¿Y por qué es para siempre?
Inés Arredondo (Culiacán, 1928-1989) fue una de las escritoras más emblemáticas del siglo XX. Se desarrolló en géneros como la crítica y el ensayo, pero sobre todo destacó en la narrativa como cuentista. Algunos de sus libros más famosos son La Señal (1965), Río Subterráneo (1979) y Los Espejos (1988), entre otras publicaciones. Su literatura se distingue por ser realista y no fantástica, mostrando personajes complejos y revelando críticas sociales.
No soy feminista porque ¡soy muy feminista!
En la literatura de Inés Arredondo, se reconocen como temas principales el erotismo, la mirada, las relaciones de parejas y la locura. Cuando busqué referentes de crítica encontré una tesis doctoral que llamó mi atención. Por supuesto, fue escrita por un hombre que afirmó que la protagonista de uno de sus cuentos es la victimaria de una violación a pesar de que ella no puede moverse mientras la tocan; reitero, ella no se mueve pero es la violadora.
Es verdad, Inés Arredondo negó muchas veces ser feminista1. En sus palabras: “(…) no soy feminista, porque ¡soy muy feminista! porque creo que el papel de la mujer no tiene por qué pelear frontalmente el suyo al hombre”2. Era consciente de las desigualdades por género y las plasmó en su escritura. Tenía una postura ambiciosa, quería ser el mejor narrador de su generación; sí, el mejor en masculino3. Por esta razón, no quería que la encasillaran en una literatura de mujeres porque ¿de qué nos sirve ser la mejor mujer en la literatura?, ¿de qué nos sirve tener una categoría aparte de los hombres?, ¿no es eso más condescendiente? Hasta ahora gran parte de los estudios sobre la literatura de Arredondo se han enfocado en analizar las relaciones amorosas, me parece que en estas relaciones también se vislumbra una gran crítica al sistema de género y el trauma.
Para verlo, hay que incursionar en el texto como detectives: encontrar los patrones en las escenas, interrogar a otros lectores como testigos del texto y, con una lupa, analizar con su debido cuidado el ambiente y los objetos en el entorno. Ninguna palabra está puesta en vano y ninguna descripción carece de sentido, cada elemento en el texto es una pista, incluyendo el espacio. El entorno no es solo el lugar en el que ocurren los hechos, como en una escena del crimen, el entorno está lleno de información. De primera mano, se deben revisar los objetos para ubicar el contexto y la época en la que se desarrolla el relato. Pero tras una segunda inspección, es posible que el entorno también refleje los rasgos físicos o morales de los personajes, mimetizándolos 4. Tomemos como ejemplo el cuento Para siempre.
¿Y por qué vuelve?
Publicado en el libro La señal (1965), en este cuento las descripciones se pueden leer como pistas para profundizar en la historia de una mujer que va al departamento de su ex pareja, Pablo, para explicarle que ya no va a estar con él porque se va a casar con alguien más; después de discutir, él la viola y ella concluye el relato diciendo que ese suceso la marcó para siempre.
En la primera escena del cuento, la protagonista sube por unas escaleras, las cuales describe con un aspecto húmedo y repugnante. Esto le produce náuseas y culpa, parece que esta vez quiere retrasar su llegada. Su visita ya no es como antes 5. Cuando la protagonista llega al tercer piso, se siente helada y fuera de sí misma, lo cual parece ser una disociación donde se distancia su cuerpo de la realidad6. Camina de manera silenciosa en el pasillo maloliente hasta llegar a la puerta detrás de la cual está Pablo, su ex pareja. Las descripciones del lugar son el reflejo de esa relación que se quiebra y que permea un olor a podrido en el edificio, como un fruto que ya caducó. Las escaleras le generan a la protagonista un efecto de atracción-repugnancia porque son un reflejo de su relación con Pablo. La relación está desgastada, ya no es lo que era antes. Ella ya no quiere estar con él, pero entonces, ¿por qué lo visita?
La protagonista ya había terminado su relación con él a través de una carta donde le explica que eligió casarse con alguien más. Sin embargo, se encuentra ahí porque Pablo le pide que lo visite7. En el departamento, trata de convencerla de que se quedé con él, pero ella le echa en cara el aspecto del espacio: “¿Y quedarme aquí?”, pregunta, rechazando así ese pequeño y sucio lugar. Está dejando a Pablo, no por falta de amor, sino eligiendo una relación que le concede un futuro económico estable por medio del matrimonio8. Si bien ahí termina la discusión, ella no quiere irse del departamento, no quiere que esa sea la última memoria que Pablo tiene de ella.
El cuerpo de la protagonista responde de manera peculiar a la situación. Dentro del departamento de Pablo, ella se queja del calor y abre la ventana donde ve un cielo gris tormenta porque está a punto de llover. La protagonista no responde coherentemente a la temperatura del espacio: se siente fuera de su cuerpo. Menciona que hace calor a pesar de que el clima está fresco y que tiene las manos heladas. Cuando llora, tratando de convencer a Pablo que no quiere al otro y que lo quiere a él, otra vez apunta a la disociación “mi cuerpo no pesaba” (Arredondo, 54). Él la mete a la bañera y cuando la saca, la besa y le toca el cuerpo desnudo. Mientras esto sucede ella está inmóvil. “Traté de incorporarme, pero no logré mover ni una mano. Empezó a frotarme con una toalla” (Arredondo, 55). No tiene control sobre su cuerpo, ni siquiera puede abrir los ojos cuando él inicia a tocarla.
¿Y por qué no se va? Por la lluvia. La lluvia que se advierte desde el inicio genera la tensión dramática porque representa la emocionalidad de la protagonista. El cielo nublado es el anuncio de una tormenta que ella sabe que vendrá, pero que no asimila en su cuerpo. Ni siquiera siente el frío. La lluvia tiene una doble función: por un lado, hace que el departamento se vuelva un refugio, pero también se vuelve un impedimento para que deje el lugar y a Pablo. Cuando por fin llueve parece ser un hecho inevitable, una tragedia, una herida en la que todavía no repara, pues el cuento al estar narrado en pasado es un recuerdo al que siempre se vuelve.
Lucía Melgar señala en su conferencia En busca de una literatura propia: Sesión 6 Inés Arredondo que en la literatura de Inés Arredondo “La mirada es reconocer al otro”. Esto se refleja en el cuento, ya que no hay una descripción del aspecto físico de Pablo, no sabemos si es alto, chaparro de ojos claros o aseado, solo lo conocemos por medio de su mirada: “Me miró repentinamente a los ojos, con rabia, y temía que me golpeara. Pero su ira se hizo desprecio, un desprecio duro que me dolió más que una bofetada” (Arredondo, 54). El desprecio es una respuesta al rechazo de la protagonista, él se siente impotente por perderla en los brazos de alguien más. Al verse ella a través de la indignación que sus acciones le causaron a Pablo, siente un dolor intenso que va más allá del dolor físico de una bofetada. Quizá por esto, su cuerpo no responde, y nunca hace nada por la culpa producida en la mirada de él: “Era la primera vez que me juzgaba, que me miraba desde una distancia insalvable, que me miraba desde fuera, y yo, sin comprenderlo del todo, supe que no me podría casar con otro (…)” (Arredondo, 54). La mirada de Pablo, entonces, se vuelve confrontativa porque ella se ve obligada a aceptar que comparte la impotencia de dejar la relación. En esta frase se nos revela que lo quiere y que siente miedo de perderlo para siempre. Sigue enamorada de Pablo, pero no lo va a elegir. ¿Y por qué vuelve a verlo?
Este cuento es de una violación y no de amor. Por lo que es necesario detenernos en la última frase del cuento: “De manera formal aquello fue una violación, y el despecho pequeño que me produjo pensarlo lo escupí alguna vez en palabras hirientes. Pero esa tarde, cuando al fin pude abrir los ojos, Pablo estaba a mi lado y había empezado a llover. Muchas cosas pasaron después en mi vida, pero ésta fue la más importante.” (Arredondo, 56). No necesitamos evaluar los detalles para juzgar si fue una violación en términos jurídicos o no, lo que sí necesitamos comprender es que la narradora dice que fue una violación pero que lo importante de ello es que es un recuerdo eterno. Dice Soraya Chimaly sobre la violación que muchos “(…) creen que la violación es un ‘instante’; un episodio discreto con principio, nudo y desenlace. Pero para las mujeres, la violación se traduce en miles de momentos que doblamos en nuestro interior por el resto de nuestra vida.” (Chimaly, 149). La violencia sexual no es un evento de un día, es una memoria que persiste. ¿Y por qué vuelve?
El cuento abre con la siguiente frase: “Es extraño cómo llega a coincidir lo que nos sucede con lo que queremos que nos suceda.” (Arredondo, 52). Aquí se plantea un conflicto, entre el deseo y la violación. Porque sabemos dos cosas, que la narradora seguía enamorada de Pablo y que él, por desprecio, la violó. ¿Y por qué vuelve? No es por amor es por conflicto. El amor no es para siempre, el conflicto en la memoria sí. El conflicto de desear a alguien mientras la violan, aunque no quería que la violaran. La nostalgia de recordar el cariño convertido en repudio cuando huele las escaleras. Volver a ese recuerdo obsesivo, como cuando Orfeo pierde Eurídice en el inframundo y hasta la fecha nos preguntamos: ¿por qué volteó la mirada? ¿por qué las cosas pasaron de esta manera y no de otra? La protagonista narra este evento, que ha repasado miles de veces, también como una memoria obsesiva. Ella es la detective de su propio recuerdo tratando de entender los motivos del crimen. La sexualidad en la narrativa de Arredondo es un tema oscuro. El deseo está en conflicto hasta que la lluvia se vuelve un telón de teatro que se cierra en la escena donde él está con ella en la cama. ¿Y por qué vuelve?
Fuentes Consultadas
Arredondo, Inés. Antología: de amores y otros cuentos, “Para Siempre”. Asociación Nacional del Libro A.C., Ciudad de México, 2019, pp. 52-56.
Chimaly, Soraya. Rabia somos todas: el poder del enojo femenino para cambiar el mundo. Océano, Ciudad de México, 2019
Melgar, Lucía. En busca de una literatura propia: Sesión 6. Inés Arredondo. Casa Estudios Cien. Marzo 18, 2021. https://www.youtube.com/watch?v=feG7tT8BCMc&ab_channel=CasaEstudioCien
Pimentel, Luz Aurora. El relato: estudio de teoría narrativa. Siglo XXI Editores, Barcelona, 1994.
- Por supuesto, pues el feminismo estaba en las calles y otras ciencias, no en el gremio literario que hoy lo vemos.
- Entrevista por Carmen Aida. Sinaloenses Inés Arredondo. Presagio, Revista de Sinaloa; número 3, páginas 29-31. https://wikisinaloa.org/presagio-revista-de-sinaloa-numero-3/
- Entrevista por por Miguel Ángel Quemain. El presentimiento de la verdade. https://literatura.inba.gob.mx/entrevista2/3305-arredondo-ines-entrevista.html
- Luz Aurora Pimentel nombra a este fenómeno como el efecto espejo.
- cf, “asustada y casi huyendo”, Arredondo, p. 52.
- En psicología, el término disociación describe una amplia variedad de experiencias, su principal característica es el distanciamiento de la realidad.
- La carta, de hecho, es también un indicio de la época en la que se encuentra el relato.
- Esto último responde al contexto de la época en la que está situada el cuento.