12 años en los Óscares
Titulo: 12 Years a Slave (12 años esclavo)
Autor: Steve McQueen (Dir.)
Lugar y Año: Estados Unidos, 2013
12 Years a Slave (12 años esclavo) es la película del año. En la reciente edición de los Óscares, la película dirigida por Steve Mcqueen se llevó la estatuilla más importante. Parece ser que, una vez más, la Academia ha inclinado su balanza hacia los filmes que enarbolan los ideales americanos, sobre aquellos que ofrecen una propuesta distinta e incómoda como sucede con The Wolf of Wall Street (Martin Scorsese, 2013)
12 años esclavo está basada en las vivencias de Solomon Northup, un afroamericano de Nueva York que es secuestrado por traficantes de esclavos para venderlo a los dueños de las plantaciones. A partir de ese momento, el espectador tiene que enfrentarse a escenas de violencia y humillación que se vuelven recurrentes a lo largo del filme. La intención del director parece clara: mostrar las vejaciones perpetradas por los hombres blancos que, al considerar que los negros estaban en un punto medio entre ser humano y bestia, podían tratarlos como les viniera en gana.
Sobra decir que la película ha sido alabada en múltiples medios alrededor del mundo. Seguramente, al buscar alguna reseña en internet, será más fácil encontrar aquellas que elogian la forma de contar la historia y la excelente reconstrucción de la atmósfera de los Estados Unidos esclavista. Sin embargo, resulta igual de interesante ver el lado opuesto de la opinión general: observar aquello que dicen sus detractores que, en algunos casos, resultan ser hombres y mujeres afroamericanos.
En el periódico The Guardian, Orville Lloyd Douglas, quien comparte el mismo color de piel que el director de 12 años esclavo, se declara cansado y aburrido de la temática esclavista debido a que está basada exclusivamente en el problema de raza. También critica el hecho de que Hollywood se encargue de exponer únicamente ese tema desde la perspectiva del pasado, olvidando las problemáticas actuales de los ciudadanos afroamericanos.
Por otro lado, Carole Boyce Davies, profesora de Estudios Africanos en la Universidad de Cornell, también en The Guardian, aborda y critica el filme desde la falta de legitimación de la lucha. Si bien las memorias escritas por Solomon Northup en el siglo XIX hablan de los maltratos y la violencia ejercida sobre el pueblo negro, también dan un ejemplo de la lucha por la libertad y la resistencia por parte de los esclavos, cosa que se deja de lado en la película por hacer hincapié en un tema más vistoso y morboso que hace que sea más fácil generar empatía en el espectador.
Algo similar sucede con el tan manoseado tema del holocausto y, en nuestro país, la problemática de la migración en el norte, abordada casi desde la misma perspectiva. De todo esto surge una pregunta: si bien, esas películas suelen incidir directamente en nuestros sentimientos, ¿llegará un punto en el que, de tanto ver las mismas imágenes violentas, volveremos la espalda por el tedio que nos provoque revisar una y otra vez el mismo tema?