Tierra Adentro

Titulo: A pesar de la voz

Autor: Ángel Vargas

Editorial: Mantis

Lugar y Año: México, 2016

La castración fue una práctica que se institucionalizó en varios imperios como el babilónico, bizantino, árabe, romano, entre otros; lo practicaban con regularidad, el eunuco formaba parte del imaginario colectivo. El tema, aunque era tabú por su práctica tortuosa, se realizaba con discreción, lo que ocasionaba el morbo y la curiosidad entre la sociedad. El libro A pesar de la voz, de Ángel Vargas, ofrece una lectura directa de este tema sin redondeos o prejuicios que afecten el testimonio de la voz poética de quienes justificaron esa forma del martirio.

El autor retoma el fenómeno de la castración situado en gran medida en el periodo del barroco europeo del siglo XVI al XVIII, cuando la figura de los castrati cobra mayor fuerza pública después de que el papa Paulo IV prohibiera a las mujeres cantar en las iglesias. Las voces femeninas fueron reemplazadas por niños y después por adultos castrados. Se presume que miles de niños fueron mutilados con la justificación religiosa que alegaban los padres, y es ahí donde encuentro el punto central del poema, en esa relación existente entre el castrato y la familia, especialmente con la figura del padre, en ese diálogo que intenta justificar el acto de la castración a favor de un mejor porvenir:

RECUERDO que en Bitontoantes de ir a Norciami padre dijo que mi voz era un bosque:me entregó con la fede los hombres que ponenuna semilla muertaen el futuro.

La infancia es el eje central del discurso, todo comienza ahí, en la analogía del rompimiento con el lazo familiar, en el complejo de castración que se experimenta en la niñez. Desde esa castración, el autor edifica un en¬tramado acerca de la relación con el padre y de ahí compacta el tema de los castrati y su cercanía con la iglesia. Dos relaciones culturalmente poderosas pero al mismo tiempo contradictorias: el padre y la iglesia. A pesar de la voz es por tanto un libro que por su paralelismo entre una y otra figuras paternales, por un lado el padre biológico y por otro el padre o guía religioso, no escapa a una lectura freudiana o lacaniana al respecto de su teorización sobre los castrados; y, sin embargo, mantiene su propio valor poético al resignificar la metáfora del castrado.

La súbita popularidad de la ópera italiana en toda la Europa del siglo XVII fue uno de los factores que aumentó la demanda de cantantes castrados. El niño italiano que nacía con una voz prometedora era candidato ideal para la cirugía. La voz de Vargas no sólo transcurre a través del testimonio del castrado, sino tam¬bién entrevera una crítica al fanatismo religioso que fomentó la práctica de la castración en detrimento de la presencia femenina.

Tanto se normalizó su presencia que la ópera de Orfeo y Eurídice de Christoph Willibald von Gluck, compuesta alrededor de 1762, fue escrita especialmente para un castrado. Incluso, después de la castración muchos de ellos eran vistos con respeto y adquirían cierta influencia dentro de la sociedad. En esa tesitura, Carlo Broschi, conocido bajo el sobrenombre de Farinelli, fue quien más destacó en los escenarios de la época. Personajes similares a Farinelli saltan dentro de los versos de A pesar de la voz de forma polisémica, al tiempo que permiten al lector escuchar diferentes registros testimoniales.

Sin embargo, el tema en sí mismo es sólo un punto de parti¬da para replantearlo como un suceso violatorio y recurrente en perjuicio de la integridad de aquellos que fungieron como piezas prescindibles, a merced de omnipotentes mandatos religiosos; no exentos de contradicción pues, aunque la iglesia prohibía tajantemente la castración, los castrati eran bien recibidos dentro de los coros religiosos, siempre en sustitución de las mujeres. A pesar de la voz es pues un libro que aprovecha esas contradicciones para su propio discurso poético, lo cual lleva al autor no sólo a abordar el lado no contado de la historia de la ópera, sino el lado no contado y lleno de claroscuros de la historia religiosa de aquel tiempo. Con todo se trata simplemente de un punto referencial, porque, sin llegar al extremo del experto o el académico, el autor hace uso del conocimiento de la historia musical, exento de afectadas pretensiones.

A pesar de la voz se puede leer desde diferentes aristas, no sólo desde la esfera poética, sino también como una crítica a la banalización de las instituciones religiosas. O bien, como el retrato de las relaciones parentales y los infinitos conflictos que acarrea el ser humano con su pater familias, a lo largo de su vida. Con él, Ángel Vargas demuestra que es un poeta de hallazgos, y que en la brevedad del poema aún podemos recordar nuestro rompimiento primigenio.