de la borrachera que aún trae encima y manda al pobrecito Johnny a encarar la responsabilidad mientras él se queda vomitando en una limusina. Marr justifica la ausencia del guitarrista aduciendo un problema de salud. «—¿En serio? Qué extraño… Justo antes de venir tú tuvimos aquí a Seal y nos dijo que tú y Bernard seguíais de fiesta cuando él os dejó a las siete de la mañana…», le contesta el locutor.

En estas páginas, Sumner aprovecha la oportunidad para dejar en claro el origen del conflicto con Peter Hook, «Hooky», amigo suyo desde la infancia en Salford y a quien conoció por ser, como él, «parte del grupo de holgazanes de la parte trasera de la clase», y las consecuencias musicales y económicas que éste ha acarreado. Ese Hooky es un verdadero asshole, que lo mismo tomaba ventaja de las acciones que los demás tenían en el club The Hacienda que saboteaba las presentaciones en vivo, haciéndole la vida imposible a Sumner.

New Order, Joy Division y yo sirve, sobre todo, para darle una nueva dimensión al sonido, la personalidad y la lírica de esas dos bandas que fueron fundamentales para la historia de la música y cuyos integrantes lograron salir del bache emocional que representó la muerte de Ian Curtis, además de puentear la oscuridad atmosférica postpunk de Joy Division («que sonaba como Mánchester: frío, disperso y, a veces, sombrío» en palabras de Sumner) con el impulso dance que dominó la década de los ochentas, década que, por lo menos por NO, no se perdió para siempre.

[*]Héctor Villarreal y Wenceslao Bruciaga.

Le pedí a Villarreal que me diera una lista de canciones fundamentales —para él— de New Order, y son éstas:

«Round and round» (Technique, 1989)

«Crystal» (Get ready, 2001)

«World» (Republic, 1993)

«Vanishing point» (Technique, 1989)

Por su parte, Wenceslao Bruciaga —quien posee una copia de Technique autografiada por Hooky y escribe una columna en Milenio a la que tituló El Nuevo Orden—, no me dio una lista sino la liga a un playlist que tiene armado en Spotify. Ambas recomendaciones vienen de conocedores de la música de NO, y sirven para no entrarle a la banda desde «Blue Monday».

 

«Bernard Sumner» por Blumpi.

«Bernard Sumner» por Blumpi.

 

 

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