Tierra Adentro
Portada. Fotografía de Amaranta Caballero.

Titulo: Cornucopia. Periodismo sonoro y anexas

Autor: Octavio Díaz Hernández

Editorial: Centro Cultural Tijuana-Conaculta

Lugar y Año: México, 2012

En este momento SUN RA inicia una pieza afrofuturista. Las guitarras de Hendrix aúllan mientras Mick Jagger hace una cabriola y Jaco Pastorius alista el bajo. Héctor Roberto Chavero (reconocido como Atahualpa Yupanki) no engrasa los ejes, Manu Chao entra clandestino al As Negro en Tijuana, Javier Bátiz habla de Antonio Bibriesca, Daniel Ash asume su novatez en el motociclismo y Chico Ché es el quinto bitle. Escenas y personajes como estos son naturales en Cornucopia. Periodismo sonoro y anexas de Octavio Hernández Díaz.

En un libro donde la música es el personaje central de la escena transfronteriza, es fácil adentrarse en las impresiones de un libro multicultural. Rico en registros y anécdotas Cornucopia se convierte en el “diario”, en “la libreta de campo” que sólo un melómano como Octavio Hernández puede llevar consigo: el documento de la experiencia: expresiones, lenguajes,  sonoridades y noches muy largas.

Cronista, promotor cultural, periodista, percusionista, melómano y escritor, Octavio funge como un imán-eslabón entre el mito y la leyenda. Privilegiado por las diosas, Hernández Díaz ha sido un catalizador viviente de una parte importante de la escena cultural mexicana, protagonizada por sus músicos, escritores y artistas que dan vida, interpretan y subrayan la efervescencia propia de la transición de siglos.

Si se habla de registros culturales urbanos, Hernández Díaz figura de manera directa al ser partícipe y autor en la mayoría de los casos, de festivales, proyectos musicales, literarios, documentales. ¿Quién de los melómanos fronterizos norteños no sabe de las contingencias, urdimbres y estrategias sonoras en las que este autor ha sido partícipe? ¿Quién en la escena musical de la Ciudad de México no conoce la figura y presencia de este cronista de lo sonoro, artífice tránsfuga de noches únicas? Ahí donde la intensidad arroja su grito fino y latiga con la estridencia de sus destellos, nace Cornucopia, un libro donde el periodismo cultural, la literatura y la música dan concierto exclusivo.

Soda Stereo en Los Ángeles

La ciudad querube recibe a Soda Stereo (el 21 de noviembre) en el Home Depot Center en Carson (California), que aquí se despide de todos los que siguieron en esta región en su vertiginosa carrera musical: los Red Hot Chili Boys locales y sus compinches de las aldeas más próximas, los asilados en San Pancho, los santos de San Diego y los benditos tijuas que llegaron desde Baja California. Todos se reunieron ahí para formar parte del ritual, del hello again y del goodbye forever del trío que hizo vibrar a millones durante casi 13 años en la ruta, generando una Sodamanía epidémica e infinita.

La salida desde Tijuana se torna larga y tediosa por culpa del pavo y la fila es tan larga como los problemas urbanos de la ciudad que pretendemos dejar atrás. La falta de educación vial y la estupidez común afloran cuando el reloj nos aprisiona el corazón a todos los que pretendemos cruzar a Bushtepec. Tras una hora de agobio llegamos a la garita y como de costumbre el guardia en turno me ve y me dice “de seguro usted ha de ser la envidia de todos los pelones”, a lo que el Pollo y yo respondemos con una estruendosa carcajada y pasamos sin problemas. […] p.30

Me verás volver

El alimento avanza veloz por nuestras gargantas con la ayuda de la malta venida de Ámsterdam y entonces nos vamos como rayos hacia el will call para que nos den nuestros tickets y pulseritas. El marketing esta noche es avasallante: Parking a $20 dólares, boletos de $45 a $150 billetes verdes, cerveza light a $9 pingüicazos verdes, camisetas de manga larga de los Stereo a $60 billetes con la cara de Washington. Nos asombramos ante tal situación monetaria, pero el creador nos ilumina al descubrir un maravilloso puesto de cerveza Guiness a $9 dólares en vaso grande. Entramos entonces al monstruo y descendemos por su esqueleto-escalera hasta aterrizar en su barriga-césped. Y entonces estalla la locura, Cerati se para y agradece a todos los presentes por estar ahí y un griterío ensordecedor acompañado por miles de lucecitas de teléfono móvil le dan la bienvenida. Arrancan con “Juego de seducción”, dos pantallas laterales repiten lo que vemos al frente, mientras que seis pantallas delgadas al fondo del stage acarician los colores y resbalan formas alucinantes al compás de la canción. El tema suena al original pero la marabunta Stereo le da su toque de actualidad impresionantemente.[…] p.31

Thelonious Monk, Caetano Veloso, Soda Stereo, Cornelio Reyna, Morrisey, Amy Whinehouse, Bo Diddley, Lorenzo de Monteclaro, Ringo Starr, Bessie Smith, Julieta Venegas, Tongolele, Fres-Ka, John Lennon, Israel Cachao López entre muchos y muchas más aparecen coloridos, estruendosos, inolvidables, únicos en los registros y textos que Octavio Hernández presenta muy a su estilo y ácido humor en este libro abundante, vivo y musical.


Autores
(Guanajuato, 1973). Realizó estudios de licenciatura en Diseño Gráfico y la maestría en Estudios Socioculturales. Ha publicado los siguientes libros: Libro del Aire (Editorial De la Esquina, 2011), Okupas (Letras de Pasto Verde, 2009), Todas estas puertas (Tierra Adentro, 2008), Entre las líneas de las manos (en el libro Tres tristes tigras, Conaculta, 2005) y Bravísimas Bravérrimas. Aforismos (Editorial De la Esquina, 2005). Participó en el Laboratorio Fronterizo de Escritores/Writing Lab on the Border (2006), participó en el Festival de Poesía Latinoamericana LATINALE 2007 con sede en Berlín. Recibió la beca del FONCA para escritores en 2007. En Mayo de 2012, participó en las jornadas literarias “Los límites del lenguaje” con sede en Moscú. Su trabajo escrito y gráfico ha sido incluido en varias antologías así como en revistas nacionales e internacionales. Desde el año 2001 vive en Tijuana. Ama la música y ama dibujar.
Similar articles