Engrandecer decae
Engrandecer decae. Se atraviesa por la era de la debilitación de la imagen. La demostración de magia más imponente desde la invención de la fotografía. Dominar la técnica del desvanecimiento de la imagen es el máximo triunfo de la actualideath.
Al desmoronarse todo sistema de creencias, sólo la imagen preserva. Pero al desvanecerse la imagen se padece una orfandad de deidades nunca antes confesada. Creados a imagen y semejanza, se ha extraviado el contacto con el espectro geométrico. La representación de la divinidad ha claudicado para reflectarse en lo humano. La adoración del conocimiento fue suplantada por la adoración a la imagen. La habilidad crestomática de capturar el tiempo. Práctica que se antojaba infalible, se ha comenzado a desmoronar.
El fracaso de la imagen como nuevo Dios fue el resultado de transigir por la era del simulacro. El acotamiento de los fines es una ilusión. El acto mágico por excelencia fue la irrupción de la fotografía. El indicio inicial de que la muerte del plano metafísico se avecinaba. El instante en que el hombre aprendió a transmigrar cuerpos. Fenómeno antecedido por la metempsicosis. La imagen se consagra por un sugerido encapsulamiento del alma. El desvanecimiento primigenio. La puesta en marcha del mecanismo de la pérdida.
El imperio de la imagen no ha sido derrotado. La imagen no ha muerto. La imagen pierde el lustre pero sepulta a la historia.