Tierra Adentro
Queen Between, Susheela Raman (World Village, 2014).

Lo más impactante de la literatura de Hanif Kureishi (1954), hijo de padre paquistaní y madre inglesa, es la manera en que busca explicar su identidad balanceándose entre las dos culturas que le dieron origen. Creció en Londres y siendo adolescente viajó a Paquistán. Mientras tanto, se movía en Londres, una ciudad a la que no le queda más remedio que aceptar la multiculturalidad que en ella existe.

En sus vibrantes novelas, entre las que se encuentran El buda de los suburbios (1992), El álbum negro (1996) y Algo que contarte (2009), los personajes construyen su identidad aceptando el pasado familiar y aferrándose al mundo que les es cotidiano y consideran también propio.

Circunstancias parecidas giran en torno a las vidas de dos figuras relevantes de la música actual: por una parte,  Mathangi “Maya” Arulpragasam, conocida en el globo como M.I.A., creció en Londres como una descendiente de la etnia tamil de Sri Lanka y con una alta educación política al provenir de una familia de guerrilleros rebeldes. A la postre se ha convertido en una figura del mundo del arte, el diseño de modas y gráfico, además de la música. Luego, por su parte, Anoushka Shankar se educó entre Londres y Nueva Delhi, en una situación privilegiada, al ser hija del gran maestro de la citara Ravi Shankar; ella recibió lo mejor del mundo bengalí mientras su media hermana Norah Jones lo hacía en Norteamérica.

Este trío de personajes nos lleva a valorar la riqueza de esa experiencia transcultural, la cual también influyó poderosamente en otra artista de gran sensibilidad y calidad interpretativa: Susheela Raman.

Esta mujer nació en Londres en 1973 y es hija de emigrantes indios del grupo tamil. Su familia se mudó a Australia y allí recibió las primeras lecciones de música del sur de la India. A 10 años ya cantaba y además hacía versiones de temas de blues y funk populares en Sydney —su lugar de residencia.

En 1997, volvió a Inglaterra y ello trajo consigo un culture shock —aquello era un hervidero— y ella se dejó inundar de referencias; desde un principio tenía en claro que pretendía hacer coincidir a la parte ancestral de la India con toda la excitante música que sonaba en el Reino Unido. Esa mezcla se percibe desde Salt Rain, su debut en 2001, que además de funcionar muy bien en ventas le valió para ser nominada al influyente Mercury Prize de aquel año y obtener la mención como  mejor promesa de los BBC World Music Awards 2002.

Posee una voz grave y poderosa que a sus 40 años luce a plenitud ahora que entrega su sexto álbum, al que ha nombrado Queen Between (World Village), y que es muy representativo del estado de la industria; ya que a pesar de que se trata de una cantante con una trayectoria probada y con presencia en distintos mercados, tuvo que recurrir al crowfounding para obtener de la gente los recursos necesarios para costear la producción.

El sucesor del estupendo Vel (2011) abre con “Sharabi”, tema en el que participa el grupo vocal paquistaní Rizwan-Muazzam Qawwali. Las cuerdas y la tabla se suman a la tradición sufí que busca el trance a través del canto para abrir la puerta hacia una dimensión en que pasado y presente conviven jugueteando. El estilo de cantar de Susheela nos recuerda un poco otras divas de las mixturas aventuradas: Natacha Atlas y Angelique Kidjo; al tiempo que también regresa a la memoria la tradición Qawali, que engrandeciera Nusrat Fateh Ali Khan.

Tras de un comienzo inmejorable, el resto del álbum da paso a composiciones que agregan un trasfondo conceptual importante. Raman, junto con su productor de cabecera, Sam Mills, utilizaron un famoso estudio acerca de mitología y religión para construir las letras: La rama dorada, de James George Frazer (publicado en 1890). El cual revisa distintas prácticas rituales simbólicas, entre las que se encuentran la agricultura —que se aborda en “Corn Maiden”— y los temas prohibidos —que se explayan en “Taboo”, que casi se trata de psicodelia primitiva—. Durante años dicho estudio fue un tratado de referencia, pero en la actualidad se considera superado, lo que no resta validez a este uso inédito.

Nadie puede señalar que Susheela no realiza su mejor esfuerzo en cada obra; apenas en el 2007 volvió a ganar reconocimiento gracias a 33 1/3, una inteligente colección de versiones en la que recrea material de Can, The Velvet Underground y Jimi Hendrix, entre otros. Es muy sagaz a la hora de buscar ese equilibrio entre lo occidental y lo indio; de hecho el tema titular es lo más cercano a su lado europeo.

En otros momentos sorprende con el uso de un instrumento como el morsing o morchang, procedente del noroeste de la India y Pakistán, que suena en “Sajana”, por citar un ejemplo. Lo interesante es que estos recursos fluyen con naturalidad y no están allí como si fueran impostados. Algo que también ha intentado Taken by trees (la sueca, Victoria Bergsman) –más cercana a la electrónica sutil—. Con todo, el gran reto de Queen Between era mantener la más prudente distancia con respecto al New Age.

En las ocho canciones editadas —que se sienten suficientes— se aprecian los dividendos del viaje que hicieron cantante y productor a la región del Rajastán para complementar su cultura y aprehender sonoridades inspiradoras. Han regresado fortalecidos y han logrado una especie de misticismo musical que se adapta muy bien a los ámbitos urbanos. Ofrecen una urdimbre en la que lo ancestral se teje a la perfección con la actualidad más vibrante.

 


Autores
La redacción de Tierra Adentro trabaja para estimular, apoyar y difundir la obra de los escritores y artistas jóvenes de México.
De los años sesenta tomó la inconformidad recalcitrante; de los ochenta una pasión crónica por la música; de los noventa la pasión literaria. Durante la década de los dosmil buscó la manera de hacer eclosionar todas sus filias. Explorando la poesía ha publicado: Loop traicionero (2008), Suave como el peligro (2010) y Combustión espontánea (2011). Rutas para entrar y salir del Nirvana (2012) es su primera novela. Es colaborador de las revistas Marvin, La mosca, Variopinto e Indie-rocks y los diarios Milenio Hidalgo y Reforma, entre otras publicaciones.