Mi olfato le anticipa al resto de los sentidos la experiencia que se viene: el aire huele a sudor fermentado, caliente y denso como un temazcal de hormonas.
Si estamos hechos de recuerdos, es probable entonces que una gran parte de mí esté hecha de One Piece, el anime de piratas, amistad y viajes que se transmitió en México a inicios de los 2000.