Un fragmento de la obra Co.Relato; Aves 1.0 de Alejandro García
Cuando se habla de nuevos dramaturgos es importante distinguir entre aquellos que están en formación, los cuales se la pasan escribiendo y aprendiendo de la prueba y el error, y los que se conocen porque se habla de ellos en los talleres literarios o en pláticas entre amigos que se dedican al teatro; los que tienen una o dos obras publicadas o montadas y aquellos y que a corta edad ya comienzan a tener una carrera sólida.
¿Cómo se sabe cuándo un artista realmente tiene talento? Con el tiempo; el tiempo, como sabemos, coloca a cada uno en su lugar.
Existen en el mundo del Teatro personas muy talentosas que poco a poco se van abriendo paso en esta disciplina, al mismo tiempo que van creando su propio estilo, lo cual siempre loables y motivo de festejo. Un ejemplo de esta labor es el trabajo del dramaturgo Alejandro García, egresado de La Casa del Teatro en el 2007, quien además es director de la compañía Teatro H. El también maestro fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas por dos periodos y actualmente presenta la obra Co.Relato; Aves 1.0, en el Foro el Bicho, hasta el 7 de diciembre.
A continuación compartimos una escena de Co.Relato; Aves 1.0.
Co.Relato; Aves 1.0
ESCENA UNO
Nina es una actriz en sus años veinte, luego en sus treinta. Greta, amiga de Nina y Edvig, fue madre de dos hijos, divorciada. Edvig es una mujer en transición, tiene por mascota a un pato salvaje. La acción se desarrolla en la casa de alguna de las mujeres.
NINA: Al final…
GRETA: No, Nina, no. En el final no, estamos aquí. Esto es el principio.
EDVIG: Aquí empieza todo. No quiero empezar esto.
NINA: Es una forma de hablar.
GRETA: Pues sé más clara.
NINA: Si dejas de interrumpirme.
GRETA: Qué horror.
NINA: La verdad. ¿Qué es la verdad?
GRETA: No, no, no. Por favor.
NINA: Sí, tenemos que preguntarnos eso también. ¿Qué es la verdad? Otra vez, necesitamos saberlo otra vez. Y yo les pregunto, ¿qué es la verdad?
EDVIG: No creo que la verdad exista, es una idea.
NINA: Con base en eso, Greta, qué es la verdad, la verdad de lo que pasó. Porque parece que nos estamos preocupando mucho por eso.
EDVIG: No importa.
NINA: Ahora dices que no importa.
EDVIG: Sólo a ti te importa, a mí no, a ella tampoco.
NINA: ¿Somos amigas?
EDVIG: Más.
GRETA: Ya, Nina, te haces daño tratando de desentrañar cosas que no son.
EDVIG: ¿Por qué te haces esto, bonita? Precisamente hoy.
NINA: No importa. Hay cosas que valen más.
GRETA: Sabemos que no te gusta tu cumpleaños. Pero queremos festejarte.
EDVIG: Queremos una fiesta, Nina.
NINA: Pues yo no. Quiero largarme de aquí.
EDVIG: No entiendes. (Pausa.) No entiende.
NINA: Es mi cumpleaños, carajo.
GRETA: Sí, pero si estás sola, qué sentido tienen cumplir años, una y otra vez, qué sentido tienen las cosas si las haces sólo para ti. No seas estúpida, Nina, por favor.
EDVIG: Ya no te escucha.
GRETA: Está descontrolada.
EDVIG: Nina, Nina.
NINA: No estoy aquí. Decido no estar aquí. No estoy aquí.
EDVIG: ¿Te vas a encerrar en el baño? (Pausa. Nina no contesta.)
GRETA: No sé qué quiere. De cualquier modo hay que hacer algo, ¿no? Para eso estamos aquí.
EDVIG: ¿Y si…? ¿Si la asustamos?
GRETA: ¿Asustarla?
EDVIG: ¿No…? Bueno: sorprenderla pero con buen ánimo.
GRETA: Después de hoy, tú sabes cómo es. Hoy, que se ponga así…HOY.
EDVIG: No sé.
GRETA: Siempre con tu no sé. No sé, no sé. Podrías decir otra cosa, para variar.
EDVIG: Bueno, cálmate, por favor. Sólo es eso y ya. No me gusta que se ponga así. Además pareciera que es de la nada. ¿Sabes? La verdad, su eterna búsqueda por la verdad. No le basta que las cosas sean, además tiene que saber por qué son.
NINA: Las estoy escuchando.
EDVIG: ¿Qué?
NINA: Aquí estoy. Ya sé que quisieran librarse de mí, pero aquí estoy.
GRETA: (Ruidos en la casa.) Espérate Nina, escuché algo.
EDVIG: Algo como…
NINA: ¿Qué?
GRETA: Silencio, silencio…
EDVIG: Me asustas, Greta.
GRETA: No. Calla…
NINA: ¿En serio escuchaste algo?
GRETA: (Greta percibe algo que pasa frente a ella.) Miren, ¿lo ven? ¿Lo ven?
EDVIG: Mira la cara que pones. ¿Qué pasa? Eres tú, ya no juegues conmigo.
GRETA: (Pausa. La presencia se va.) Como quieras. Ya, no pasa nada. (Transición.) Así decía mi mamá. A veces.
EDVIG: ¿Como quieras?
GRETA: No, lo de asustar. Ella decía que yo le asustaba.
EDVIG: Pues sí.
NINA: Eso ya lo dijiste, siempre lo dices.
GRETA: ¿Lo escuchaste?
EDVIG: Yo no.
GRETA: Fue buena, y yo fui buena. Pero llegaba el día…
NINA: “Llegaba el día en que nos decíamos cosas”. Ya lo dijiste…
GRETA: Ella se asustaba de mí. No era miedo, era un susto. Podíamos estar en el mismo cuarto y nada pasaba, pero me miraba y decía…
NINA: Quita esa cara, qué te pasa, me asustas.
GRETA: No sabía por qué me decía eso. Nunca supe. Y mucha gente me lo dice, eh.
EDVIG: Que asustas.
GRETA: A veces. A veces, asusto. (Silencio breve.) Hoy no desayuné. ¿Creen que sea eso? A lo mejor hoy las cosas no son lo que parecen, ni tú, ni yo, ni ella, ni nadie.
NINA: Quizá. Es triste. (Pausa.)
GRETA: ¡Tengo hambre! Sólo tomé café, en un vaso de unicel, qué horror.
NINA: (Transición.) ¡Está bien! Vamos a festejar de una vez. Es mi cumpleaños, carajo.
GRETA: ¿Qué? (A Edvig.) Está enferma ¿Te das cuenta de lo rara que es?
EDVIG: Hoy es…
GRETA: ¿Hoy es qué?
EDVIG: Su cumpleaños.
GRETA: Claro que sí. Qué raras están las dos.
NINA: (Va por una botella de vino.) Bueno, este es un vino delicioso. ¿Quieren?
EDVIG: Yo sabía que hoy era tu cumpleaños, pero de pronto me olvidé. ¿Sabía o no sabía?
GRETA: Sabías. Nina, ¿cómo vino? Ni siquiera hemos desayunado.
NINA: Claro que sabías. ¿Vino? ¿Alguien?
GRETA: Ay, bueno, sí. Yo sí quiero.
EDVIG: No me acordaba. Ahora sí.
NINA: Es normal en ti. Yo me acuerdo siempre de sus cumpleaños. Del mío, no.
GRETA: Te acuerdas de todo, ¿no? Menos de tu propio cumpleaños.
NINA: Hay personas que no soportan sus cumpleaños y quizá yo soy de esas. A veces no soporto nada. Quisiera irme lejos, volar como una gaviota y empezar todo de nuevo. Una vez, cuando todavía tenía un hilo de esperanza decidí que quería ser actriz.
GRETA: Eres actriz, Nina.
NINA: Y tuve un novio, bueno, no éramos del todo novios. Nos gustábamos. Él me gustaba y yo le gustaba a él. Una vez me dijo…
EDVIG: Tú eres Nina y descubriste Rusia el día que Rusia te descubrió a ti.
NINA: Sí.
GRETA: Ya nos lo habías contado, querida.
NINA: Tengo cierto poder sobre las personas. Sé que me desean, me piensan y por eso sé que un día llegaré a ser buena actriz. (Pausa.) No sabes lo horrible que se siente salir al escenario y darte cuenta de que tu actuación es horrible.
GRETA: Es una clase de desprecio.
NINA: No eres tú a la que alguien más desprecia. Tú te desprecias a ti misma.
GRETA: Si no te quieres, cómo vas a querer a otro… y peor, si ese otro es de ficción.
EDVIG: Tengo que ir a darle de comer.
NINA: ¿Cómo?
EDVIG: A mi pato. Es tiempo de darle de comer. Adiós, chicas.
GRETA: Si no vas tampoco pasa nada. Nina, ya deja ese vino, por favor.
NINA: Es la primera copa. Además hoy es mi cumpleaños. ¿No deberíamos brindar?
EDVIG: Descansemos.
GRETA: Sí. Sólo un momento.