El fanfiction como literatura fundacional
I
Estaba firmando libros después de una presentación. Era el turno de dos chicas que llevaban varios minutos en la fila. Antes de que fuera su turno las vi cuchichear. Cuando estuvimos de frente una hizo la pregunta en una voz tan baja que no entendí. La otra pronunció con mayor claridad: “¿Te gusta el yaoi?”. Respondí que sí, asombrada, porque aquella no era una palabra que escuchara con frecuencia. Ella misma continuó: “¿Escribes fanfic?”. Seguro mi expresión se anticipó a mi respuesta. Afirmé con una sonrisa. Emocionadas, dijeron que ellas también. En ese momento llevaba al menos 15 años sin haber escrito un fanfiction, y tampoco había pensado mucho en aquel ejercicio narrativo practicado desde la adolescencia. “Este es mi secreto mejor guardado”, les dije a susurros, y escribí en un trozo de hoja arrugada que llevaba en la bolsa del suéter mi nombre de usuario que seguía vigente en Fanficition.net.
II
No hay definición de la RAE o de la Academia Mexicana de la Lengua, pero en Wikipedia, el término fanfiction se define como “una ficción creada por fans y para fans, […] que generan contenido a partir de una ficción existente en cualquier medio, utilizando para ello los motivos, personajes e historias de la obra original”. En términos simples: escribir fanfiction es tomar tu libro, serie, anime, película o contenido favorito y escribir tus propias historias partiendo de una realidad planteada en la versión original. En internet existe un dominio, www.fafiction.net, que se yergue como el gran hospedero de la imaginación del fandom de incontables títulos. A la fecha hay actividad, igual que en los noventa y en los dosmil, cuando yo dejé de publicar ahí.
III
En la adolescencia carecía por completo de conocimiento técnico respecto a la creación literaria, por lo que el ejercicio del fanfiction se me presentó como una especie de atajo: tomaba personajes redondos ya creados, a los que conocía a la perfección, y los colocaba en las situaciones que me hubiera gustado ver en pantalla, pero que no fueron las oficiales en los animes que me dedicaba a consumir. Mi fuente principal era el anime y me hice activa específicamente en tres fandoms: Ranma ½, Sailor Moon y Slam Dunk. Escribí una historia donde Akane y Ranma tenían un gran momento gracias a una cita a ciegas en la que terminaban de alguna forma. Hilé varias líneas en las que Serena y sus amigas se encontraban en distintos momentos de la cronología de su universo. A Hanamichi Sakuragi y Kaede Rukawa los coloqué en infinidad de situaciones que para nada hubieran sido posibles en el anime original. O quizá sí, pero dichas posibilidades hubieran distraído la atención del básquetbol. Pero ahí estaba la maravilla del fanfiction: me permitía imaginar.
IV
En el capítulo 94 de Sailor Moon, que corresponde a la última temporada (Sailor Moon Sailor Stars), Serena es sorprendida por el enemigo en la azotea de uno de los edificios de la preparatoria una tarde, en tanto sus amigas la perdieron de vista y los Three Lights se preparan para volver a su planeta. Cuando es atacada, el primero que llega a ayudarla es Seiya. Lanza una rosa roja que queda incrustada en una grieta en el piso, lo que provoca que el enemigo se distraiga, y Sailor Moon aprovecha para lanzar su poder. Una vez que la batalla termina, Serena se deja caer y llora porque extraña a Darien, porque no sabe si está bien, porque no quiere estar sola, porque la vida le duele tal y como es. A Seiya le lastima verla así. Camina hasta ella, se hinca, la toma de los hombros y le pregunta si no puede reemplazar a Darien. Luego le pide que lo deje reemplazarlo. Rei, Amy, Lita y Mina miran desde la puerta de la azotea y no se atreven a interrumpir.
Yo llevaba enganchada con la historia de amor que trascendió vidas y muertes al menos dos años. Creía verdaderamente que Serena y Darien estaban predestinados y que eso era lo único que necesitaban para sostener una relación. Pero en ese momento, cuando Seiya por fin externa su intención, por primera vez me lo pregunté: ¿por qué no podría ser él con quien Serena se sintiera feliz? De inmediato empecé a evaluar todo el entorno como si yo debiera elegir a uno u otro: con quién tenía más cosas en común, con quién pasaba más tiempo, quién la entendía mejor, quién se preocupaba más por ella, con quién ella se divertía más. Incursioné en los fanfiction de Sailor Moon pensando en que Serena merecía una relación menos pesada, más liberadora, en la que tuviera oportunidad de elegir si entraba o no, en vez de asumirla como algo que debía suceder.
V
Slam Dunk fue el territorio más productivo para mí. Empecé escribiendo one-shots (sí, hay subgéneros en el fanfiction) en los que Haruko por fin mostraba interés en Hanamichi y él veía la oportunidad de cumplir su sueño de ser novio de la hermanita del capitán del equipo de básquetbol. Pero luego pasó algo que me mostró otra posibilidad: en el capítulo 19 de la primera temporada, durante el entrenamiento secreto de Hanamichi para aprender el tiro con dribleo, sucede que Rukawa los sorprende a él y a Haruko practicando en la cancha en la que él practica en las mañanas. Odia a Sakuragi y la muchacha le tiene sin cuidado, pero por alguna razón se queda a observar. Después de algunos momentos cómicos y otras tantas fallas, Hanamichi se pregunta cómo Kaede lo hará tan bien, y por unos pocos segundos se sonroja al pensar en él. Ahí descubrí mi nueva línea de exploración: ¿podría haber espacio para una atmósfera homoerótica en un entorno donde todo era el deporte, la perseverancia, la tenacidad, la fuerza, la disciplina, la competencia…? Empecé a filtrar las búsquedas en Fanfiction.net y encontré que al menos 30% del contenido que se producía sobre Slam Dunk era yaoi, es decir, relaciones hombre con hombre. Investigando supe que existían otros subgéneros dentro de este (slash, shonen ai, etc.), además de una terminología específica en cuanto a los elementos que lo conformaban. Luego de producir fanfiction yaoi tuve que intentar con el yuri, es decir, relaciones mujer con mujer. A la fecha no he encontrado más contenido de este tipo, al menos en el fandom de Slam Dunk.
VI
Claro que no es lo mismo crear historias originales que tomar personajes preexistentes y colocarlos en situaciones imaginarias. Como dije al inicio, es un atajo. Pero, si se desconoce la técnica, si se carece de recursos dirigidos a la creación literaria, el atajo es el primer paso hacia el proceso creativo. Hace 20 años, el fanfiction fue el territorio que me permitió imaginar posibilidades que quizá de otra forma no hubiera podido explorar. Cuando las chicas se me acercaron a preguntar en aquella presentación pensé: tal vez ellas están iniciando su camino de la misma forma que lo inicié yo. Así como muchos profesionales de la escritura cuentan anécdotas con grandes lecturas, y hablan de academia, mentores e influencias académicas o canónicas, ¿cuántas otras personas como yo iniciaron el ejercicio de la escritura solo pensando que sus personajes favoritos (de libros, series, películas, anime o lo que fuera) merecían caminos distintos a los que sus creadores o creadoras habían determinado para ellos? ¿No es este arranque igual de válido que todas esas historias elegantes y llenas de intención?
Así como las primeras historias que escribimos, los diarios íntimos, la correspondencia epistolar, ¿no podríamos ser un pequeñísimo grupo cuya literatura fundacional fue el fanfiction?