Tierras insólitas La nueva literatura fantástica de México
Titulo: Tierras insólitas. Antología de cuento fantástico
Autor: Luis Jorge Boone (selección y nota)
Editorial: Almadía
Lugar y Año: México, 2013
Dentro del caos se encuentra lo fantástico, del orden surgen las disciplinas como la literatura, la ciencia, el arte, la poesía, etcétera. No es coincidencia que Jorge Luis Borges, una mente metódica y culta, se haya volcado hacia lo fantástico. Borges amaba las matemáticas y la lógica. En su cuento “La escritura de Dios”, tal vez refiriéndose al orden (que da un nombre a ese concepto llamado dios) y la manera en que surge del caos aparente, nos dice:
En la otra celda había un jaguar; en su vecindad percibí una confirmación de mi conjetura y un secreto favor. Dediqué largos años a aprender el orden y la configuración de las manchas […] No diré las fatigas de mi labor. Más de una vez grité a la bóveda que era imposible descifrar aquel texto. Gradualmente, el enigma concreto que me atareaba me inquietó menos que el enigma genérico de una sentencia escrita por un dios ¿Qué tipo de sentencia (me pregunté) construirá una mente absoluta?
Así, bajo la guía de lo fantástico borgiano, el escritor de lo innombrable se convierte en una alquimista que trae lo oculto hacia la luz. Así como la ciencia ficción plantea preguntas a las respuestas de la ciencia académica, la literatura fantástica plantea respuestas a las preguntas de la filosofía.
Toda respuesta, para describir un fenómeno o una situación extraordinaria, es una metáfora. Un método (ya sea científico, para diseñar las respuestas, o filosófico, para plantear las preguntas) nos lleva a metáforas más potentes que convierten al grito animal (la voz sin método ni razón, según el físico y escritor Gastón Bachelard) en algo que clarifique al mundo. Por ello aquel que escriba literatura fantástica tiene una gran responsabilidad. Desde este punto, Almadía es una de las editoriales más responsables de México. Hace tiempo nos ha traído algunos autores alquimistas como Bernardo Fernández (BEF), Alberto Chimal y José Abdón Flores. Los dos primeros ya con una publicación y el último dentro de la antología de cuento fantástico Tierras insólitas (Almadía, 2013), que Luis Jorge Boone compila para dejarnos ver hacia dónde va la imaginación del escritor mexicano.
A pesar de que esta antología trata de ver el caos como lugar de residencia de lo fantástico, Boone dice en la nota previa al libro:
¿Para qué tratar de definir un territorio tan rebelde e impredecible como el de la narración fantástica? ¿De qué serviría congelar en un pasajero canon, una lista de los mejores autores o las mejores ficciones, a un género tan ajeno a las inercias que invade otras escrituras tradicionalmente más solemnes? […] Esta antología precisa no una, entonces, sino diecisiete definiciones del género fantástico.
Algunos de los mejores cuentos de Tierras insólitas se construyen a partir de lo borgiano: el caos como creación, el orden como residencia de lo fantástico.
Como muestra está “Video Alzheimer”, de Gonzalo Lizardo, un cuento de factura borgiana con referencias cultas al entorno pop de los ochentas. También podemos encontrar relatos que son experimentos que nos llevan a lo que podríamos llamar “la metáfora de la carne”, proceso creativo por el cual el mundo físico se desmorona y se reintegra en un mundo onírico y viceversa. El caso más notorio es “Las bestias del Báltico”, de José Abdón Flores, una narración con la capacidad de transportar al lector de lo onírico a lo real. Para los personajes de “Las bestias…”, el esqueleto humano se puede transformar, a través del conocimiento médico, en seres mitológicos. Este texto trae consigo la premisa de que la carne del hombre puede encarnar las peores pesadillas o las más grandes fantasías.
Acompañan los ya conocidos del género fantástico en México. Alberto Chimal presenta en “Mogo” una historia que nos transporta al mundo infantil de la oscuridad. También está Arturo Molina, quien nos muestra en “Primer amor” los deseos de dos amantes cíclicos y eternos. La simplicidad y repercusiones psicológicas y filosóficas de estos dos cuentos dejan ver un interés por la creación por medio del conocimiento.
Sin embargo, esos grandes aciertos se contrastan con cuentos fantásticamente mediocres: “Ojos de lagarto”, de BEF, y “Manual de comportamiento fantástico”, de Fernando de León. En el primero encontramos a un autor de psique asimoviana, como ya lo vimos en Ladrón de sueños (Almadía, 2008), con gran potencial en la especulación y de gran estimulación intelectual. En “Ojos de lagarto” aparece un dragón que ataca la Ciudad de México, pero esta criatura carece de carga metafórica, característica de los personajes de literatura fantástica. El mismo problema presenta “Manual de comportamiento fantástico”, donde se nos habla de un ave Roc. Bien podemos sustituir el dragón o el ave por cualquier otro monstruo.
En este mismo rubro encontramos “El jardín anterior”, que escribió el mismo antologador del volumen, una mala construcción de un mundo fantasmagórico que resultó en un cuento más pretencioso que fantástico. El terror no surge sólo porque haya salido de quién sabe dónde, sino por su carga de significados. Los seres de los cuentos de BEF, Fernando de León y Luis Jorge Boone convierten lo fantástico en algo ridículo. Algo no muy saludable para un género al que se le golpea porque se le considera más una ocurrencia que una genialidad.
La base de la literatura fantástica son los deseos, los temores, el conocimiento psicológico y metafísico. En resumen, la filosofía: una disciplina que genera preguntas. ¿Qué pregunta nos generan los cuentos de estos escritores mexicanos? ¿Qué visión nos muestran de la cultura? ¿Qué tipo de orden proponen para el caos en el que vivimos? Almadía abrió un camino prometedor para responder y muchos de los autores tienen la lucidez para conseguir desembarcar en esa tierra insólita. Sólo falta que el lector tenga el valor de explorarla.