Mursego: evolución del arte desde el país vasco
I
“Cumbia esquimal no está tan mal, ponte los guantes, ponte las botas, ponte orejeras, ponte manoplas; cumbia esquimal no está tan mal aunque no es tropical”. El sonido de una melódica que se prolonga a través del sampler, seguido por unos acordes de contrabajo. De fondo una secuencia percusiva hecha con un pad digital que se toca con una especie de lápiz. Y luego el canto de una mujer que nos envuelve con una anti-cumbia mutante y distintas arengas que se burlan de los clichés del reguetón. Hacia el final toca una flauta de pan que con ironía de por medio también cita a la cumbia andina.
Así se arma en directo “Cumbia villera de la ciudad armera”, una canción sorprendente por su desparpajo, por la buena técnica de su hechura, por llevar hasta ambientes presuntamente más intelectuales (como librerías y galerías de arte) el sonido de una música popular considerada de la más baja estofa.
En ningún momento Maite Arroitajauregi, conocida como Mursego, deja de lado su elegancia; una sobria presencia que se desdobla cuando canta que hasta parece ser otra mujer. Cumbia minimalista que niega ser cumbia y que además conlleva mucha inteligencia al momento de increpar a sus escuchas.
II
Durante años la revista española Rockdelux acompañó a su edición impresa con un disco compacto que siempre revestía puntos de interés, ya fuera por el artista elegido o bien por el sello discográfico que mostraba su catálogo. Además eran muy esperados sus recuentos anuales que se distribuían en tres entregas. La última de ellas, el recuento de las mejores canciones nacionales según su criterio.
Ahora que están celebrando su 30 aniversario, anuncian su sentir sobre este formato, sobre el cual piensan ha caducado, de modo que sólo conservarán algunas ediciones especiales. Afortunadamente el sondeo anual permanecerá. Es así como a esta compilación debo el hallazgo de Mursego, esta chica de origen vasco que incluyó su falsa cumbia villera en su último álbum, Hiru, considerado por la publicación catalana como parte de lo mejor que el 2013 entregó, y vaya si tienen razón.
III
Una vez que las diferentes versiones de la “Cumbia villera de la ciudad armera” conquistaron mi devoción completa, me entero que Maite, nacida en Eibar durante 1977, es una de las colaboradoras del nuevo disco de Nacho Vegas, Resituación (Marxophone, 2014).
Tuve la oportunidad de entrevistar al asturiano y preguntarle acerca de la participación de Musergo en este nuevo disco. El autor de “Actores poco memorables” me platica: “En algunas de las presentaciones en directo de la Fundación Robo tuve la suerte de compartir escenario con ella. Yo estrenaba “Ciudad Vampira”, que está inspirada en la misma canción de Daniel Johnston de la que ella había hecho una adaptación al euskera, y para este disco le pedí su versión para introducir mi canción. Y es un minuto de una belleza extraña y mágica, es una de mis partes favoritas del disco”.
IV
Hiru (Bidehuts, 2014) es el sucesor de Bi (2011) y en él ésta virtuosa multi-instrumentista dio con las canciones más redondas de su carrera, sin importar los ritmos por los que transite. Ella sabe ir del folk al pop sin problema; lo suyo es una gran diversidad en la que cabe: “hasta hardcore mezclado con electrónica. Es un poco tropical, africano y euskaldun“, como declaró a los medios del país vasco durante la gira de presentación del disco en pequeños locales de la región.
Porque además causo un pequeño cisma local al poner en evidencia a los hipsters del lugar a través de una canción muy incisiva, “Eusnob”, que no trascendió más allá por cuestiones del idioma pero que caló fuerte en la cultura vasca. Así dice un fragmento de su letra: “Tú, intelectual vasco, homo sapiens conceptual, abres la boca y enseguida caigo de que eres un snob”.
Debemos decir que en la parte de lo tecnológico se encuentra cerca de lo que hace Andrew Bird y especialmente de Tune Yards (otra chica que desparrama talento). Para crear su música es fundamental la pedalera que utiliza para samplear y crear capas de ritmos que se superponen; es un elemento que Mursego toma como parte de su identidad: “No me puedo enfadar con el loop, es mi arma“. Así es como logra hacer confluir a la música clásica, la vanguardia minimalista y el rock al estilo The Velvet Underground.
V
Para su tercer álbum (Hiru quiere decir tres en euskera), trabajó en los estudios Elektrika de Azpeitia, por vez primera al lado de un productor, Ibonrg, quien además canta y toca la trompeta en algunos de los 11 temas. En cuanto a la escritura de los temas participó Víctor Iriarte, principalmente, pero también hay textos de Louise Bourgeois, Mikel Ayerbe, Beñat Sarasola, Harkaitz Cano y la propia Maite. Tal confluencia de autores hace que se escuche idiomas como euskera, castellano y algún otro.
En realidad éste es un proyecto que refleja cuan sumergida en el contexto artístico se encuentra Musergo. Incluso contiene un microrrelato que hace las veces de introducción al disco, a cargo del escritor Iban Zaldua; además en la edición en vinilo se aprecia en todo su esplendor la portada hecha por el dibujante Ramon M. Zabalegi, cuya obra minimalista muestra a Maite y tres murciélagos ―uno por cada disco en su carrera―, los cuales también aluden al significado de su nombre artístico.
VI
En lo musical es generosa y vasta, pues podemos escuchar varios instrumentos: cello, piano, ukelele, autoharpa, xilófono y flauta. Musergo se ha arropado bien al momento de contar historias y se mueve con soltura entre la poesía lírica y cierto gusto cinematográfico; así es como puede llevar su aventura hasta la “Savana violenta” o bien ingresar hasta las mismísimas minas del Rey Salomón.
Hiru es un periplo ambicioso que nos permitirá descubrir de este lado del Atlántico a una artista virtuosa y valiente. La combatividad vasca está muy presente en una propuesta que apuesta por una forma de arte que al igual de inteligencia se encuentra atestada de sentido del humor. Más allá de los parámetros comerciales sigue existiendo el reino maravilloso de lo inesperado e inusual.