Del pueblo pal pueblo, noches de buena música
Uno de los mayores problemas colaterales derivados de la ola de violencia que cubrió a la ciudad de Monterrey a partir de 2010 fue la parcial extinción de la vida nocturna y cultural del lugar. Antros, cafés, tiendas, centros culturales, nada se salvó de la baja afluencia provocada por el miedo a las extorsiones, secuestros, balaceras, desapariciones y demás problemas relacionados. La zona de Barrio Antiguo que de miércoles a domingo albergaba una colorida diversidad cultural prácticamente desapareció y los regiomontanos no tuvieron otra opción que atrincherarse en sus casas los fines de semana.
A partir de 2012, comenzaron a sonar más fuerte las inquietudes por devolver la ciudad a los ciudadanos, reactivar las zonas culturales y de esparcimiento y promover el talento artístico local. De éstas ideas y de la simple necesidad de salir y entretenerse, surgió Del pueblo pal pueblo, equipo de promoción del arte enfocado en el talento nacional. Los integrantes (Diego, Sam, Pablo y Gabo), conforme organizaban fiestas, se dieron cuenta que a su alrededor había mucho talento musical, de modo que nació el deseo por apoyarlo por medio de su difusión y promoción, así como proporcionar alternativas seguras y divertidas al encierro que se vivía.
Diego Martínez, director general del proyecto, comenta que el reducido horario de la vida nocturna en la ciudad (actualmente por decreto gubernamental todos los locales deben cerrar máximo a las dos de la mañana), lejos de representar un problema, significó un motivo de inspiración para encontrar maneras creativas de organizar eventos y llevar propuestas musicales talentosas y diferentes a espacios donde pudieran gozar de mayor afluencia de público. En un principio se enfocaron principalmente en música electrónica, sin embargo han expandido su rango de acción a otros géneros también muy bien recibidos por el público de la ciudad, como son el rock, punk y metal, así como los estilos que van surgiendo a partir de todos estos.
El pasado sábado 28 de junio, Del pueblo pal pueblo festejó la primera edición de las Wow Summer Nights, como nombraron a la serie de eventos musicales independientes que llenarán a la ciudad con buena música y diversión este verano. El evento tuvo lugar en el Skizzo, ubicado sobre la calle Matamoros en el corazón de Barrio Antiguo. Este espacio, representativo de la música electrónica, también se ha sumado a la labor de reavivar la vida nocturna en la ciudad. Para esta ocasión se organizó una fiesta musical con una especial mezcla de estilos y artistas. Tres bandas en el patio exterior encendieron la noche con sus respectivas propuestas llenas de energía y buena vibra.
Abrió, a eso de las nueve de la noche, Mexicaliens, banda nacida este mismo año luego de que sus integrantes, involucrados en diversos proyectos, se encontraran y utilizaran sus inquietudes y talento para dar vida a este grupo que mezcla elementos del rock y el rap para formar un ambiente que además de divertido esté comprometido con la realidad social. Más que un grupo de rock los integrantes se consideran un movimiento. Juzgan importante poner énfasis al contenido de las canciones. Compuestos por la estructura clásica de una banda: batería, bajo, guitarra y vocales, buscan sumarse al oleaje de bandas y espacios que están resurgiendo. Aquí se puede revisar su propuesta.
La segunda banda en presentarse fue Acril; compuesta por dos guitarras, un bajo, una batería, vocales y un saxofón, la cual propone un sonido muy original con un estilo punk de base, influenciado por el rock y en gran medida por el reggae. Con nueve años de trayectoria, manejan un ritmo rápido y enérgico. Sus canciones también prestan especial atención al contenido social. Compuestas casi siempre en conjunto reflejan el imaginario colectivo de la ciudad. Respecto a las fuentes de inspiración para componer canciones Rosko, guitarrista y segunda voz en la banda, comenta que a veces están de mal humor y se quejan del mal funcionamiento del sistema, o se burlan del estilo de vida de algunas personas o se enfocan en sus propios problemas personales. Entre sus objetivos como banda está el representar al punk rock mexicano y más que nada al regiomontano.
Por último, para cerrar la noche, tocó Circus Circus, banda con cinco años de trayectoria. Con base en la onda metalera los integrantes señalan la gran influencia que grupos como Iron Maiden tiene en su propuesta, que además juega con la música funk sobre todo para darle vida al bajo con ritmos setenteros muy interesantes. Esta banda propone un estilo de metal enfocado en la sátira como base para sus canciones. En entrevista John Bobby, productor de la banda y encargado de los cantos guturales, comenta que el proyecto es un espectáculo, el cual involucra armar show, payasear. Explica que mucha gente se puede llegar a incomodar con sus canciones debido al contenido en ocasiones ofensivo, pero considera que ellos ofrecen una especie de catarsis metalera, es decir una manera divertida de hacer que las personas se topen con las emociones que sienten pero que reprimen. Circus Circus dice lo que otros sólo piensan. Consideran que la banda da voz a la crítica social de distintos movimientos llevando la libertad de expresión al límite, sin temor de incluso parecer ridículos. Lo suyo es el espectáculo. Como planes a futuro Circus Circus sueña con tocar en lugares con más público, sacar discos y dar a conocer su música.
Hacia la medianoche terminó la intervención de las bandas, aunque no terminó la fiesta, ya que Del pueblo pal pueblo preparó la intervención de música electrónica para continuar con el buen ambiente. A pesar de la buena vibra y organización, fue imposible ignorar la reducida afluencia de público, que en este como en otros eventos culturales aún se recuerda los momentos difíciles que se vivieron en la ciudad en los últimos años. Ojalá con los sumados esfuerzos de organizadores, espacios, público y artistas, zonas como Barrio Antiguo reanuden con buen ánimo sus actividades y vuelvan a dar cabida a la diversidad de gustos y propuestas en la ciudad.