420: el camino hacia la legalización
“Llévate un cupcake a 13 pesos”, anuncia un sujeto con lentes negros, engrosa la voz mientras una pareja se acerca a él. Las palabras de quien se identifica como Mr. Brownies son más que una oferta; forman parte del derecho que los usuarios del cannabis exigen frente al Senado: el consumo legal de la marihuana.
Hay pocos espacios verdes en la CDMX capaces de irrumpir con la fachada gris de la nueva normalidad; uno de ellos surge en el parque Luis Pasteur, donde activistas a favor de la legalización del cannabis siembran el plantón 420, el primer cultivo legal de marihuana que desde el 2 de febrero de 2020 simboliza la protesta contra el prohibicionismo.
Aunque lo aprobado en la Cámara de diputados supone un progreso, en el plantón se vive un clima inconforme con la decisión del 10 de marzo de 2021. El gramaje legal del uso lúdico de hierba es de 28 gramos, como lo estipula la versión aprobada en noviembre de 2020 por el Senado, pero hay modificaciones en cuanto al comercio de la hierba. Esta función quedará a cargo de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic).
“Lo único bueno que le veo a la ley -reconoce Mr. Brownies- es que ya no seré perseguido por comprar 0.3 gramos de hierba para (preparar) un panqué”. Cuenta que desde hace años ha tenido que esconderse de los policías porque “te tratan como criminal por portarla.”
Esta criminalización al consumidor del cannabis se conserva en lo aprobado por la Cámara de diputados, pues portar 200 gramos de cannabis es equivalente a 15 años de prisión y a una multa que alcanza los 10 mil pesos.
Sobreregulación del cannabis en el mercado
El comercio de marihuana será gestionado por medio de distintas licencias que la Conadic otorgará luego de una previa solicitud: con fines de producción para cultivo de la hierba; y de distribución, enfocadas a adquirir el cannabis a un productor con fines de su venta a un comercializador.
La articulación del comercio despertó críticas por parte de los activistas. Para Jorge Hernández Tinajero, autor de La mota: Compendio actualizado de la mariguana en México (2013) y miembro fundador de la Asociación Mexicana de Estudios Cannabis (AMECA), las licencias indican que “los legisladores sobrerregularon en todos los aspectos de la planta”.
Hernández se refiere a los permisos de venta final, para distribuir a los centros de consumo autorizado; los de exportación, en caso de comercio dentro y fuera del país; y las licencias de investigación, producción o comercialización de productos derivados del cannabis, que permite generar mercancía para su venta al usuario final.
Los comerciantes como Mr. Brownies deberán contar con la licencia de producción para vender hierba; sin embargo, queda prohibida la venta de comestibles, con lo que Mr. Brownies y los consumidores carecerán de un amparo legal al consumir productos derivados del cannabis. La única vía a estos artículos será a través de las farmacéuticas, de acuerdo con la crítica del Consejo Cannábico.
“Cuando me va bien, compro 28 gramos y preparo brownies para dos meses” dice Mr. Brownies y se interrumpe en cuanto contempla la posibilidad de que la Conadic rechace alguna de sus solicitudes; “mi negocio podría funcionar si (la Conadic) me registra o si vendo clandestinamente”.
Estas dos opciones son las que Jorge Hernández también advierte. Se trata de “un problema de operatividad formal del mercado, y cualquier traba que haga difícil el ingreso al mercado formal, beneficiará a los mercados informales. Eso es parte del problema de sobrerregular”, concluye.
Aunque la ley para regular el cannabis aún se discute, la democratización del cultivo parece haber sido ignorada desde el primer dictamen del 2019. Hernández considera que “la legislación restringe la capacidad de autogestión, es decir, el hecho de que en lo privado se imponga un permiso para cultivar un número de plantas –máximo ocho plantas– que nunca va a satisfacer mi necesidad de consumo”.
Las restricciones de las que habla Hernández también aplican para los clubes de consumo. Serán conformadas por 20 miembros mayores de edad, donde habrá un límite de 50 plantas por cada uno de estos grupos autorizados por la Conadic.
Aunque las consideraciones están listas para el comercio a gran escala, los consumidores de marihuana y la producción de autoconsumo quedan en segundo plano, pues el modelo de cultivo autosuficiente “beneficiará, como siempre, a los más poderosos”, retoma el activista de la AMECA una de las principales observaciones de la asociación.
“Nuestra principal recomendación -explica- es que los legisladores reconozcan un espacio suficiente para la autogestión de los usuarios, que en ese sentido, los usuarios también puedan competir en el mercado”. Respecto al sector agrícola y su papel en este esquema de producción, “la ley debería tener una especial consideración con las comunidades que han sido afectadas por un sistema prohibicionista”.
Lo que contemplan con especial interés tanto en el Senado como en la Cámara de diputados son los beneficios del comercio de la marihuana. Los legisladores calcularon 18 mil 705 millones en recaudación de impuestos por la compra de productos derivados del cannabis.
Incluso los empresarios prevén que para el 2028 el mercado cannábico nacional alcanzaría un valor de dos mil millones de dólares, con ganancias del 67% de los productos médicos y 33% de los derivados para uso personal.
Información para el consumo
“La gente cree que la mota solo te droga; pero a veces yo utilizo cannabidiol (CBD), aunque sea más caro”, aclara Mr. Brownies. El CBD es un componente químico producido por el cannabis y es reconocido por sus propiedades terapéuticas contra la ansiedad, convulsiones y dolor.
La exigencia del uso medicinal de la marihuana ha visto sesgos informativos. Hernández resalta que hay prejuicios del consumo, pues “resulta interesante que el 97 por ciento de nuestros órganos tengan un receptor cannabinoide. Esas son cosas de las que no se hablan; los medios de comunicación presentan versiones exageradas, como sucedió con ‘la diputada panqué’ quien protagonizó un video viral”.
Para el debate es necesario escuchar la voz de los científicos, pero en la AMECA “hemos visto -continúa Hernández- que a veces la ciencia no es neutral. Cuando se presenta información, tiene una carga moral”, y el activista recuerda un ejemplo: “escuché a un doctor decir que en ratones de laboratorio se habían registrado alteraciones en el sistema neuronal cuando se les daba cantidades demenciales de cannabis”.
El activista reconoce que si bien la conclusión científica es válida, “el patrón de consumo impuesto a los animales está lejos, sino es que es imposible, en el caso de los humanos”. En AMECA las recomendaciones para la presentar la información sobre el consumo de la hierba es “una comunicación desprovista de juicios discriminatorios y que los científicos no tengan una postura personal”.
En cuanto a las empresas que comercien marihuana para uso personal, tendrán que incluir en sus productos la leyenda: “Solo para venta en México”. En el empaque habrá una advertencia enfocada a las personas de 25 años sobre las consecuencias del consumo de la hierba, similar a las cajetillas de cigarros.
La AMECA considera necesario que el cannabis tenga publicidad restringida. En un esquema del mercado donde se concede espacio a la marihuana, debe contemplarse una comunicación clara sin recurrir a los estigmas del uso de la marihuana como una droga más peligrosa que otras sustancias.
Posesión simple, la paradoja en la regulación
“¿Qué están haciendo, jóvenes”, pregunta un oficial a Nicte y su pareja. Otro policía se acerca mientras vigila a los transeúntes de Garibaldi. “Están fumando marihuana”, dice tras saludar a su compañero. Nicte intenta alejarse de la banca donde ella y su novio permanecen sentados, pues el policía los ataja con una acusación, “es una falta administrativa, los tengo que llevar ante un juez cívico”.
Ambos oficiales catean a la pareja de Nicte. En un bolsillo de su chamarra, los policías palparon un bulto que resulta ser medio gramo de marihuana. A Nicte le pidieron sacar las cosas de su mochila, en la que carga otro gramo de hierba.
“¿Están conscientes de que eso es ilegal?” pregunta el policía mientras señala la marihuana. “Tengo que llevármelos”, la decisión es inamovible hasta que el novio de Nicte muestra un billete de 100 pesos. El mismo oficial mete sus pulgares en el chaleco. “Traes dos gramos y aquí también somos dos. No te vas a ir”, responde tajante.
“Ya nos íbamos”, se apresura Nicte y saca de su bolso un billete de 200 pesos. Ambos policías se aproximan a la pareja de Nicte y le explican cómo funciona la discreción policial en este país: “ves, ella sí sabe dialogar”.
El incidente de Nicte no es aislado a pesar de que desde el 2015 la Suprema Corte reconoce como fundamental el derecho al libre desarrollo de la personalidad.
Si bien la legalización de la marihuana para todos sus usos comenzó el 19 de noviembre de 2020, en el Senado; este año, la Cámara de diputados decide que la ley no necesita cambios pese a las críticas del dictamen: limitar a 28 gramos el uso lúdico de la hierba y mantener el delito de posesión simple.
Para Hernández, la posesión simple de marihuana provocará tensiones con las autoridades, porque “la policía nunca ha respetado los derechos del usuario canábico, será un estira y afloja”.
Las paradojas en la legislación de la marihuana serán reguladas por la Conadic, un organismo autónomo enfocado a combatir las adicciones. Sin embargo, Leopoldo Rivera Rivera, coordinador del Movimiento Cannábico Mexicano (MCM) y editor de Cáñamo México, la revista de la cultura del cannabis, considera que la Secretaría de Bienestar podría ser más adecuada.
El programa “Sembrando Vida va acorde con los principios de solidaridad y comunidad característicos de quienes participan en el Movimiento Cannábico Mexicano ”, agrega el coordinador. El MCM también recomienda que la Conadic adopte bases humanitarias al despeñar las múltiples tareas que los diputados planean conferir.
De esa forma, el organismo funciona como “árbitro ante posibles actos de criminalización de las personas usuarias de cannabis”, explica el coordinador del MCM y enfatiza en los objetivos que la Conadic deberá perseguir: proteger al consumidor de cannabis de los posibles abusos policiales.
Aunque el organismo adopte las medidas propuestas por el MCM, el delito de posesión simple supone un obstáculo hacia la legalización del uso lúdico de la marihuana. Leopoldo Rivera advierte que un delito no puede centrarse solo en el gramaje, sino de “las circunstancias del hecho, la intencionalidad y la prueba fehaciente e incontrovertible de que la posesión (de hierba) tenía fines distintos al uso personal”.
México se dirige a una legalización contradictoria de la marihuana. La Comisión de Justicia del Senado y la Comisión de estudios legislativos aprobaron la ley sin atender a las recomendaciones de los activistas. Sin embargo, el coordinador de Morena, Ricardo Monreal llamó a frenar la regulación para eliminar las irregularidades en el próximo periodo, que inicia el 1 de septiembre.
La vía hacia una mejor convivencia con la marihuana, asegura Hernández, avanzará en medida que la sociedad elimine el estigma de la hierba y sus usuarios. Es necesario fomentar una cultura en la cual se conciba al uso de hierba como una elección personal; o como el MCM grita en las calles: “¡ni plantas ni gramos: venimos por derechos humanos!”.